HISTORIA MILITAR DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA 1808-1814 (DE LAS GUERRAS REVOLUCIONARIAS A LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA)
David Odalric de Caixal i Mata
Historiador del Instituto de Historia y Cultura Militar del Ejército
Miembro de AMARTE (Asociación Nacional de Militares)
Socio adherido de ARES (Asociación de Reservistas Españoles)
Colaborador del Aula de Cultura Militar del Ministerio de Defensa
ANTECEDENTES HISTORICOS:
1 GUERRAS REVOLUCIONARIAS FRANCESAS (Primera y Segunda Coalición)
2 GUERRAS NAPOLEÓNICAS (Tercera, Cuarta, Quinta y Sexta Coalición)
3 DESASTRES NAVALES DE LA FLOTA FRANCO-ESPAÑOLA
4 LA ALIANZA FRANCO-ESPAÑOLA Y LA GUERRA DE PORTUGAL
5 MOTINES, REVUELTAS EN ESPAÑA Y LA INVASIÓN FRANCESA
6 LA EXPEDICIÓN MILITAR ESPAÑOLA A DINAMARCA
7 LOS AFRANCESADOS Y LA CONSTITUCIÓN DE BAYONA
8 LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
1. GUERRAS REVOLUCIONARIAS FRANCESAS
Para poder entender la guerra de la independencia, hay que analizar primero las Guerras Revolucionarias Francesas. Dichas guerras se sucedieron tras el inicio de las hostilidades entre el gobierno revolucionario francés y Austria en 1792, hasta llegar a la firma del Tratado de Amiens en 1802. Naturalmente se dividen entre la Primera Coalición (1792-1797) y la Segunda Coalición de (1797 a 1801). Aunque hay que recordar que Francia estuvo constantemente en guerra contra Gran Bretaña desde 1793 hasta 1802. Las guerras revolucionarias francesas marcan la antesala y la transición entre la Revolución francesa y las Guerras Napoleónicas. Dichas guerras, dan comienzo el 20 de abril de 1792 con la declaración de guerra de Francia a Austria. La Revolución francesa había desorganizado a los ejércitos del Rey Luis XVI y las fuerzas movilizadas eran insuficientes para hacer frente a la invasión. Hubo miles de deserciones en el ejército francés, un ejército desestructurado por la revolución. La primera invasión extranjera la llevo a cabo el duque de Brunswick con un ejército prusiano, la idea de los ejércitos de la coalición era volver a poner en el trono al Rey Luis XVI. No olvidemos que Leopoldo II, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, era el hermano de Maria Antonieta, la esposa austriaca de Luis XVI. La noticia de que el ejército extranjero pretendía restaurar la monarquía tradicional del Antiguo Régimen de Luis XVI, hizo motivar a los ejércitos revolucionarios franceses, puestos bajo el mando del general Adam Philippe, conde de Custine; el cual invadió Alemania llegando hasta Frankfurt. Otro general francés Dumouriez lanzó una fulgurante ofensiva en Bélgica derrotando a los austriacos en la Batalla de Jemappes, el 2 de noviembre de 1792. Hay que recordar que las Guerras Revolucionarias francesas acabaron por cambiar el objetivo de restaurar la monarquía tradicional del Antiguo Régimen en Francia por la derrotar a la nueva figura francesa, Napoleón Bonaparte. Bonaparte declaró el Imperio el 28 de mayo de 1804, y fue coronado Emperador por el Papa Pío VII en la Catedral de Notre-Dame de París el 2 de diciembre.
Toma de la Bastilla, 14 de julio de 1789
GUERRAS DE LA PRIMERA COALICIÓN (1792-1797)
1793; El 21 de enero de ese año, el gobierno revolucionario ejecuta al Rey Luis XVI. Este acto de crueldad contra el Rey y la familia Real unió a todas las casas reinantes de Europa, incluyendo a España, Nápoles, Austria, Prusia, Reino Unido, Holanda y el Rey Carlos Manuel IV del Piamonte declaran la guerra a Francia contra la Revolución. Aunque Gran Bretaña simpatizaba con la Asamblea General revolucionaria, a la muerte del Rey Luis, se unió a la coalición contra Francia. El nuevo estado revolucionario, respondió a la afrenta de sus vecinos europeos con una leva masiva...la Convención Nacional llamó a cada departamento francés para suplir una cuota de reclutamiento. Se calcula que la Convención armó un ejército de 700.000 hombres.
1794; La invasión francesa del Piamonte acaba en fracaso, y da inicio la invasión francesa de España, donde acabará lamentablemente con la entrega de la más preciada de nuestras fortalezas; que había constituido sin duda, una de las posiciones más inexpugnables de la defensa española en la frontera pirenaica. Dicha fortaleza, se entregó sin dispara un solo tiro...ha corrido mucha tinta en las investigaciones posteriores para aclarar este malogrado asunto en nuestra historiografía militar. En San Fernando había una guarnición de 8.000 hombres, aunque podía acuartelar a 12.000, con vituallas, agua y víveres suficientes para resistir durante meses cualquier asedio enemigo. La causa de su rendición se debe a los oficiales quintacolumnistas del ejército español, influenciados por los aires de la revolución francesa y por las logias masónicas, que empezaba a hacer mella entre los cuadros de oficiales más proclives al liberalismo y a la apertura de una monarquía constitucional. La entrega de la fortaleza tuvo unas repercusiones negativas en la marcha de la guerra durante la Primera Coalición, tanto en España como en el marco del contexto general europeo. Aunque no todas las plazas y fortalezas actuaron igual que Figueras; los defensores de la Ciudadela de Rosas lucharon y combatieron valerosamente un sitio de casi un año, en inferioridad de condiciones. 1794 acabará con la victoria francesa en la batalla de Fleurs, donde los franceses ocupan toda Bélgica y la ribera del Rin. Napoleón lanza de nuevo sus ejércitos contra el Piamonte, el Rey se refugia en Cerdeña hasta 1814. La Primera Coalición fue el primer intento de aplastar el republicanismo. El Piamonte había sido uno de los miembros originales de la Coalición y había significado un peligro persistente para Francia en el frente italiano durante los años en que Napoleón asumió el mando del Ejército en Italia. A Bonaparte le llevó un mes rendir el Piamonte y hacer retroceder a los ejércitos austriacos. Las fuerzas de los Estados Papales se rindieron a los franceses en Fuerte Urbano, forzando al Papa Pío VI a firmar el tratado de paz provisional, y las sucesivas contraofensivas austriacas en Italia fueron infructuosas, y condujeron a la entrada de Napoleón en Frioul.
1795; Francia establece la República de Baviera como estado satélite aliado formando parte de la Confederación del Rin (en alemán Rheinbund); nombre que recibe la asociación de estados de Alemania establecida en 1806 por Napoleón I tras haber conquistado la casi totalidad de Alemania. Napoleón muy inteligentemente para acabar con la hegemonía de Austria en Europa elevó a la categoría de reinos a Baviera y Württemberg e hizo a Baden un Gran Ducado al igual que Berg. Esta confederación fue creada a la imagen y semejanza de la Liga del Rin, la asociación de más de 50 ciudades alemanas establecida en 1658 por el Rey Luis XIV de Francia, tras no lograr ser elegido en cabeza del Sacro Imperio Romano Germánico, a pesar de su victoria en la Batalla de las Dunas. La Confederación del Rin acabó por separarse del Sacro Imperio; entre estos 16 príncipes alemanes que se aliaron con Napoleón estaban el Gran Duque de Hesse, el duque de Nassau, el duque de Berg, Sajonia, Hanover, Württemberg, Baviera y Prusia entre otros. Napoleón estableció una especie de código o constitución para estos estados conocido como Código Napoleónico:
CODIGO NAPOLEONICO
El Código Napoleónico se implantó en todos los estados alemanes de la Confederación del Rin. Se abolió el feudalismo y la servidumbre; se estableció la libertad de culto, se le otorgó a cada estado una constitución, en la que se le concedía el sufragio universal masculino y la creación de un parlamento. Napoleón se otorgó el título de Protector de la Confederación del Rin con la que tuvo a su disposición un ejército adicional y permanente de 100.000 hombres. La capital de la Confederación se estableció en Frankfurt del Main.
1796; Francia lanzó una gran ofensiva en tres frentes con los generales Jourdan y Moreau sobre el Rin y Napoleón en Italia. Los tres ejércitos iban a confluir en el Tirol, para marchar juntos sobre Viena, para derrotar finalmente a los austriacos.
1797; Napoleón capturó en la Batalla de Manua a más de 20.000 austriacos. El archiduque Carlos tuvo que firmar la paz con Francia en el Tratado de Campo Fornio el 17 de octubre, en el cual Austria cede Bélgica a Francia, junto con el valle del Rin y gran parte de Italia. En la Primera Guerra de la Coalición, Napoleón adquiere un gran prestigio y liderazgo como militar, con sus incalculables victorias. Incluso se a llegado a decir que la guerra de la Primera Coalición es el inicio de las Guerras Napoleónicas. Napoleón tras obtener una fulgurante victoria en Italia proclama la creación de la República Anconitana, proclamada en Ancona el 19 de noviembre de 1797. La bandera, basada en la francesa, fue otorgada por Napoleón, la cual se componía de tres franjas verticales; negra, blanca y roja. Estuvo en uso hasta la supresión de la República. Una segunda República Romana fue proclamada el 9 de noviembre de 1849, el fin del poder temporal del Papa y adopto como bandera la tricolor tal y como había hecho el resto de gobiernos provisionales de los ducados italianos del Norte tras la fuga de sus soberanos.
LAS GUERRAS DE LA SEGUNDA COALICIÓN (1798-1801)
Inglaterra y Austria organizaron una Segunda Coalición contra Francia en 1798, que incluía por Primera Vez a Rusia, el Imperio Otomano, Portugal, los Estados Papales y Nápoles que ya había luchado en la Primera Coalición. Las fuerzas rusas no entraron en acción hasta 1799. Naturalmente poner en pie de guerra a una nación tan extensa como Rusia e iniciar el proceso de reclutamiento llevaba tiempo. El gobierno corrupto y dividido de Francia, bajo el directorio ejecutivo, se encontraba en plena agitación, y la República se estaba resquebrajando. (Ciertamente, cuando en 1799 Bonaparte tomó el poder, se encontró solamente con 60.000 francos en el Tesoro Nacional) las fuerzas rusas que entraron en combate en Italia estaban bajo el mando del despiadado pero nunca derrotado general Suvurov. Napoleón reorganizó todo su ejército, que ya había sido muy mermado durante las campañas de la Primera Coalición. Ahora tan sólo contaba con unos 300.000 soldados. El ejército británico era una amenaza relativamente pequeña para Francia, pero la Armada Real inglesa, era una continua amenaza para la flota francesa y para las colonias en el Caribe. Además los fondos económicos ingleses permitían unir a las grandes potencias europeas del Continente contra Francia.
1798; Expedición a Egipto de Napoleón: Con tan sólo los ingleses en guerra contra Francia y esta al no disponer de una flota lo suficientemente potente para enfrentarse a Gran Bretaña; el Directorio decide enviar a Napoleón a Egipto para tenerlo bien lejos de Francia, para que continúe sus aventuras militares en el Mediterráneo Oriental. Esta concluirá con la Batalla de Aboukir del 1 al 2 de agosto de 1798. El objetivo de la misión de Napoleón no estaba muy claro, pero se cree que su objetivo era debilitar el poder británico en Oriente Medio y en la India. Napoleón obtuvo un gran éxito en la Batalla de las Pirámides enfrentándose a un ejército superior en número de entre 70.000 y 80.000 hombres, al mando del mameluco Mourad Bey. Las fuerzas francesas de Napoleón sumaban a lo sumo unos 25.000 hombres entre infantería, caballería y artillería. Las bajas del ejército de Napoleón fueron de 300 muertos y los egipcios sufrieron más de 10.000. La estrategia de Napoleón fue muy acertada al estar en inferioridad de condiciones y al superar en 3 a 1 la caballería mameluca a los coraceros y dragones franceses. Bonaparte formó unas escuadras huecas con la artillería y la caballería, dispersando así el ataque egipcio, utilizando el fuego de artillería de apoyo. Entonces dio orden a la infantería que atacase a bayoneta calada el campamento enemigo provocando el caos entre las filas egipcias y la posterior huida del ejército mameluco. Tras la batalla, Francia obtuvo El Cairo y el bajo Egipto. Napoleón consiguió derrotar a sus enemigos egipcios y consolidar unas posiciones estratégicas de importancia para el control del Mediterráneo Oriental, para acabar con el dominio naval británico en el Mediterráneo, el control de Egipto era de vital importancia.
Batalla Naval de Aboukir o del Nilo (1 al 2 de agosto de 1798)
A pesar de este gran comienzo, la victoria de Horacio Nelson en la Batalla del Nilo o más conocida como Batalla de la Bahía de Aboukir, la flota francesa estaba comandada por François-Paul Brueys d’Aigualliers y la británica por Horacio Nelson. Los franceses disponían de 13 navíos de línea, el tipo de buque de batalla de los siglos XVII al XIX (uno de 120 cañones, 3 de 80 piezas y 9 de 74 cañones) y cuatro fragatas con un desplazamiento de entre 3.000 y 4.000 toneladas, concebidas para actuar en misiones de guerra naval. Los británicos por su parte disponían de 14 navíos de línea (trece de 74 cañones y uno de 50 cañones). Las bajas fueron de 1 fragata hundida, 3 buques en llamas, y 9 buques capturados; con un total de 1.700 muertos, 600 heridos y 3.000 prisioneros. Por parte británica hubo 218 muertos y 677 heridos. El 7 de marzo de 1798, tras entrar las tropas francesas en la Ciudad Eterna, se declaró la República Romana, la cual existió hasta el 29 de septiembre de 1799. En el momento de su creación se le incorporaron la República Tiberiana, proclamada en Perusa el 4 de febrero de 1798.
1799; Los aliados lanzaron nuevas ofensivas para derrotar al ejército francés, incluyendo campañas en Italia y Suiza y una invasión anglo-rusa de los Países Bajos. El general ruso Alexander Suvurov infligió una serie de importantes derrotas al ejército de Napoleón en los Alpes. Aunque posteriormente el ejército de Suvurov sería derrotado en la Segunda Batalla de Zurich. El ejército ruso fue retirado del frente tras la muerte de la Zarina Catalina II, nacida en Stettin, Pomerania, actualmente Polonia el 2 de mayo de 1729, muerta en San Petersburgo el 17 de noviembre de 1796, posiblemente de una parada cardiaca...aunque si tenemos que creer las dichas populares, la Zarina murió debido a un exceso en sus relaciones sexuales...El mismo Napoleón que continuaba en Egipto, invadió Siria, pero tras el fracasado asedio de Acre volvió a retirarse a Egipto, repeliendo una invasión anglo-turca. Tras tener noticias de la crisis política y militar en Francia, volvió dejando tras el su ejército en Egipto bajo el mando del general Kléber, que más tarde sería asesinado. Napoleón uso su popularidad y prestigio para dar un golpe de estado (18 brumario, del año VIII de la República), que hace referencia a la fecha del calendario republicano francés, coincidente con el 9 de noviembre de 1799, según el calendario gregoriano.
1800; El 14 de junio de 1800, tuvo lugar la Batalla de Marengo, a 70 km al norte de Génova, dando lugar con esta victoria francesa al fin de la Segunda Coalición. En Marengo Napoleón derroto a los austriacos y volvió a ocupar el norte de Italia. Mientras, el general Moreau derrotaba a los austriacos en la Batalla de Hohenlinden el 3 de diciembre, cerca de Munich. Las fuerzas austriacas comandadas por el Archiduque Carlos fueron de nuevo derrotadas y obligadas a firmar el armisticio. En términos numéricos, la cantidad de hombres que participaron en esta batalla, se convirtió en la mayor concentración de tropas de todas las batallas de las Guerras Revolucionarias francesas y posiblemente de la historia de Europa desde la Guerra de los Siete Años (1756-1763) hasta la Batalla de Wagram del 5 al 6 de julio de 1809. En Hohenlinden se enfrentaron más de 200.000 franceses frente a 120.000 austriacos. Los franceses tuvieron 6.000 muertos y heridos frente a los más de 20.000 de los austriacos, incluyendo la pérdida de más de 200 cañones. Estas dos victorias conseguidas por Napoleón consiguieron poner fin a la Segunda Coalición de las potencias europeas aliadas frente a Napoleón.
1801; Austria firmó el Tratado de Lunéville el 9 de febrero; dicho tratado se llevo a cabo entre Francia y el Sacro Imperio Romano. Firmado por José Bonaparte y el conde Luis de Cobentzel. El ejército austriaco había sido derrotado por Napoleón en Marengo el 14 de junio y por Moreau en Hohenlinden el 3 de diciembre. En dicho tratado, Napoleón pasaba a controlar el Rin y el Gran Ducado de la Toscana, mientras se creaban las repúblicas adictas a Francia, más tarde convertidas en Reinos. Baviera, Cisalpina, Helvética y Liguria. Austria volvería a entrar en guerra contra Francia durante las Guerras Napoleónicas en 1805. La entrada de las tropas napoleónicas en Roma condujo a que el Papa fuese arrestado y deportado a Francia. Napoleón quiso regularizar las relaciones con la Iglesia, lo que quedo plasmado en el Concordato de Francia y la Santa Sede firmado en 1801. El Papa Pío VII regresó a Roma, de donde retornó a París para coronar Emperador a Napoleón en 1804. Pero pronto el Papa supuso un estorbo en los planes de Napoleón, quien en 1809 se adueño de los Estados Pontificios, los incorporó al Estado francés y retuvo a Pío VII como prisionero en Savona. Tras las derrotas de Napoleón el Papa pudo retornar a sus posesiones en 1814; siéndole reconocido el en Congreso de Viena en 1815 la pervivencia de los Estados Pontificios dentro del nuevo orden europeo, aunque con una ligera merma territorial, que fue a parar al poder de Austria.
1802; El 25 de marzo de 1802 se firmó en esta ciudad el tratado de paz conocido como Tratado de Amiens por el que se puso fin a la guerra entre Gran Bretaña y Franciamás sus aliados. El tratado dejó sin solucionar cuestiones muy importantes, por lo que la paz duró tan sólo un año. En dicho tratado se estableció:
- La retirada francesa y británica de Egipto y su devolución a Turquía.
- La restitución por parte de Gran Bretaña de todas las conquistas de Francia y sus países aliados, excepto Ceilán (actual Sri Lanka), Gibraltar y la isla de Trinidad. La isla de Menorca sería devuelta a España.
- La evacuación de Nápoles y los Estados Pontificios por parte de Francia.
- La devolución de la isla de Malta a los Caballeros Hospitalarios.
2. LAS GUERRAS NAPOLEÓNICAS EN EL CONTEXTO EUROPEO
Durante las Guerras Napoleónicas, hubo un total de Cuatro Coaliciones militares para derrotar a Napoleón; No hay que olvidar que Napoleón no era ningún príncipe de Sangre Real, era más bien de una familia de la baja nobleza, nacido en Ajaccio, en la Isla de Córcega. Él creará un Imperio, una dinastía, que romperá los esquemas de la Europa del Antiguo Régimen. Ira derrotando a las coaliciones militares de las potencias europeas que se le enfrenten. Creará nuevos estados satélites afines a su política exterior; e ira sustituyendo a las cabezas reinantes para poner en su lugar a sus hermanos, o a personas afines a sus intereses personales. Es el caso del propio Napoleón que se nombrará Rey de Italia, titulo que pasaría a su hijo Napoleón II, como Rey de Roma, que moriría a los 21 años de edad. O sus propios hermanos, Luis, como Rey de Holanda, José, primero Rey de Nápoles y más tarde de España, o Jerónimo, Rey de Westfalia. Napoleón al constituir su Imperio necesita un heredero de sangre real y por ello se divorcia de su esposa Josefina de Beauharnais en 1809 y se casa con la Princesa Maria Luisa de Austria, hija del Emperador Francisco II de Alemania y I de Austria.
En 1813 Napoleón ha llamado a filas a más de tres millones de soldados, de los cuales cerca de un millón habían muerto en los campos de batalla.
Tercera Coalición (1804-1805); integrada por Inglaterra, Austria, Rusia, el Imperio Otomano, y Portugal Hay tres batallas de importancia que marcaran dicha coalición.. las victorias de Napoleón en Ulm y Austerlitz. la llamada Batalla de los Tres Emperadores..Alejandro I, Zar de Rusia, Francisco II de Austria y Napoleón Bonaparte. Austerlitz constituirá la mayor victoria de Napoleón durante la guerra. Y finalmente una derrota importantísima para Francia, la Batalla de Trafalgar. La Tercera Coalición terminará con la Paz de Presburgo; en la que Austria pierde a favor de Francia: Venecia, Dalmacia, Tirol y sur de Alemania. En cierta manera Austerlitz fue una compensación por la derrota de Trafalgar.
Cuarta Coalición (1806-1807); Integrada por Inglaterra, Prusia, Rusia y Suecia. En dichos años Napoleón vencerá a los prusianos en las batallas de Jena y Auerstedt. Napoleón decreta el Bloqueo Continental contra Inglaterra al que se sumará Rusia, aunque posteriormente lo abandonará porque Rusia se debe a la ayuda económica inglesa. En 1807 Napoleón se enfrentará a los rusos y los vencerá en Eylau y Friedland. Tras esta fulgurante victoria, Napoleón constituirá un nuevo aliado contra Rusia, el Gran Ducado de Polonia. Francisco II renuncia al título de Emperador de Alemania, fin del Sacro Imperio. Napoleón entra en Berlín, derrotando al Ejército prusiano de Federico Guillermo III de 250.000 soldados. (Visita de Napoleón a la tumba de Federico II el Grande).
Quinta Coalición (1809-1812); Inglaterra, Austria, España y Portugal. Se llega a la máxima extensión del Imperio Napoleónico.
Campaña de Rusia (1812); La campaña de Rusia, iniciada en 1812, significó el principio del fin de Napoleón, porque en ella sacrificó el arma que le había dado sus triunfos, el Ejército. Napoleón entró en Rusia con 650.000 soldados, de los cuales, tan sólo 270.000 eran franceses. Los Ejércitos Imperiales cruzaron el río Niemen el 3 de junio de 1812. Polonia la gran aliada del Emperador le suministró 100.000 soldados. La gran victoria de Napoleón en Rusia fue el la Batalla de Borodino, el 7 de septiembre de 1812. Las cifras nos dan un cálculo aproximado de entre 40.000 y 60.000 muertos por parte de los rusos; mientras que los franceses tuvieron 30.000 bajas. Las cifras de Adam Zamoyski nos darían unos resultados de bajas de alrededor de 125.000 soldados entre los dos contendientes. Alrededor de 8.500 hombres durante cada hora en aquel fatídico día, al equivalente de una compañía completa cada minuto. En algunas divisiones las bajas sobrepasarían el 80% de sus efectivos previos a la batalla. Tanto la Batalla de Borodino como Liepzig representaron ser las más sangrientas de las Guerras Napoleónicas; y quizás las más horrendas de la Historia Militar Contemporánea, excediendo incluso el desastre del Primer Día en el Somme, en 1916, durante la Primera Guerra Mundial. En Borodino la infantería francesa disparó más de 1.400.000 proyectiles y cerca de 100.000 por la artillería. Esto nos daría una cifra aproximada de más de 2.300 proyectiles por minuto. La Gran Armee sufrió en Rusia 400.000 muertos y más de 200.000 fueron hechos prisioneros...los rusos sufrieron unas 500.000 bajas. A Napoleón tan solo le quedaban menos de 50.000 soldados cuando cruzó el río Niemen. Los ejércitos napoleónicos no fueron derrotados por el ejército ruso, lo fueron por el clima y por la estrategia de Tierra Quemada (no dejar nada al enemigo) llevada a cabo por el mariscal Kutusov, al mando de los ejércitos del Zar.
Sexta Coalición (1813-1815); Constituida por Inglaterra, Rusia, España, Portugal, Austria, Prusia, Suecia y Baviera. En dos años el Imperio de Napoleón acabará por descomponerse. Napoleón tras el descalabro de su ejército en Rusia, pudo reorganizarse y llevar a la Europa del Este, una fuerza militar de 400.000 soldados; este imponente ejército se enfrentó a la coalición aliada de rusos y prusianos al mando de Blücher, derrotándoles en las batallas de Lützen (2 de mayo de 1813) Bautzen, (20 y 21 de mayo de 1813) Brienne y Ligny, infligiéndoles más de 60.000 bajas a los ejércitos ruso-prusianos. Austria se preparó para lanzar una nueva ofensiva contra los ejércitos franceses en el frente alemán, movilizando 1.200.000 soldados. Napoleón reorganizó su ejército y marcho a Alemania a enfrentarse a los ejércitos enemigos con 700.000 soldados para hacer frente a la embestida aliada, y derrotarles antes de que esos ejércitos lanzaran sus ofensivas contra las fronteras de Francia. Napoleón, necesitaba más soldados y extrajo a 150.000 de España y a otros 200.000 de los reinos de Nápoles (Murat) e Italia (Enrique de Beuharnais) contabilizando una fuerza extra de 350.000 soldados. Napoleón contaba ahora con más de un millón de soldados para hacer frente a sus enemigos. El Emperardor derrotó a dichas coaliciones en la campaña de los Seis Días, que se extendió del 10 al 15 de febrero de 1814, Napoleón con menos de 100.000 hombres derrotó en una serie de batallas a las coaliciones aliadas formadas por 600.000 soldados. En las Batallas de (Chaupaubert, Montmirail, Château-Thierry y Vauchamps) infligiéndoles más de 20.000 bajas de una fuerza enemiga inicial de 100.000 hombres que componían el ejército de Blücher; con tan sólo 30.000 soldados franceses, podría asegurar que esta fue la mayor demostración táctica de Napoleón a lo largo de todas las Guerras Napoleónicas. Las victorias francesas conseguidas no fueron suficientes para derrotar a los enemigos de Napoleón, siendo este derrotado en la Península Ibérica, en las Batallas de Vitoria y San Marcial con lo cual en el Tratado de Valençay con España debería abandonar el país, José Bonaparte sale de España y nunca más volvería a la Corte de Madrid. Fernando VII volverá a España en 1814. Hay que constatar que a raíz del Tratado de Chaumontque fue un acuerdo firmado el 1 de marzo de 1814 entre Austria, Rusia, Prusia y el Reino Unido, en el marco de los últimos acontecimientos de las Guerras Napoleónicasde la Sexta Coalición. En dicho tratado se excluyo a España cuyo actual monarca Fernando VII había sido técnicamente aliado de Napoleón en virtud al Tratado de Valençay, y debido a ello fue excluida de la firma del tratado entre las potencias aliadas y posteriormente lo sería del reparto de fronteras en el nuevo mapa europeo surgido de la Conferencia de Viena, iniciando una época de aislamiento internacional y de atraso social con respecto a Europa que duraría hasta bien entrado el siglo XX.
En la batalla de Rothiere, en París, Napoleón es derrotado y es obligado a abdicar a favor del hermano del rey ejecutado en la guillotina, Luis XVIII que saltará un posición en la numerología real, en honor a Luis XVII, el Delfín de Francia e hijo de Luis XVI, que murió en la prisión del Temple de París en 1795.
Batalla de Waterloo, última batalla de Napoleón y definitiva derrota de Francia
En 1814 Napoleón escapa de la pequeña isla de Elba, donde se hallaba preso y vuelve a Francia reuniendo a su ejército. Será conocido como el Imperio de los Cien Días. Será derrotado por la coalición anglo-alemana de Wellington y Blüscher en Waterloo. Nueva abdicación de Napoleón y reclusión en la Isla de Santa Elena. En 1815 se constituye el Congreso de Viena, donde se configurará el nuevo mapa europeo y se volverán a reinstaurar los regímenes absolutistas del Antiguo Régimen, conformándose el nuevo orden europeo; como si la Revolución Francesa y Napoleón no hubieran existido. Para finalizar con las Guerras Napoleónicas me gustaría dedicarle unas líneas a una de las batallas más importantes de este período y quizá una de las más sangrientas y en las que combatieron más soldados en un campo de batalla. La Batalla de las Naciones o conocida también como Batalla de Leipzig. En ella se enfrentaron 200.000 soldados franceses frente a más de 500.000 de la coalición de austriacos, prusianos, rusos y suecos liderados por Gebhard Leberecht von Blücher, el príncipe Carlos XIV Juan de Suecia(el antiguo mariscal de Napoleón, Jean Baptiste Bernadotte) y Karl Philipp von Schwarzenberg, Príncipe de Schwarzenberg. Más de 700.000 soldados lucharon y murieron en esta sangrienta batalla que dio lugar entre el (16 al 19 de octubre de 1813), también llamada la «Batalla de las Naciones», fue el mayor enfrentamiento armado de todas las Guerras Napoleónicas, y la más importante derrota sufrida porNapoleón Bonaparte.En una Europa sometida por los ejércitos napoleónicos en el declive de su apogeo militar; En Leipzig murieron 40.000 franceses y otros 60.000 resultaron heridos o fueron capturados. Mientras que la Coalición perdió a más de 70.000 hombres entre muertos, heridos y desaparecidos. Unos 170.000 soldados murieron o resultaron heridos en Leipzig.
3. DESASTRES NAVALES DE LA ARMADA ESPAÑOLA (ALIANZA CON FRANCIA)
En el Tratado de San Ildefonso entre España y Francia en 1796, tras la firma en 1795 de la Paz de Basilea , que era un conjunto de dos tratados firmados respectivamente entre Francia y Prusia y entre Francia y España en 1795 por el que ambos países entablaban la paz con Francia, abandonando así la Primera Coalición. El segundo tratado se firmó luego entre Francia y España y significaba el fin de la llamada Guerra del Rosellón o conocida también como la de los Pirineos o la de la Convención que enfrentó a ambos países desde 1793 a 1795. El inicio de la ofensiva del general Ricardos con sus 25.000 hombres consiguió unos éxitos iniciales favorables para las armas españolas; pero la falta de suministros y de tropas llevo a Ricardos a la retirada del territorio conquistado; los franceses lo aprovecharon para invadir el territorio español por tres frentes; Vascongadas, Navarra y Catalunya. Las derrotas de Ricardos ocasionaron un duro revés al ejército español. La nueva Francia exigía una sumisión total a su política y eso significaba para España la Guerra con Gran Bretaña. Si la España de 1795 hubiese sido capaz de resistir la embestida de los ejércitos revolucionarios franceses se podría haber producido una situación como la de 1808 con más de diez años de antelación, pero al cambiar una y otra vez de bando, perdió la confianza de los franceses –que actuaron de manera muy torpe-- y se enfrentó a Gran Bretaña despertando, aún más si cabe, sus ya crecientes apetencias de conquista sobre nuestras colonias americanas.
España se vio enfrentada a los franceses y a los británicos en sucesivas y cambiantes alianzas entre 1793 y 1814. Primero la guerra contra la Francia Revolucionaria y la alianza contra Gran Bretaña entre 1793-1795; más tarde la alianza con la Francia del Directorio y la Convención tras el Tratado de Paz de Basilea en 1795 y un año más tarde en 1796 el Tratado de San Ildefonso, que comprometía a España como aliada de Francia contra Inglaterra de 1796 a 1804; En 1804 de nuevo tras el Segundo Tratado de San Ildefonso de 1801 de nuevo España estaba en guerra contra Inglaterra y de nuevo aliada de Francia entre 1804-1808; y finalmente de 1808-1814, España al verse invadida luchara contra los ejércitos invasores franceses, ahora aliada con Inglaterra; su enemiga común durante siglos.
En dos guerras consecutivas contra los británicos: 1796-1802 y 1804-1808; se consiguieron diversos éxitos de las armas españolas contra los británicos. En Tenerife, en Puerto Rico, El Ferrol, Montevideo, Buenos Aires y en San Juan de Fuca (Columbia británica-Canadá), aunque esas victorias no compensaron las derrotas sufridas en Menorca que fue de nuevo ocupada, las derrotas navales en Cabo San Vicente, Finisterre, Isla Trinidad, donde perdimos la flota y la isla junto con su guarnición. Y finalmente la lamentosa derrota de Trafalgar y la perdida de otros buques en la batalla naval de Conil del Sur (frente a Cádiz) un intento por parte del Almirante Mazarrredo, al mando de la flota sitiada en Cádiz por los buques del Lord Almirante Jerwis. Tras los fracasados intentos de los británicos en Buenos Aires y Montevideo..era evidente que los británicos se habían fijado en nuestras colonias de allende los mares (la América Española) como objetivo. Y así fue cuando partió la flota del general Sir John Moore con unos 20.000 soldados camino de América..recibió un aviso urgente..debía regresar y dirigirse a España..para apoyar a los patriotas españoles que ahora combatían contra Napoleón. España había pasado a ser de nuevo una aliada de Gran Bretaña, y los objetivos militares españoles en América pasaban ahora a un segundo término. Los británicos combatían a sus enemigos los franceses y protegían sus intereses, como era evidentemente su deber. Pero digan lo que digan los historiadores ingleses, la causa española era un asunto secundario.
BATALLA DEL CABO SAN VICENTE
La Batalla del Cabo de San Vicente, 14 de febrero de 1797 por Robert Cleveley, obra de 1798, muestra el final de la batalla, con el buque español apresado Salvador del Mundo a la derecha.
La Batalla del Cabo San Vicente fue un combate naval que tuvo lugar el 14 de febrero de 1797, en el extremo occidental de la costa portuguesa del Algarbe España se encontraba en aquel momento aliada de Francia, gracias al Tratado de San Ildefonso, que la comprometía a enfrentarse a Inglaterra. La escuadra española estaba compuesta por 27 navíos de línea y ocho fragatas, partió de Cartagena en febrero de 1797, al mando del teniente general Don José de Córdoba. Entre estos buques se encontraba el Santísima Trinidad, en aquel entonces el mayor buque de guerra del mundo con 130 cañones y con cuatro cubiertas de artillería. La batalla fue un completo desastre para la armada española. De los 35 buques de importancia con que contaba la flota española en la batalla, intervinieron en el combate tan sólo 21, perdiendo 4 buques, incluso a punto estuvo de perderse el buque insignia sino hubiese sido por la heroica intervención de Cayetano Valdés, militar y marino español al mando del buque Pelayo. Acudió en socorro del buque insignia y le obligo a clavar la bandera en el pabellón, instándole a continuar combatiendo por la gloria de España y de la Armada, de no hacerlo, dispararía con sus cañones al buque insignia. La batalla costo la vida a 1284 hombres por parte española. La flota española estaba comandada por el almirante John Jerwis y capitaneada por Horacio Nelson. La flota volvió a Cádiz el 3 de marzo y Don José de Córdoba tuvo que enfrentarse a un Consejo de Guerra, donde fue degradado por la humillante derrota que sufrió España, y no sería la última antes de que empezará la Guerra de la Independencia..en dos ocasiones más en el Cabo Finisterre y en Trafalgar volveríamos a enfrentarnos a la Royal Navy y volveríamos a ser derrotados. El almirante Jerwis puso rumbo al archipiélago de las Canarias, para tomar las islas, pero fue repelido por la valiente defensa de nuestras tropas. Las Canarias, resultaron la primera derrota británica contra los españoles..allí Nelson no tan sólo perdió el brazo derecho sino que fue humillado por el ejército español, al intentar desembarcar el 25 de julio de 1797 en Santa Cruz de Tenerife, donde fue repelido por nuestra artillería y las Milicias Populares de la isla movilizadas por el gobernador y comandante general de las Islas Canarias; el teniente general Antonio Gutiérrez de Otero y Santallana, el cual causo más de 500 muertes en los infantes de marina británicos que desembarcaron en Tenerife. Obligándoles a retroceder y a reembarcar en sus barcazas y volver a sus buques.
BATALLA DEL CABO FINISTERRE (TERCERA COALICIÓN)
El 22 de julio de 1805, en el marco de las Guerras de la Tercera Coalición durante la ya iniciadas Guerras Napoleónicas, tuvo lugar un nuevo enfrentamiento naval entre las escuadras aliadas de España y Francia contra la Royal Navy británica. Dicho enfrentamiento sucedió cerca del cabo Finisterre, en el norte de España. Participaron la Armada Real inglesa al mando del almirante Robert Calder; el cual disponía de 15 navíos de línea; el HMS Prince of Wales, HMS Glory, HMS Barfleaur, HMS Windsor Castle, HMS Malta, HMS Tunderer, HMS Hero, HMS Repulse, HMS Defiance, HMS Ajax HMS Warrior, HMS Dragón, HMS Triumph, HMS Agamemnon y HMS Raisonable, también contaba con dos fragatas; Egyptienne y Sirius y dos bergantines.
Mientras el almirante francés (Pierre Villeneave) al mando de la flota combinada franco-española disponía de unos 20 navíos de línea; Argonauta, Terrible, América, España, San Rafael, Firme, Plutón, Mont Blanc, Atlas, Berwick, Neptune, Bucentaure, Formidable, Intrépide, Scipion, Swiftsure, Indomptable, Agile, Achille, y Algeciras, con siete fragatas de apoyo y dos bergantines.
CONSECUENCIAS
La batalla fue una seria derrota para la flota combinada; quince buques ingleses se habían enfrentado a una flota compuesta por veinte buques franco-españoles. Las pérdidas británicas fueron de 39 oficiales y marineros muertos y 159 heridos. Las pérdidas aliadas fueron de 600 oficiales y marineros muertos o heridos. La misión principal había fracasado, el intento de desembarcar a las tropas en Irlanda no había podido realizarse y el ejército invasor de Napoleón esperaba tranquilamente unos transportes que nunca llegarían. El sueño de Napoleón de invadir Inglaterra se esfumaría tras el último desastre naval, la Batalla de Trafalgar. Pero esta batalla trajo otras consecuencias, el almirante Calder fue juzgado en un Consejo de Guerra, por rehuir el combate contra los franceses y sus aliados españoles los días 23 y 24 de julio. Nunca más volvería a servir en un buque de la Armada Real británica. Napoleón tuvo que abandonar Boulogne, junto con sus ejército de 180.000 hombres el 27 de agosto de 1805. El almirante Sir John Jerwis primer conde de San Vicente (en honor a la victoria conseguida a la flota franco-española en el Cabo de San Vicente); les dijo a los oficiales del almirantazgo, preocupados por una posible invasión francesa: “Señores, yo no digo de que no vengan los franceses, simplemente es que Napoleón no vendrá por mar” (palabras muy irónicas tratándose Inglaterra de una isla). Jerwis se refería a que Francia no tenía flota para invadir Inglaterra, ya que sus mejores buques habían sido hundidos o apresados en la Batalla del Cabo de San Vicente, en Finisterre y el resto sería hundida en Trafalgar. El Emperador se embarcaría en una nueva aventura; la campaña militar contra austriacos y rusos donde les vencería en la famosa Batalla de Austerlitz, llamada también la Batalla de los Tres Emperadores, la cual tuvo lugar el 21 de diciembre de 1805, en la localidad de Austerlitz, en la actual República Checa. Los tres participantes fueron Napoleón I, Emperador de Francia; Francisco II, monarca del Sacro Imperio Romano Germánico y el Zar Alejandro I de Rusia.
El ejército francés estaba integrado por unos 70.000 combatientes, los soldados de Napoleón se enfrentaron a un ejército de más de 100.000 austro-rusos, venciéndoles. Francia tuvo 9.000 bajas y la coalición 25.000, incluyendo 200 cañones que fueron capturados por los franceses. Austerlitz significó una de las grandes victorias de Francia en las Guerras Napoleónicas.
BATALLA DE TRAFALGAR
La Batalla de Trafalgar dio como resultado la creación de la Tercera Coalición o alianza militar creada en 1805 por el Reino Unido, Austria, Rusia, Nápoles y Suecia contra Francia, con el fin de derrocar a Napoleón del Trono Imperial y disolver la influencia militar francesa en el continente europeo. Napoleón había dispuesto la invasión de la Gran Bretaña desde el fin de la Paz de Amiens en 1803 y había reunido a un ejército de 180.000 soldados para tal fin; pero el desastre de la Batalla del Cabo Finisterre y la imposibilidad de llevar a cabo el desembarco en Irlanda, hizo cambiar todos sus planes.
La Batalla de Trafalgar tuvo lugar el 21 de octubre de 1805, frente al cabo de Trafalgar (provincia de Cádiz) en dicha batalla se enfrentaron las escuadras de Francia y España de nuevo bajo un mando conjunto francés al mando del almirante Pierre de Villeneave, asistido por el almirante español Federico Gravina, contra la flota inglesa al mando de Horacio Nelson. España contaba con un marino destacado, el vasco Cosme Damián Churruca, célebre por sus expediciones científicas...por aquella época el Rey Carlos IV le había nombrado capitán del buque San Juan de Nepobuceno. Fueron celebres sus palabras de heroísmo inmortal cuando una granada inglesa le hirió mortalmente, fue conducido por sus oficiales al castillo de proa y en una última y tajante orden les dijo: “¡Clavad la Bandera!” refiriéndose a que debían luchar hasta el final con honor y valentía hasta la muerte, no puede haber rendición. “¡Honor y Gloria para los valerosos marinos de nuestra Armada! España contaba con 15 navíos de línea y Francia con 18, juntamente con el apoyo de 8 fragatas. La flota inglesa disponía de 27 navíos de línea y 6 fragatas. Por ello estaríamos hablando de que la flota combinada franco-española disponía de 41 buques frente a los 33 de la Royal Navy. Las bajas fueron espantosas, cerca de 5.000 muertos, 2.300 heridos y más de 7.000 cayeron prisioneros y 22 barcos fueron destruidos o capturados. La flota combinada perdió alrededor de 15.000 hombres en una sola batalla naval. Los británicos por su parte sufrieron menos de 500 muertos y 1.214 heridos.
LÍNEA DE BATALLA
Aquella mañana la línea de batalla de la escuadra quedó constituida en el orden siguiente:
Cuerpo fuerte: 21 navíos, tres fragatas y un bergantín, al mando del vicealmirante Villeneuve, formado por las siguientes escuadras:
Segunda escuadra (vanguardia): cuatro navíos franceses, tres españoles y una fragata francesa, a cargo del general español Álava, insignia en el Santa Ana.
Primera escuadra (centro): cuatro navíos franceses, tres españoles y una fragata y un bergantín franceses, al mando directo de Villeneuve, insignia en el Bucentaure.
Tercera escuadra (retaguardia): cuatro navíos franceses, tres españoles y una fragata francesa, a las órdenes de Dumanoir, insignia en el Formidable.
Escuadra de observación: 12 navíos, dos fragatas y un bergantín a cargo de Gravina, formada por las siguientes divisiones:
Primera división: tres navíos franceses, tres españoles y una fragata y un bergantín franceses, al mando directo de Gravina, insignia en el Príncipe de Asturias.
Segunda división: tres navíos franceses, tres españoles y una fragata francesa a las órdenes de Magon, con la insignia en el Algésiras. En total, 33 navíos (18 franceses y 15 españoles), y cinco fragatas y dos bergantines franceses. De los primeros, un navío era de cuatro puentes (Santísima Trinidad), y tres de tres puentes (Príncipe de Asturias, Santa Ana y Rayo), todos españoles.
4.LA ALIANZA FRANCO-ESPAÑOLA Y LA INVASIÓN DE PORTUGAL
El 12 de octubre de 1807 Napoleón se consideraba en guerra contra Portugal, y ordena al general Junot que entre en España pacíficamente para someter al reino atlántico. Pero por ello, Napoleón necesitaba transportar tropas hasta Portugal, pasando por España, por lo que el 27 de octubre de 1807, Manuel Godoy y Napoleón firmaron el Tratado de Fontainebleau, por el que se permite el paso de tropas francesas por territorio español para invadir Portugal. Evidentemente las intenciones de Napoleón serán muy distintas, ya que el objetivo del corso, no es tan sólo someter al Reino Lusitano sino también acabar con la monarquía borbónica en España. Las fuerzas que envió España como aliada de Francia en la Guerra de Portugal fueron las siguientes (ver anexo 1)
Tras la toma por los españoles de la ciudad de Olivenza, muy próxima a la frontera extremeña, dos semanas después se iniciaron conversaciones de paz, que finalizaron al poco tiempo con el Tratado de Badajoz, firmado el 8 de junio, por el que Portugal aceptaba cerrar sus puertos a los navíos ingleses, cedía Olivenza a España, tomando el curso del Guadiana en aquella parte como frontera natural entre los dos países, y a Francia un territorio al este de la Guayana, entre Oyapock y el Amazonas, y se comprometía a firmar con la República un tratado comercial y a pagar indemnizaciones por valor de 15 millones de libras.
5. MOTINES, REVUELTAS EN ESPAÑA Y LA INVASIÓN FRANCESA
Pero la cuestión principal, de porque Napoleón decide invadir Portugal, es debido primeramente el Reino Lusitano dejó de pagar las indemnizaciones que se acordaron a Francia tras la Guerra de las Naranjas en 1801 y en segundo lugar a que Portugal se negó a participar en el Bloqueo Continental, decretado por Napoleón en 1806 en Berlín, después del fracaso de la invasión de Inglaterra. Dicho Bloqueo fue la base principal de su política exterior en la lucha contra el Reino Unido e Irlanda. Portugal, tradicional aliada de Inglaterra, se niega a acatarlo de modo que Napoleón decide invadirla. Napoleón escribe al Rey Carlos IV notificándole que deben marchar antes sobre Lisboa. El resultado de la guerra hispano-portuguesa no fue del agrado de Napoleón, que deseaba la conquista territorial del Reino Lusitano para negociar con Inglaterra la devolución de Menorca, Gibraltar, Malta (francesa) y Trinidad, por lo que decidió acentuar la subordinación de España a los intereses franceses. En efecto las tropas de Junot (duque de Abrantes) entran en España sin resistencia el 18 de octubre; las fuerzas militares extranjeras están compuestas por:
En efecto las tropas francesas entran en España sin resistencia entre 18 de octubre de 1807 y mediados de marzo de 1808
Mariscal Junot; 28.000 soldados Cuerpo de Ejército de Observación de la Gironda
General Dupont; 25.000 soldados Cuerpo de Ejército de la Bretaña
Mariscal Moncey; 40.000 soldados Cuerpo de Ejército de las Costas del Océano
General Dushesne; 20.000 soldados Cuerpo de Ejército de los Pirineos Orientales
Mariscal Bessières; 40.000 soldados Cuerpo de Ejército Pirineos Occidentales
General Merle; 20.000 soldados Cuerpo de Ejército de Observación de Garonne
En total, unos 160.000 soldados franceses hasta marzo de 1808. Naturalmente las tropas napoleónicas llevaban otras intenciones, no tan sólo la de invadir Portugal, sino también someter a España. Las tropas francesas al cruzar la frontera no lo hacen de forma amistosa como podríamos creer...,los franceses saben que su ocupación de Portugal, pasa por la ocupación estratégica y militar de España. Porque el Emperador decide invadir a España, una nación aliada de Francia, sumisa y dócil a los intereses militares y políticos de Bonaparte. Porque Napoleón, odiaba a los Borbones, los había reemplazado en Francia, Etruria y Nápoles y ahora le tocaba el turno a España. Por ello, el Emperador Bonaparte da ordenes a sus generales para que empiecen a ocupar plazas y fortalezas españolas. Una vez derrotado Portugal e invadida se dividiría en tres zonas.
1. La Zona Norte, que pasaría a llamarse Reino de Lusitania, sería puesto bajo la soberanía del Rey Carlos IV.
2. La Zona Centro se reservaría para un posible cambio por Gibraltar y la Isla de Trinidad en manos inglesas.
3. La Zona Sur que pasaría a Godoy y a su familia como Principado del Algarbe.
Cuales eran las consecuencias beneficiosas en el ataque franco-español a Portugal:
Primero: Cerrar los puertos al comercio marítimo inglés y al aprovisionamiento de los buques de la Royal Navy. Cerrando de esta manera unos puertos vitales para el aprovisionamiento de los buques ingleses en el Atlántico, despojando a Gran Bretaña de un aliado, que se sumaría de esta manera al Bloqueo Continental.
Segundo: Evitar que Napoleón sustituyera a Juan VI, cuñado del Rey Carlos IV de España, y a su hija la Infanta María Teresa, Reina de Portugal e hija de los Reyes de España; por algún rey títere manejado por el Emperador de los franceses..se creía que uno de los hermanos de Napoleón, Jerónimo o el propio general Junot, podrían convertirse en Reyes de Portugal.
Pero antes de ver los pasos y traiciones cometidas no tan sólo en el Motín del Escorial, donde el Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, acaudillando a una camarilla de seguidores pretendía destronar a su padre el Rey Carlos IV. El proceso de El Escorial tiene como trasfondo una conspiración militar tramada por las más altas instancias de la aristocracia y el ejército del Reino para intentar derrocar no solo a Carlos IV, sino al traidor y afrancesado amante de la Reina Maria Luisa de Parma, el Príncipe de la Paz, Manuel Godoy.
MOTIN DE EL ESCORIAL Y DE ARANJUEZ
Las consecuencias de la derrota de Trafalgar recayeron fundamentalmente en las clases humildes. Al descontento popular se sumaban las intrigas de la corte, donde se iba creando un núcleo opositor en torno al Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII. En la actitud de Fernando, alentando las campañas denigratorias hacia su madre, la Reina Maria Luisa, y de apoyo a la oposición aristocrática, tuvieron un papel sobresaliente Escóiquiz y su propia esposa, la Princesa María Antonia de Nápoles. El canónigo Juan Escóiquiz, el preceptor de Fernando, era un hombre falto de escrúpulos, que enemistó al heredero con los reyes, mientras que la Princesa María Antonia, la primera esposa de Fernando, con la que se había casado en 1802, seguía la línea de su familia, anti-napoleónica, enemiga de Francia y proclive a Inglaterra. En el mencionado Proceso de El Escorial, Fernando VII denuncio a todos sus colaboradores y pidió perdón a sus padres. Pero el tribunal, que estaba en manos de los partidarios de la conspiración absuelve a todos los implicados. Fernando y sus colaboradores estaban indignados y escandalizados ante las relaciones de Godoy con la Reina María Luisa, esposa de Carlos IV e hija del duque Felipe de Parma que caso en 1766 con el entonces Carlos, Príncipe de Asturias y heredero del Rey Carlos III. Todo el mundo sabia que el Infante Francisco de Paula, hermano de Fernando VII, era hijo en realidad de Godoy, y su hijo del mismo nombre, Francisco de Paula de Asís y Borbón era el esposo de la Reina Isabel II. De ser ciertas las murmuraciones populares, un bisnieto y un nieto de Godoy hubiesen sido reyes de España. ¿Sabia la Reina Isabel que tal vez ella, era descendiente de Godoy? Y si fueses así, detalle que no entraremos a discutir, entonces los carlistas, seguidores del Infante Don Carlos Maria Isidro tendrían su total legitimidad en su lucha por deponer a los liberales y vástagos de Godoy y restituir los valores tradicionales de la monarquía tradicional española.
La presencia cada vez más amplia de tropas francesas en España terminó por alarmar a Godoy. En marzo de 1808, temiéndose lo peor, la familia real se retiró a Aranjuez para, en caso de necesidad, dirigirse a Sevilla y embarcarse para América, como ya había hecho Juan VI de Portugal. El 17 de marzo de 1808, tras correr la noticia por las calles de Aranjuez de la huida de los reyes, la multitud dirigida por los partidarios del Partido fernandino, nobles cercanos al Príncipe de Asturias, se reunieron frente al Palacio Real y asaltaron el Palacio de Godoy, quemando todos sus enseres. El día 19, Godoy que se había escondido dentro de un armario, es detenido y llevado al cuartel de la Guardia de Corps. Ese mismo día Carlos IV abdica en su hijo Fernando. Los acontecimientos de Aranjuez fueron los primeros estertores de la agonía del Antiguo Régimen en España. Uno de las chispas por las cuales se desató la revuelta de Aranjuez fue debido al enfrentamiento de la Brigada Ligera de Carabineros (Húsares de la Guardia del Almirante) las tropas al servicio de Godoy que durante los sucesos dispararon contra el pueblo que se había levantado junto a los partidarios de Fernando, Príncipe de Asturias para derrocar a Godoy.
En Aranjuez se llevó a cabo la primera abdicación de un monarca español, debido a la presión del pueblo llano.Carlos IV abdicó en su hijo, proclamado en Aranjuez Rey de España y de las Indias con el nombre de Fernando VII, en medio de masivas manifestaciones de alegría y júbilo del pueblo. El día 24 de marzo, el nuevo Rey hizo su entrada triunfal en la capital en medio de grandes manifestaciones de lealtad y felicidad. El pueblo había sido manipulado, pero su decisiva intervención, no solo consiguió la renuncia de un ministro odiado (lo mismo había ocurrido en el Motín de Esquilache en 1766, siendo el Rey Carlos III. En la cual tuvo lugar una sublevación que nació en Madrid y que arrastró a más de 50.000 personas, poniendo en peligro la autoridad real. Finalmente el Rey obligó a exiliarse a Leopoldo de Gregorio marqués de Esquilache, inspirador de la norma de la vestimenta, que fue el detonante del motín.)
6. LA EXPEDICIÓN MILITAR ESPAÑOLA A DINAMARCA
Al marcharse a Francia, Napoleón había dejado a su hermano (José I), el Rey intruso, la tarea de acabar con la conquista de España. Los ejércitos españoles, aunque mermados representaban unos 120.000 soldados, de los cuales 30.000 estaban destinados en Portugal y otros 16.000 en Alemania, ello nos da una fuerza de 74.000 hombres, incapaces de frenar la ofensiva francesa del Ejercito Imperial, que contaba con mas de 300.000 soldados. No hay que olvidarnos que el ejército español estaba considerado como uno de los mejores ejércitos de Europa; y nuestras mejores fuerzas estaban en Alemania y en Portugal. Teníamos 40.000 soldados en Andalucía, 14.000 en Levante y 20.000 en Galicia. Insuficientes para repeler cualquier invasión enemiga.
Aunque todavía hay que destacar que de esos 120.000 soldados encuadrados en regimientos regulares, mas de 16.000 se encontraban destinados en el ejercito francés que en esos momentos, a fines de 1807 estaban acantonados en Hamburgo, después de haber peleado valerosamente algunos cuerpos en el sitio de Stralsund, las tropas españolas que sirvieron en el ejército francés estuvieron muy bien consideradas por el mariscal Bernadotte, Príncipe de Pontecorvo y general en jefe del Ejército del Elba, a cuyas órdenes estaba (dicho general había escogido para su escolta de la guardia de honor a 100 granaderos españoles del Regimiento de Zamora y una sección de 30 caballos del Regimiento del Rey). La expedición militar que envió Godoy a Alemania al mando del marqués de la Romana; se sumó al bloqueo continental contra Inglaterra, con el que Napoleón pretendía ahogar económicamente a un país cuya economía se basaba en el comercio; y Napoleón no tuvo ningún perjuicio al poner a la venta, con una previa autorización papal, los bienes de la Iglesia Católica en España, para contribuir al esfuerzo de guerra del ejército napoleónico.
Al llegar la primavera de 1808 pasaron a Dinamarca, permaneciendo al principio reunidas en la península de Jutlandia; más en el mes de junio y a consecuencia de los sucesos que se desarrollaron en España, fueron diseminadas por todo el territorio danés, según orden expresa por Napoleón, estableciendo el cuartel general en Nyborg, capital de Fionia, en cuya isla se repartieron los Regimientos de la Princesa y Voluntarios de Barcelona, caballería de Almansa y Villaviciosa, la mayor parte de la artillería y zapadores; en la isla de Zeelandia, no muy lejos de Copenhague, los Regimientos de Asturias y Guadalajara; en la de Lagalenad el Batallón ligero de Catalunya; mientras que en Jutlandia quedaron el Regimiento de Zamora y los de Caballería del Rey, más los Regimientos Infante y Algarbe, al mando inmediato de Kindelán. La orden de prestar juramento de fidelidad al Rey José produjo gran excitación en el ánimo de los soldados españoles, muy descontentos ya, por las noticias que habían recibido de su patria; esto no obstante, Kindelán, que desde el principio tomo partido con los franceses, consiguió que jurasen las tropas de Jutlandia, con el engaño de que las demás habían jurado ya, si bien costo un gran trabajo, produciéndose un gran escándalo. En Fionia, unos juraron sin dar los vivas mandados; los artilleros juraron los que jurasen sus oficiales; los zapadores se negaron rotundamente a hacerlo; los dragones del Regimiento de Almansa irrumpieron la lectura de la orden con los gritos de ¡Viva España y muera Napoleón! Y al amenazarles sus oficiales rompieron las filas con un completo desorden. Las circunstancias referidas inspiraron a algunos oficiales del Batallón Ligero de Catalunya la idea de fugarse en los buques británicos en la bahía de Lageland, siendo los más decididos y resueltos a ello los capitanes Don Francisco Vives, Don Luis de Caixal (antepasado del autor de este trabajo) y el subteniente Antonio Fábregues, el cual encargado de una comisión para Copenhague, pudo por un acto audaz de valentía, ponerse en comunicación con los oficiales de la Marina Real británica y acordar el plan general de evasión, las fuerzas españolas se apoderaron de Nyborg, la capital de Fionia el 9 de agosto, en cuya isla había más de 3.000 hombres de tropas dinamarquesas, para poder pasar a la de Lageland, donde debían reunirse todos los cuerpos, habiendo confiado a los oficiales de Artillería D. Joaquín Lamor, D. Pablo Ventades y D. Manuel Zacarés la arriesgada comisión de ir a preparar el embarque y concentración de las tropas evadidas en Fionia de los regimientos que estaban en Jutlandia, no pudiendo efectuarlo el Regimiento de Algarbe por la infame traición del general Kindelán (la indecisión del viejo coronel del Algarbe hizo perder un tiempo precioso, pudiendo así llegar el traidor de Kidelán al Cuartel General de Bernadotte y denunciar la fuga de sus compatriotas. Entonces el general francés envió a sus fuerzas en persecución de las fuerzas españolas, y cuando el capitán del Algarbe, don Antonio Costa, francés de nacimiento, pero emigrado al servicio de España, juntamente con otros varios oficiales del Regimiento se decidieron a seguir la suerte de sus compañeros de los Regimientos del Rey y del Infante, que se encontraban acantonados cerca de Friderícia con quince escuadrones enemigos que les cerraron el paso, teniendo que rendirse a los franceses, menos el capitán Costa, quien, no queriendo entregar su espada, ni mucho menos dar lugar a la sospecha de que había engañado o vendido a sus compañeros de armas, se dio suicidio pegándose un tiro.
Tampoco pudieron incorporarse los Regimientos Asturias y Guadalajara (conducidos prisioneros a Francia, con los cuales se organizó, en Avignon, por decreto imperial del 11 de enero de 1809, fechado en Chamartin, el Regimiento español de José I, y aunque el objeto era traerlo a España, de desistió de ello temiendo fundamentalmente que acabarían desertando y uniéndose a sus compatriotas que luchaban para expulsar a los invasores franceses de nuestra patria. El Emperador decidió enviar un batallón a Flandes y otro a Dalmacia, reuniéndolos ambos en Holanda en 1811, incorporándolos luego como Regimiento a la División Friant, la cual tomo parte en la campaña de Rusia, formando en la vanguardia hasta llegar a Moscú, siendo los españoles del Regimiento José I, los primeros en entrar en Moscú en septiembre de 1812, como vanguardia de las fuerzas francesas. Tras ordenar Napoleón la retirada de la ciudad, los españoles pasaron a formar parte de la retaguardia de la Gran Armeé, que huía de Rusia, hostigada constantemente por las fuerzas del Ejército del Zar, que operaban en forma de guerrillas, táctica que habían aprendido de los españoles. Hubo miles de españoles que pudieron escapar a Inglaterra tras la disolución del Ejército español en Dinamarca. Unos 5.000 fueron integrados en la división Friant, que participó en la invasión de Rusia. Durante la retirada, unos 2.000 españoles desertaron y se unieron al ejército ruso; otorgándoles en Zar la posibilidad de combatir con los Regimientos de Cosacos del Ejército Imperial. Los españoles integraron el Regimiento Imperial Zar Alejandro I, el 2 de mayo de 1813, estuvo bajo el mando del teniente coronel O’Donell. Aunque el Regimiento no combatió, se mantuvo como guardia imperial de honor de la Zarina y la Reina Madre, hasta el 4 de octubre de 1814 que sería embarcado y transportado hacia España, donde sería desembarcado en Santander.
Estas tácticas junto con el hambre, el frío, la lluvia y el barro acabarían con el Ejército más poderoso de Europa. Napoleón entro en Rusia con 600.000 hombres, llego a Vitebsk con 475.000, a Smolensko con 255.000; en Borodino tan solo le quedaban 230.000, entro en Moscú con tan solo 200.000 hombres y en su larga retirada, cruzaría el río Niemen, entrando en Polonia con tan solo 5.000 hombres. La campaña de Rusia significo el principio del fin para Napoleón y sus sueños de conquista. Cuando las tropas españolas se retiraban se Rusia, llegando a Krasnou a mediados de noviembre, la fuerza militar de la división que en un principio mantenía una fuerza de 17.000 hombres, ahora tan solo contaba en sus filas con unos 1.000. en aquel momento el resto de los españoles desertaron y se pasaron al ejército ruso, que les trataron con gran efecto, y desde 1812 se organizo con todos los españoles de distintas procedencias el Regimiento Imperial Alejandro, aunque no entraremos a detallar el historial de los españoles que lucharon en el ejército ruso por razones obvias. Mientras tanto en Dinamarca, reunidas las fuerzas restantes en Langeland el 13 de agosto, habiendo tenido algunos cuerpos que recorrer las 18 leguas en 21 horas para unirse al cuartel general, se embarcaron el 21 bajo la protección de la escuadra de la Royal Navy, sin abandonar más que los caballos que no podía transportarse, salvándose toda la artillería (25 piezas) y el 27 llegaban a Guttemburgo, en Suecia, donde permanecieron hasta el 12 de septiembre, zarpando al fin en 37 embarcaciones de transporte, y pisando su tan querida tierra española en Santoña y Santander el 8 de octubre. De esta manera pongo fin a la detallada pero obligada descripción de los soldados españoles que lucharon con Napoleón en Dinamarca, aunque el lector comprenderá que aunque estas líneas estén orientadas a detallar la historia de la Guerra de la independencia en España, era obligada la mención de los españoles que lucharon y murieron engañados por las circunstancias históricas del momento, en tierras tan lejanas como aquellas, donde la participación española no fue decisiva, pero si mostraron ante el mundo, que el soldado español, lucha y muere con bravura, allí donde combate. Las dos divisiones españolas del Ejercito del Norte estaban bajo el mando del Marqués de la Romana; Don Pedro Caro y Sureda. Una de las divisiones, estaba bajo el mando del general de origen irlandés Juan Kindelán (División Jutlandia); Y la División del Norte, que luego cambiaría su nombre por el Fionia que estaba bajo el mando directo del general O’Farrill.
La composición de este cuerpo expedicionario esta compuesto por dos divisiones, su composición es la siguiente: (ver anexo 2)
Los mejores regimientos de caballería del Ejército español fueron sacrificados en la expedición de Dinamarca...dejando en España otros regimientos faltos de la experiencia y fiabilidad en el combate de estos. El levantamiento español puso en marcha a los cuerpos de ejercito del general Junot, que se encontraba en Portugal y al de Dusheme que se encontraba acantonado en la ciudad condal. Las divisiones de Moncey y Dupont, que rodeaban la capital, conservaban las comunicaciones con Francia gracias a las unidades desplegadas del ejercito del general Bessèries, que controlaba la ruta desde Vitoria. Bessèries ocupó Zaragoza, mientras que las fuerzas de Moncey y Dupont marcharon hacia Sevilla y Valencia.
Este plan de ocupación fue nefasto ya que dejo enormes extensiones del territorio español sin conexión entre las diversas unidades desguarnecidas y sin protección en la retaguardia. Napoleón cometió un gravísimo error, menosprecio al ejercito español y a su valeroso pueblo, pensó que los españoles actuaría tan cobardemente como lo hicieron el Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII... que podrían ser catalogados desde el punto de vista histórico como los peores monarcas de la historia de España. No olvidemos en nuestra historiografía real, que, desde los tiempos de los Reyes de la Casa de Trastámara y la Casa Real de Aragón España ha vivido tiempos en que nuestros monarcas supieron ensalzar la grandeza de nuestra patria, pero Carlos IV y Fernando VII, representaran ser nefastos en nuestra historia contemporánea.
7. AFRANCESADOS
La denominación de afrancesados o juramentados, surgió en España cuando los ministros y la aristocracia juraron fidelidad al Rey intruso José I, tras la renuncia al Trono de Fernando VII y Carlos IV, frente a los españoles leales a Fernando VII que recibieron el nombre de Fernandinos o patriotas. La palabra afrancesado se hizo extensiva a todos aquellos españoles que, durante la ocupación francesa colaboraron con la administración josefina, ya fuese por interés personal o por la creencia de que la monarquía Bonaparte traería cambios sustanciales de modernización a la ya decadente monarquía borbónica.
José I de España
Muchos de ellos participaron en logias masónicas bonapartistas, como la madrileña Santa Julia o la Gran Logia de Manzanares (Ciudad Real) y el apoyo de una gran parte de la población, junto con una parte destacada de la aristocracia, el ejército y la iglesia juntamente con los llamados intelectuales o liberales, que apoyaron al intruso y tantos males trajeron a nuestra ya maltrecha patria. Con el levantamiento del 2 de mayo se produce el derrumbamiento del Estado y la aparición de los conceptos propiamente dichos de nación y patria. De ahí que nazca el germen de la guerra fraticida que enfrentará a los españoles durante 6 años y que marcara las guerras carlistas y posiblemente la Guerra Civil de 1936 a 1939. La Guerra de la Independencia es una lucha feroz entre colaboracionistas josefinos y patriotas fernandinos. José I Era un hombre convencido de ser capaz de llevar a cabo una reforma política y social de España, trasladando parte del espíritu de la Revolución francesa a la sociedad absolutista española. Los intelectuales y funcionarios creían en esa misión regeneradora como el poeta Leandro Fernández de Moratín que le animaba a construir una sociedad basada en “la razón, la justicia y el poder”. Pero la España tradicional se vio amenazada por los aires revolucionarios del ateismo y la masonería y como tal puedo afirmar que la Guerra de la Independencia es el choque de dos mundos, el Antiguo Régimen frente a la Revolución francesa que desencadena una revolución social a la que Europa, y en gran medida las monarquías absolutistas evitarán a toda costa. Aunque también tendríamos que constatar que José I no fue un rey reconocido por la mayoría de los españoles, ya que el Rey legítimo era sin lugar a dudas Fernando VII. José I no era ningún príncipe de sangre real, que estuviese emparentado con alguna casa real europea, al contrario no era más que un plebeyo que se hizo coronar Rey de España a instancias de su hermano otro plebeyo que se hizo coronar Emperador de los franceses. José no se hizo coronar Rey por el pueblo español sino por un ejército extranjero. Por lo tanto no se le puede reconocer como tal como Rey de España, ni otorgársele el título de S.M.C. (Su Majestad Católica de las Españas) y es por ello, poniendo en uso la Ley de Sucesión de Felipe V de 1713. Dicha ley era la disposición o mandato de la Ley promulgada en las Cortes de España el 10 de mayo sobre el orden de sucesión a la Corona en la descendencia del Rey Católico Felipe V. Por lo cual la línea de sucesión a partir de su hijo Luis I, sería por línea directa masculina de los hijos de los hijos nacidos varones, descendientes de varones legítimos por línea recta legítima, todos nacidos en constante y legitimo matrimonio y según el mismo orden de primogenitura. Por ello y sin entrar en más detalle con las leyes sucesorias de la Corona, José I no tiene ningún derecho en la historiografía española de denominarse Rey de España, al no descender por parte directa masculina de un a línea sucesoria borbónica.
José Bonaparte podía habitar en el Palacio Real de Madrid, pero por ello no podía considerársele como Rey Legítimo de España. José no fue más que un títere en las manos de su hermano, el Emperador de Francia. Todos sabemos muy bien quien gobernaba España, no era José, evidentemente, sino Napoleón a través de sus generales y mariscales; como Soult en Andalucía o Suchet en Valencia, los cuales se comportaban más bien como si fuesen los Virreyes o quizá unos simples reyes de taifas. Cuando José abandono España, tras la derrota de su ejército en Vitoria, se calcula aproximadamente que entre 15.000 y 20.000 españoles se marcharon al exilio con el. Curiosa cifra, si calculamos que unos dos millones de españoles juraron lealtad a José, durante su efímero reinado, o más bien podríamos llamarlo la pantomima del rey títere, porque evidentemente, José no tenía ningún poder sobre España, y menos aún sobre sus generales, los cuales informaban directamente a Napoleón. La Junta Suprema Central Gubernativa del Reino, decretó que todos aquellos españoles que traicionaran a la Patria a favor del intruso...llamado rey de España y sus seguidores josefinos o juramentados fuesen declarados traidores y condenados a pena de muerte. Incluso se dio carta blanca a la población para que actuase libremente contra ellos. Napoleón buscaba anexionarse el País Vasco, Navarra, el norte de Aragón y Catalunya, lo cual hubiese sido desastroso, porque hubiera comportado la destrucción de la nación española. Convirtiéndose la España bonapartista de José en un Estado satélite, o incluso podríamos llamarlo la nación títere de Napoleón y su Imperio.
Tampoco hay que olvidarnos que Fernando VII “El Deseado”, aunque le obligaran a abdicar debido a las peculiaridades y dificultosas circunstancias acaecidas en España, no era tampoco una persona repleta de virtudes, todo al contrario; Tanto Carlos IV, la Reina Maria Luisa y el Príncipe Fernando, representaron ser unos monarcas nefastos para historia de España, llevándonos a una guerra fraticida y trágica para el destino que acabaría marcando el destino de España a lo largo del siglo XIX y XX. Fernando, aunque era el Rey Legítimo, no hay que olvidar que era un adulador de Napoleón. Uno sus actos más lamentables fue el de pedir la mano de la sobrina del Emperador, Lolotte, la hija de Luciano Bonaparte y Catalina Boyer, nieta de unos humildes hosteleros. Finalmente Fernando entró en razón y se casó con la Princesa María Antonia de Nápoles, pero murió de tisis el 18 de enero de 1806. Fernando VII volvería a casarse otras tres veces; con Isabel de Braganza, mientras su hermana María Francisca de Braganza se desposaba con el Infante Don Carlos María Isidro de Borbón, en 1816. La tercera boda fue con María Josefa Amalia de Sajonia en 1819 y la cuarta y definitiva boda se celebró con María Cristina de Borbón y Borbón, hija del Rey Francisco I de Nápoles y la Infanta María Isabel, hermana menor de la Infanta Luisa Carlota, casada con el Infante Francisco de Paula, hermano de Fernando VII.
CONSTITUCIÓN DE BAYONA
La Constitución de Bayona fue el texto aprobado en la ciudad francesa de Bayona el 8 e julio de 1808. Dicho texto fue jurado por José I (Rey de España) en el que se establece en España el cambio dinástico; de la monarquía absoluta por una monarquía constitucional, de ideas napoleónicas. Aunque tampoco es conocida como “Constitución” sino como “Carta de Bayona”. Históricamente su creación se realizó del siguiente modo:
Fernando VII abdica a favor de su padre Carlos IV
Carlos IV abdica a favor de Napoleón I
Napoleón ordena al duque de Berg que convoque la asamblea en Bayona
· Entre el 15 y el 30 de junio de 1808 se elabora una "constitución".
· El 07-07-1808 Napoleón abdica en favor de su hermano José.
· El 08-07-1808 se promulga.
Tiene la siguiente estructura:
· Poder Legislativo.- Iniciativa real, que promulga "oídas las cortes".
· Poder Ejecutivo.- Corresponde al Rey y sus Ministros. El Rey ordena y los Ministros son responsables.
· Poder Judicial.- Es independiente, pero el Rey nombra los jueces.
España no solo tenía que contribuir económicamente a las guerras de Napoleón, sino que tenía que poner a disposición de este la Armada Real para combatir a la flota inglesa que amenazaba a las posesiones francesas y también a los españoles del caribe. España será el caldo de cultivo de una guerra civil; el tradicionalismo frente al pensamiento revolucionario. Los españoles decidirán en que bando combatir, de un lado los patriotas o fernandinos y de la otra los josefinos, juramentados o más comunalmente llamados afrancesados. Aunque el 2 de mayo ha sido muy exaltado por diversos historiadores, nos convendría hacer una pequeña reflexión de lo acontecido para aclarar los pormenores del alzamiento. El Motín de Aranjuez en ese mismo marco y el 2 de mayo en Madrid pusieron al rojo vivo una situación cada día más tensa que acabaría en la Guerra de la Independencia que duraría 6 años hasta la marcha definitiva de los franceses en 1814.
8. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
El alzamiento contra los franceses dará comienzo cuando el pueblo de Madrid, envalentonado por los heroicos oficiales del Parque de Artillería de Monteleón se alcen en armas y luchen hasta la muerte por defender su patria de la invasión extranjera. El pueblo de Madrid, se alzara contra el invasor motivado por la arenga del alcalde de Mostoles; ¡¡¡“Españoles la Patria esta en peligro, acudid a defenderla”!!! y como no iban a acudir los hombres; si las mujeres y los niños luchaban con valentía defendiendo el honor de España por las calles de Madrid, teñida con la sangre de cientos de valientes españoles. Miles de madrileños se sumaron a ese grito, y por toda España corrió la llamada al alzamiento contra el invasor. Lo más curioso de la Guerra de la Independencia es que la declaración de guerra a los franceses y la proclama de alzamiento no la realizó ningún alto dignatario del Estado, ni del Consejo de Castilla, o de la Junta de Gobierno; La proclama la hizo Andrés Torrejón Alcalde de Móstoles. Los seis años que transcurrieron entre 1808 y 1814 se encuentran entre los más importantes de nuestra historia; ya que de ellos, para lo bueno o para lo malo nació la España Contemporánea.
Defensa del Parque de Artillería de Monteleón. Pintura al óleo de Joaquín Sorolla en el Museo-Biblioteca Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú.
SITUACIÓN DE ESPAÑA
En 1808; España tenía unos 10 millones de habitantes y aunque se encontraba lejos de los casi treinta millones de los que habitaban Francia; su población era ligeramente mayor que la de Inglaterra; sin embargo, a raíz de su progresiva industrialización, estaba aumentando a gran velocidad. La escasez de ciudades era realmente importante –Madrid apenas sobrepasaba los 200.000 habitantes, frente a los 700.000 de París o los 900.000 de Londres—Esto significaba la ausencia de masas de obreros y proletarios que comenzaban a ser frecuentes en las urbes del Reino Unido y Francia y configuraban una sociedad muy diferente a la española, que era típicamente rural. La estructura de la población en los tres estados clásicos del Antiguo Régimen produciría también notables diferencias con los británicos y los franceses. Algo más de 400.000 personas pertenecían a la nobleza --119 grandes títulos de Grande de España y otros 535 títulos diferentes— --otros casi 200.000 eran miembros del clero, un nivel altísimo— y el resto, el pueblo llano. La posesión de la tierra cultivable o productiva era muy desigual, puesto que los nobles eran propietarios del 51,38% y la Iglesia del 16,50%. Por otra parte, las rentas de la Iglesia se repartían de una manera muy desigual entre sus miembros --un cura de un pueblo pequeño apenas alcanzaba los 600 reales, en tanto un obispo podía ganar fácilmente los 800.000 reales-- y algo parecido ocurría con la nobleza. La sede Primada de Toledo gozaba de 3.500.000 reales al año y un obrero español especializado de una gran ciudad, cobraba en torno a los 2.000 reales.
LA GUERRA
Naturalmente durante la Guerra de la Independencia en España hubo más de 400 combates y se calcula en más de un millón el número de víctimas mortales. Aunque si me gustaría poder analizar muy brevemente una de las batallas que cambio el rumbo de la guerra en España y por consiguiente en el contexto general europeo de las Guerras Napoleónicas; la Batalla de Bailén.
Rendición de Bailén por José Casado del Alisal - Museo del Prado, Madrid
Bailén supuso la primera derrota en la historia del potentísimo e invencible ejército napoleónico, la Gran Armée. El combate tuvo lugar el 19 de julio de 1808, en el se enfrentaron el cuerpo de ejército francés del general Dupont con 21.000 soldados, frente al ejército español del general Castaños, con 24.000 efectivos. Las fuerzas españolas estaban compuestas por tres divisiones y una división volante de reserva (ver anexo 3). Los franceses fueron derrotados, tuvieron 1.500 muertos, 3.000 heridos se hicieron más de 17.000 prisioneros. El ejército español tan sólo tuvo 189 muertos y 567 heridos. La Batalla de Bailén, desde el punto de vista puramente militar, demostró a los generales españoles como vencer a los franceses. Aquella batalla representó que Napoleón no era invencible y que sus ejércitos podían ser derrotados en el campo de batalla. Bailén fue un triunfo del Real Ejército heredado de la Ilustración, con sus virtudes y defectos; apoyado por miles de campesinos, comerciantes y artesanos. Los franceses fueron derrotados, y las consecuencias fueron que Dupont y sus oficiales fueron puestos en libertad pero tuvieron que marchar a Francia. No tuvieron tanta suerte sus soldados..los cerca de 18.000 prisioneros fueron custodiados por los españoles a la desolada isla de Cabrera. Al final de la guerra habían muerto cerca de 9.000. José I tuvo que abandonar la Corte de Madrid y dirigirse a Navarra. Esto, evidentemente enfureció a Napoleón que regresó a España con su ejército de veteranos combatientes.. unos 300.000 soldados galos ocuparon de nuevo toda España derrotando al resto de las resquebrajadas unidades militares del ejército español. Napoleón volvió a poner en el Trono a José y mantuvo en España a una potente fuerza militar para consolidar la Corona de José I.
En 1808; Los ejércitos franceses se enfrentaron a los españoles en las batallas de Gamonal, Tudela, Somosierra, Espinosa y el Bruch, y llevaron a cabo el primer sitio de Gerona y Zaragoza. Los combates que se llevaron a cabo en los sitios de Zaragoza y Gerona, parecían más bien epopeyas de la Primera o Segunda Guerra Mundial, (Verdún, Stalingrado, o Montecassino) que de combates de las Guerras Napoleónicas del siglo XIX. Los combates calle por calle, casa por casa, cuerpo a cuerpo, con bayonetas, azadas, machetes, espadas..y toda clase de armas imaginables de la época, en las que los hombres murieron a miles por salvar un ciudad española. La estrategia llevada a cabo fue errónea desde el punto de vista militar; Palafox, considerado por muchos un militar mediocre en busca de fama..sacrifico a miles de soldados regulares y paisanos reservistas de la milicia atrincherados dentro de una ciudad, que acabó por convertirse en un matadero. En Zaragoza murieron más de 50.000 defensores, dejando sin fuerzas militares a Aragón, con tan sólo 4.000 soldados para combatir a los franceses. Los cuales habían tenido más de 10.000 bajas en la toma de la ciudad de Zaragoza. En Gerona, paso algo similar, aunque la ciudad estaba bajo el mando de un competente y eficaz militar, el general Álvarez de Castro, el cual resistió la embestida de las tropas francesas, que sufrieron la perdida de cerca de 15.000 hombres. La Inmortal Gerona sufrió la perdida de 11.000 defensores. Miles de vidas se perdieron inútilmente. Quizá en campo abierto, las filas españolas, ahora aglutinadas no por los soldados regulares heredados del ejército de la Ilustración, sino por una amalgama de comerciantes, artesanos y campesinos..faltos de preparación militar y de armas, los cuales difícilmente hubieran podido resistir la carga de la caballería pesada francesa y de su artillería. Quizá Zaragoza y Gerona, en sus errores, costaron la vida a miles de españoles, pero también desgastaron a los ejércitos franceses, poco acostumbrados a este tipo de lucha de guerrilla urbana. En Gamonal y Espinosa de los Monteros se había destruido por completo la estructura defensiva del ejército español en apenas un mes. 1811, fue un año de lamentables y catastróficas derrotas para el ejército español y sus aliados en la Península; sin olvidarnos de la toma por las tropas imperiales francesas de Tarragona, Tortosa, Sagunto o Valencia..donde las tropas Imperiales capturaron la ciudad y con ella a unos 20.000 defensores, 350 cañones y 21 estandartes y banderas daban fe al triunfo obtenido por los ejércitos de Napoleón en Levante. El último ejército en campaña español que podía hacer frente a los franceses había sido derrotado al capturarse la ciudad de Valencia. Tarragona, también fue otro desastre, en la ciudad murieron durante el sitio 15.000 defensores frente a tan sólo 1.000 franceses. En Tortosa, los franceses tomaron la ciudad tras aplastar la resistencia de sus más de 7.000 defensores. Los desastres no vinieron solos, y evidentemente la tragedia de Extremadura, aún fue peor; El triunfo de Soult había sido asombroso y demostraba una y otra vez, la inmensa superioridad táctica y técnica de los ejércitos franceses sobre los españoles, para desgracia de nuestra nación. En apenas dos meses el mariscal Soult había destruido el ejército español de Extremadura con casi 20.000 soldados, destruyendo la capacidad operativa de nuestro ejército en campaña, y capturando Olivenza y Badajoz, dos importantes plazas que aseguraban la frontera con Portugal.
La defensa de Madrid estaba dirigida por los generales Morla, De la Vega y el duque de Castellar. La capital se rindió el 3 de diciembre de 1808; Desde su Cuartel General en Chamartin, Napoleón emitió cuatro decretos para acabar de una vez por todas con el “problema” español: 1) Eliminar los derechos feudales; 2) Suprimir la Inquisición; 3) Reducir el número de conventos y monasterios y 4) Suprimir las aduanas internas. Es muy difícil que Napoleón pudiese atraserse las simpatías del pueblo español; principalmente porque desde el 2 de mayo había corrido mucha sangre y las tropas imperiales habían provocado demasiados desmanes, violaciones y asesinatos de mujeres y niños indefensos; saqueos de ciudades y poblaciones, sin olvidarnos de los indiscriminados incendios en las iglesias.
En España combatieron unos 70 regimientos franceses; de los cuales 35 eran de caballería “Húsares, Dragones, Coraceros, Lanceros y Cazadores” Cada regimiento francés tenía cuatro batallones y uno en deposito de reserva, incluyendo una compañía de granaderos y otra de “Voltigueurs” unidades de “elite” del ejército francés, más cuatro compañías “centrales” carabineros y cazadores, que eran la “elite” de la caballería napoleónica. En el ejército francés combatieron soldados de diversas nacionalidades, eran realmente el embrión del futuro Ejército Europeo. En ellos combatieron Regimientos de Hesse, Baden, Baviera, Wurttemberg, Hannover, Westfalia, incorporados en la Confederación del Rin, establecida por Napoleón en 1806. Sin olvidarnos de los mejores soldados que combatieron con los franceses la caballería de los “Lanceros”del Vístula, soldados polacos del Ducado de Varsovia, aliados de Napoleón y la mejor caballería de Europa; incluyendo a holandeses, italianos, españoles, irlandeses, daneses, flamencos, a prisioneros prusianos, rusos y austriacos. Y finalmente a los voluntarios suizos de los Regimientos del Príncipe de Neuchentel y de Isembourg. Las tropas que combatieron en España a principios de 1808, antes de la derrota de Bailén fueron los Cazadores de Montaña, la Guardia Nacional, Batallones de Gendarmes, la Guardia de París (policías reclutados en la Ille de France), fusileros y compañías centrales (carabineros y cazadores) en resumidas cuentas tropas poco experimentadas.
Cuando estalló la Guerra de la Independencia, había dos ejércitos en España; el que existía al comenzar la guerra, heredado de la Ilustración y el que se formo durante la misma. La infantería contaba en 1808 con 35 regimientos de línea de tres batallones de cuatro compañías de las cuales una era de granaderos. Había entre ellos –tres regimientos irlandeses, uno napolitano y seis suizos-- La infantería ligera estaba dotada de doce batallones se seis compañías de 200 hombres. Había cuarenta y tres batallones de milicias de 600 hombres cada uno y cuatro regimientos provinciales de granaderos de 1.600 hombres divididos en dos batallones. Por último, la caballería estaba formada en 1808 por 12 regimientos, que aumentaron en 1814 a 16. La escasez de monturas en el ejército español, la falta de hombres preparados y las constantes reformas de Diego Godoy, hermano del valido e Inspector General de la Caballería, que llevó a cabo diversas reformas del cuerpo de caballería entre 1802 y 1805 condujeron a que la Caballería fueses el arma menos eficaz del ejército español; con ello nuestra caballería pudo llegar a realizar cargas al estilo de la caballería rusa, francesa, prusiana o austriaca. Cuando comenzó la guerra, había en España 9.000 caballos disponibles para 15.000 jinetes, destacando el caso del Regimiento de la Reina, que disponía de 202 caballos para 667 jinetes.
Los ejércitos españoles prácticamente habían dejado de existir, las unidades dispersadas se unieron a la guerrilla. En España se llevo a cabo un tipo de lucha a la que los franceses no estaban acostumbrados...sus ejércitos se batían en campo abierto a otros ejércitos en las mismas condiciones que exigían los reglamentos de la guerra. Pero en España se encontraron con una guerra a la que no supieron vencer. Como dijo el coronel William Travis, al frente de los tejanos que luchaban en la Misión española de El Alamo el 2 de marzo de 1837; “Los hombres que luchan por su patria, luchan por si mismos, y como tal es un patriotismo egoísta e inteligente” Los españoles que lucharon y murieron entre 1808 y 1814, también combatieron por su patria y por si mismos, para expulsar a un ejército invasor que sojuzgaba a España.
En España combatieron 54 regimientos británicos; de los cuales 28 eran de caballería; seis regimientos de Dragones, tres de la Guardia Real, cuatro de Húsares y ocho de Dragones Ligeros. Incluyendo las fuerzas extranjeras al servicio de Inglaterra. La Legión Alemana del Rey –King’s German Legión-- que contaba con infantería de línea y ligera y los Oëls Jägers de Brünswick, con sus llamativos uniformes negros y las tropas formadas por los franceses emigrados durante la Guerra Revolucionaria francesa a Inglaterra que conformaron la unidad denominada –Chasseurs Britaniques-
En 1809 al constituirse la nueva Quinta Coalición Napoleón tuvo que retirarse dejando en España a tan sólo 150.000 soldados, llevando el resto a los campos de batalla europeos. Entre 1809 y 1813 una serie de derrotas militares francesas exceptuando la expedición de José a Andalucía llevará a la derrota de los franceses en España. Evidentemente la llegada de los ejércitos ingleses de Wellington a la Península, junto con las tropas portuguesas y el reorganizado ejército español a través de la Junta Suprema Central acabarán por derrotar a los napoleónicos. Las Batallas de Albuera, Arapiles, Vitoria y San Marcial conducirán a la huida de José I de España con el resto de su ejército y un sequito de cerca de 15.000 españoles que huirán al exilio con el. En la Guerra de la Independencia hubieron infinidad de combates victorias y derrotas, pero la derrota más catastrófica del ejército español en toda sus historia militar, fue la Batalla de Ocaña; en la que el Ejército de La Mancha, bajo el mando del general Areizaga con unos 54.000 soldados (48.000 de infantería y 6.000 de caballería) fue aniquilado por un ejército francés de menos de 30.000 hombres. Los franceses capturaron a unos 15.000 soldados, que fueron paseados por Madrid, para dar una lección a los madrileños, de esa manera el pueblo español se lo pensaría dos veces a la hora de levantar un ejército contra su nuevo (Rey José I?) y el Emperador Napoleón. Que era en realidad el que gobernaba España, mientras sus generales hacían y deshacían como si de reyes de taifas se trataran. Ocaña, se convirtió en la catástrofe militar más importante de un ejército español en un campo de batalla. Hay otro aspecto importante a destacar de la Guerra de la Independencia, “La Guerrilla”, la cual no fue decisiva en la victoria contra los franceses pero ayudo a ganar la guerra. La guerrilla nació como fruto de las incapacidades de las unidades regulares del ejército español ya muy mermadas en la disponibilidad de poder enfrentarse al 100% y conseguir una victoria decisiva contra las fuerzas enemigas invasoras. Al verse derrotados en continuas batallas contra los franceses y con la ruptura del dispositivo de defensa tras las campañas militares de 1809 obligaron a la población española a combatir de la única forma posible; “La Guerrilla”. El combate llevado a cabo con esta estratagema de guerrilleros fue en cierta manera una alternativa a las batallas a campo abierto, donde la superioridad enemiga era aplastante. Los guerrilleros no podían enfrentarse a las líneas de fusilería francesa, apoyada por su amplia artillería y su caballería pesada por los flacos a campo abierto, ya que hubiesen sido barridos en una sola batalla. A los españoles, tan sólo les quedaba un única opción, militarizar las partidas guerrilleras, bajo el mando de cuadros de oficiales regulares del ejército y apoyadas por la intendencia británica; en armas, equipos, caballos, utensilios, comida, viveres y uniformes..como el fue el caso del Regimiento de Caballería de Almansa que fue creado íntegramente por Inglaterra. En 1810, el ejército francés requirió a más de 50.000 soldados para combatir a la guerrilla, lo que reducía a los ejércitos franceses en campaña contra los ejércitos de la coalición hispano-anglo-portuguesa. Las guerrillas sirvieron para inmovilizar en el terreno a miles de soldados imperiales, aunque no fueron quienes vencieron a las tropas de Napoleón, ayudaron a los generales españoles e ingleses a derrotar a las tropas invasoras. De los diferentes intentos de calcular las bajas de los franceses los generales Marbot, Lumière y Bigorré; cifran las bajas en unos 100 muertos diarios, lo que daría un total de 180.000 hombres muertos y heridos, una cifra quizá muy exagerada. Aunque existen otros cálculos del general Lumière de Corvey que estiman las bajas de los soldados franceses en España entre 6.000 y 8.000 muertos al mes, lo que daría una cifra cercana a las 500.000 bajas. inesperado, en su guerra contra Francia.
Aquello comportará la invasión de los ejércitos de la coalición hispano-anglo-portuguesa de Francia y el posterior Tratado de Valençay en 1813, que conllevaría el regreso de Fernando VII a España y el fin de la guerra. Una guerra que había causado cientos de miles de muertes y la agonía de una nación y su Imperio, España entraba en declive, y aquella nación maltrecha y agonizante se encaminaba hacia un siglo muy turbulento de guerras civiles, cambios de gobierno, perdida de las colonias de ultramar, golpes de estado, la caída de la monarquía y la proclamación de una República. El desastre de la Guerra de la Independencia no había hecho más que desatar la caja de Pandora y las revueltas y enfrentamientos en España marcarían el destino de nuestra pésima historia durante más de un siglo y medio, hasta el final de la Guerra Civil 1936-1939. España había necesitado su Ejército para devolver a su pueblo, la ansiada Paz y tranquilidad, el trabajo y el honor robado a sus hogares por los ejércitos franceses de ocupación. Por ello la Patria, tiene el derecho de exigirnos a todos: sacrificios, desvelos y hasta la propia vida. Por ello no hay que olvidar que la indisoluble Unidad de la Nación Española, patria común e indivisible de todos los españoles, fundamente nuestra PAZ, evitando trágicos enfrentamientos, las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su unidad e integridad territorial y el ordenamiento constitucional. En conclusión y para finalizar esta reflexión... tenemos que ser conscientes y dignos de nuestros antepasados que tanta sangre derramaron sin pedir nada a cambio..cuando la Patria en peligro les reclamo, y como tal entregaron sus vidas en las gestas mas heroicas de nuestra historia. Y como colofón final deberíamos preguntarnos a nosotros mismos, ¿Qué es, pues el Ejército? El Ejército somos todos los españoles, unidos y organizados en defensa de la Patria. Como dijo el coronel de infantería Siforiano Morón Izquierdo; Es la suma de las voluntades de ¡VENCER! Para la salvaguardia de lo permanente.
ANEXOS
(Anexo 1)
ESTADO DE FUERZAS DE LAS DIVISIONES ESPAÑOLAS QUE FORMABAN EL EJERCITO DE PORTUGAL EN 1808.
ARMAS Y REGIMIENTOS HOMBRES CABALLOS PIEZAS
DIVISIÓN CARRAFA
División de Granaderos
Provinciales de Castilla la
Vieja: 1.796
INFANTERÍA DE LINEA
Regimiento Zaragoza 850
Regimiento Mallorca 1.819
INFANTERÍA LIGERA
2º Regimiento de Cataluña 351
Regimiento de Tarragona 633
Regimiento de Gerona 620
Regimiento de Barbastro 700
Total..............................6.769
CABALLERIA
Regimiento del Príncipe 237
Regimiento Borbón 300
Regimiento Farnesio 146
Regimiento de Alcántara 158
Regimiento España 150
Regimiento Calatrava 147
Regimiento de Santiago 300
Regimiento Dragones de la Reina 428
Regimiento de Numancia 150
Regimiento de Olivenza 148
Total......................................................2.164
ARTILLERIA
División de Batalla 212 10
División de Batalla 212 10
Total........................424 Total................................20
INGENIEROS
Zapadores minadores 400
RESUMEN:
Infantería...................................6.789
Caballería..................................2.164
Artillería....................................424
Ingenieros..................................400
Total...........................................9.756
ARMAS Y REGIMIENTOS HOMBRES CABALLOS PIEZAS
DIVISIÓN SOLANO
INFANTERÍA
Guardias Españoles 800
Guardias Valones 833
3ª. División de Granaderos
Provinciales de Andalucía 1.545
Regimiento de Saboya 455
Regimiento de Córdoba 580
Regimiento de Burgos 800
Regimiento de Murcia 1.832
Ordenes Militares 584
Regimiento de Irlanda 353
INFANTERÍA LIGERA
Regimiento Valencia 685
Regimiento Campo Mayor 680
Total.......................................................9.147
CABALLERÍA
Regimiento Húsares de María Luisa 150
ARTILLERIA
División de batalla 199 12
División de a pie 232
Total.........................................................431 12
RESUMEN:
Infantería................................................9.147
Caballería..................................................150
Artillería....................................................431
Total.......................................................9.578
ARMAS Y REGIMIENTOS HOMBRES CABALLOS PIEZAS
DIVISIÓN TARRACO
INFANTERÍA DE LINEA
División de Granaderos
Provinciales de Galicia 633
Regimiento del Rey 761
Regimiento del Príncipe 1.004
Regimiento de Toledo 519
Regimiento de León 789
Regimiento de Aragón 1.098
Voluntarios de la Corona 744
INFANTERÍA LIGERA
Regimiento de Navarra 620
Total.............................................6.108
ARTILLERIA
Artilleros a pie 315 12
INGENIEROS
Zapadores 101
RESUMEN:
Infantería.....................................6.168
Artillería.........................................315
Ingenieros.......................................101
Total general de la fuerza...........23.755 infantes, artilleros e ingenieros
2.314 jinetes
44 piezas de artillería
(Anexo 2)
La composición de este cuerpo expedicionario esta compuesto por dos divisiones, su composición es la siguiente: (ver anexo 2)
DIVISIÓN JUTLANDIA
3 Batallones del Regimiento de Línea de Zamora................2.256 hombres
3 Batallones del Regimiento de Línea de Guadalajara.........1.504 hombres
1 Batallón de Inf. Ligera Voluntarios de Cataluña...............1.200 hombres
1 Regimiento de Caballería de Línea; Algarve.....................540 hombres
1 Regimiento de Caballería Ligera; Villaviciosa..................540 hombres
1 Compañía de Artillería.......................................................100 hombres
Total......................................................................................6.140 hombres
Al mando de esta división figuraba un general de origen irlandés, don Juan
Kindelán.
DIVISIÓN DEL NORTE
1 Batallón del Regimiento de Línea Guadalajara.................778 hombres
3 Batallones del Regimiento de Línea Asturias...................2.232 hombres
Regimiento de Línea Princesa............................................2.282 hombres
2º Batallón de Voluntarios de Barcelona (Inf. Ligera)....... 1.240 hombres
Regimiento de Caballería de Línea del Rey........................540 hombres
Regimiento de Caballería de Línea del Infante...................540 hombres
Regimiento de Dragones de Almansa.................................540 hombres
Una compañía de zapadores-minadores..............................100 hombres
Artillería a pie......................................................................300 hombres
Artillería a caballo................................................................200 hombres
Tren de abastecimiento.........................................................200 hombres
Total......................................................................................9.802 hombres
La División del Norte estuvo bajo el mando del general O’Farrill que más
tarde cambiaría su denominación por la de División Fionia. La División Jutlandia
al mando de Kindelán, participó en el sitio de Stralsund, combatiendo de
forma heroica y consiguiendo la rendición de la plaza el 18 de agosto de 1807. Los
regimientos de Caballería que se vieron comprometidos en la reorganización del
nuevo reglamento de 1811 fueron:
Regimiento de Caballería de Línea Algarbe
Regimiento de Caballería de Línea Villaviciosa
Regimiento de Caballería de Línea del Rey
Regimiento de Caballería del Infante
Regimiento de Dragones de Almansa
(Anexo 3)
Primera División (9.436 hombres, 817 caballos, dos compañías de Zapadores y diez piezas de artillería): Comandante general, mariscal de campo D. Teodoro Reding; Segundo comandante, brigadier D. Francisco Venegas; jefe de Estado Mayor, brigadier D. Federico Abadía.
Segunda División (7.850 hombres, 453 caballos, una compañía de zapadores y seis piezas): Comandante general, mariscal de campo, marqués de Coupigny; Segundo comandante D. Pedro Grimarest.
Tercera división (5.415 hombres y 582 caballos): Comandante general, mariscal de campo D. Felix Jones.
División de reserva (6.676 hombres, 408 caballos, una compañía de zapadores y doce piezas): Comandante general, teniente general D. Manuel de la Peña.
Había además un Cuerpo volante o División de montaña a cargo del coronel D. Juan de la Cruz Mourgeon, compuesto de unos 2.000 hombres.).
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