domingo, 27 de septiembre de 2015

LA GUERRA DEL PACÍFICO: CAMPAÑA DE TARAPACA Y TOMA DEL MORRO (1879-1880). EL DESASTRE DE TARAPACÁ. BATALLA DEL CAMPO DE LA ALIANZA Y CONQUISTA DE ARICA. DESTRUCCIÓN DEL EJE MILITAR ALIADO
-Ampliado y actualizado el 08 de abril de 2008-
EN UNA DECISIÓN QUE NO ESTUVO LIBRE DE CONTROVERSIAS, SE DECIDIÓ QUE EL EJERCITO DE CHILE INICIARÍA UNA CAMPAÑA DE GUERRA TERRESTRE POR EL DESIERTO DE TARAPACÁ PARA LUEGO CONQUISTAR LOS BASTIONES ALIADOS DE TACNA Y ARICA. ESTA AVENTURA ESTUVO LLENA DE GLORIAS PARA CHILE, PERO ACOMPAÑADA TAMBIÉN DE UN TERRIBLE DESASTRE, COMO FUE LA HEROICA INMOLACIÓN DE ELEUTERIO RAMÍREZ Y SUS HOMBRES EN LA QUEBRADA DE TARAPACÁ. A PESAR DE TODO, SE CONSIGUIÓ ROMPER EL EJE ALIADO Y BOLIVIA ABANDONÓ DEFINITIVAMENTE AL PERÚ EN LOS CAMPOS DE BATALLAS, PERO GENERANDO UNA ESCALADA DE ODIO ANTICHILENO QUE SE MANIFESTÓ EN MÉTODOS ARTEROS DE GUERRA USADOS POR LOS PERUANOS EN LOS "POLVORAZOS" DE ARICA Y LUEGO EL HUNDIMIENTO DEL VAPOR "LOA".
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Desembarco en Pisagua y el inicio de la campaña de Tarapacá

Derrotado el "Huáscar" en el Combate Naval de Angamos del 8 de octubre de 1879, vino la difícil tarea de iniciar la campaña terrestre del Ejército hacia Tarapacá, desierto peruano que había sido convertido en un verdadero bastión militar de los aliados.
El Ministro de Guerra Rafael Sotomayor, por recomendación del Comandante Carlos Condell, héroe de Punta Gruesa, decidió que el desembarco se haría en la localidad de Pisagua, para cortar la comunicación aliada entre Iquique y Tacna. Con ese objeto se despacharon 9.500 hombres en nueve naves, el día 28 de octubre de 1879, al mando del Almirante Latorre a bordo del "Cochrane". Sólo en medio del viaje se supo de cuál era el propósito de esa misión, comunicada en Consejo de Guerra por el Jefe de Estado Mayor, Coronel Emilio Sotomayor (hermano del Ministro) y por el General Erasmo Escala: se desembarcarían 4.890 hombres en Pisagua y 2.175 en Junín, poco más al Sur; el resto del contingente quedaría en la reserva de la flota.
Llegaron a Pisagua la mañana del 2 de noviembre, siendo inmediatamente vistos por el enemigo. El General peruano Juan Buendía ordenó disparar sus baterías de tierra contra la flota, pero no tardaron mucho en responder la "Covadonga" al mando de Orella, el "Cochrane", al mando de Latorre y la "O'Higgins" al mando de Julio Montt, que en pocos minutos destruyeron la artillería enemiga. Los peruanos se replegaron un tanto evitando los proyectiles, pero los bolivianos escaparon en una verdadera estampida, pues muchos de ellos jamás habían visto en acción ese tipo de armas ni habían experimentado de cerca un poder de destrucción similar. Sin embargo, las demoras y los errores chilenos retrasaron el desembarco permitiendo la reubicación de la mayor parte de los hombres de Buendía, lo que obligó a descargar nuevos tiros, desembarcando sólo 400 hombres de una compañía de Zapadores y dos del Batallón Atacama, aproximadamente a la 10 horas. Varios cayeron sin haber bajado de sus lanchas siquiera, alcanzados por los fusiles aliados.
El Teniente de la Armada José Barrientos fue el primero en poner pie en la playa, avanzando -bandera en mano- con un pequeño grupo de oficiales del Atacama hasta una loma costera, donde se encontraba la primera línea de trincheras, cuyos soldados aliados fueron abatidos a bayoneta. Les siguieron el Capitán Fraga y el Subteniente Rafael Torreblanca quienes, a la cabeza del resto de los chilenos, avanzaron hacia el cerro mientras las lanchas regresaban por más hombres. Un contraataque de Buendía comenzó a rodearlos, obligándoles a guarecerse en un terraplén sin parar el fuego. Intentando socorrer a estos chilenos mientras llegaban las demás fuerzas, los cañones de la flota comenzaron a disparar contra los aliados, escasos metros más adelante, donde se encontraban parapetados los chilenos.
Afortunadamente, los aliados retrocedieron cerro arriba y el segundo desembarco chileno pudo concretarse con éxito, llevando cerca de 100 hombres del Atacama, del Zapadores, del 2º de Línea y del Buin, quienes se incorporaron al grupo de Torreblanca y salieron persiguiendo velozmente a los aliados hacia la cumbre, logrando fugarse la mayor parte de ellos en el más completo y espantoso desorden. Al llegar el tercer desembarco chileno, el conflicto había terminado. A las 3 de la tarde, Torreblanca ordenaba izar la bandera chilena muy vistosamente sobre el acantilado y declaraba así el éxito de la toma de Pisagua, a pesar de la pérdida de 58 hombres. Este tipo de desembarco, desde muchos puntos de vista, tiene características absolutamente novedosas y nunca antes vistas para la historia militar hasta la época.
Los hombres que avanzaron a Junín no encontraron resistencia, pero sí se enfrentaron a las inclemencias propinadas por la hostilidad del clima desértico: camanchacas de neblina en las que no se veía nada frente a la propia nariz y el calor sofocante que, a pocas horas del desembarco, ya tenía a los chilenos peligrosamente deshidratados, por lo que el Ministro Sotomayor ordenó al General Manuel Baquedano obtener agua con bombas y entregarla a los desesperados hombres. Después de estos trámites, encargaron al Coronel Víctor Petrot y al Ingeniero Teniente Coronel Federico Stuven poner en funcionamiento el ferrocarril hacia el interior y la locomotora del lugar, que los aliados habían dejado abandonada en su huida.
La noticia del desembarco y la victoria chilena en Pisagua llegó a oídos del Presidente Mariano Ignacio Prado el día 4 de noviembre siguiente, motivando un urgente Consejo de Guerra en Arica, al que también asistió el General Hilarión Daza, Presidente de Bolivia y cabeza del Batallón de los Colorados, Capitán General del Ejército de la Alianza. En la desesperada reunión, el caudillo boliviano concluyó en la necesidad de trasladar 3 mil hombres hasta Tana, un pueblo situado al Norte y al interior de Pisagua.
Prado dispuso de las fuerzas de Buendía que se reorganizaban al Sur, en Pozo Almonte, al interior de Iquique, sumando cerca de 9 mil hombres más. La idea era intentar golpear a los chilenos con esta masa de 12 mil efectivos aliados. Comenzó de inmediato, además, la marcha de la propaganda de especulaciones y narraciones aterradoras que la prensa limeña difundía por el país a través de los virulentos artículos del diario "El Comercio", que habían lanzado historias absolutamente falsas e infernales sobre el desembarco chileno en Pisagua, especialmente sobre el trato que recibieron las mujeres peruanas en el poblado, supuestamente violadas en masa por los chilenos. Estas infamias tendrían hoy un carácter meramente anecdótico, si no fuera porque tras las publicaciones se produjo una sangrienta masacres de mujeres chilenas residentes en Lima.
Las historietas de terror sobre Pisagua fueron categóricamente desmentidas por el padre peruano José Domingo Pérez, quien dirigía el servicio de ambulancia de Arequipa estando presente en Pisagua el día del desembarco. En carta dirigida a "El Mercurio" durante un paso por Valparaíso, el religioso declaró que el poblado había sido abandonado por sus habitantes mucho antes del desembarco de los chilenos, y que no había una sola mujer en el lugar en ese momento. Agregaba que los chilenos lo trataron correctamente y que los jefes militares evitaron en todo momento los abusos o los desórdenes. De vuelta en Perú, publicó en el diario "La Bolsa" de Misti una carta reconociendo lo mismo, y explicando que lo hacía porque "se decía que me habían quemado, que me habían degollado y que se habían cometidos otros excesos y crueldades en la toma de Pisagua".
Sin embargo, el deseo de creer estos relatos fue mayor y los abusos antichilenos disfrazados de venganzas cundieron por todo el territorio peruano no sometido y siendo repetidos hasta nuestros días por historiadores faltos de escrúpulos y de rigor investigativo.

Primeros combates al interior y la captura de la "Pilcomayo"

Tras algunas exploraciones en el entorno, los chilenos decidieron verificar que no hubiesen fuerzas enemigas en aldeas o poblados cercanos, objetivo con el que se envió desde Pisagua una patrulla al mando del Teniente Coronel José Francisco Vergara, acompañado por los Capitanes Dardignac y Sarratea, y del Alférez Gonzalo Lara. Llegaron hasta el cantón salitrero San Roberto, sin novedades.
Dos días después, el Coronel salió con dos escuadrones del Cazadores al mando de los Capitanes Sofanor Parra y Manuel Barahona hacia el Este, tomando provisiones de agua y víveres en la estación Jazpampa, desde donde salieron nuevamente hasta llegar al cantón de Dolores, el día 5 de noviembre, en el que encontraron bombas de agua en funcionamiento y mandaron a pedir refuerzos desde Pisagua. Desde allí seguirían hacia el cantón de Agua Santa, atravesando la Pampa Germania en los actuales alrededores del Tamarugal, al día siguiente, con una columna de unos 175 jinetes que avanzaba adelantada y al mando del Alférez Lara, cerca de las 4 de la tarde. Pero a un kilómetro de allí se encontraron con el batallón peruano Húsares de Junín y los altiplánicos Húsares de Bolivia, que abrieron fuego contra los chilenos obligando a Lara a enviar al Sargento Tapia para pedir la llegada de los Cazadores, que habían quedado más atrás.
Valientemente, Parra partió por la derecha con su escuadrón y Barahona por la izquierda con los suyos, enfrentándose las caballerías chilenas con las aliadas de frente. La batalla fue feroz y los sables cortaron aire y cuerpos por igual. La embestida chilena fue, sin embargo, más ordenada y logró romper a los aliados, que tras 50 bajas, escaparon caóticamente en todas direcciones y permitieron que Parra capturara el estandarte de los Húsares de Junín. Los chilenos perdieron, sin embargo, a su Sargento Tapia, que murió heroicamente junto a otros dos compatriotas en este enfrentamiento que ha pasado a la historia como el Combate de Pampa Germania.
En horas de la tarde, Vergara y el resto de los valientes avanzaron hacia el Norte, de vuelta a Dolores, en los mismos momentos en que desde Pisagua salía un grupo formado por efectivos del Buin 1º de Línea, el 4º de Línea, los Batallones Atacama y Coquimbo y fuerzas de batería de montaña. Poco después, salía desde el mismo lugar pisándoles las huellas un grupo formado por el 3º de Línea, los batallones Navales y Valparaíso y una batería de artillería de campaña. En total, para el día 10 de noviembre, eran cerca de 6.000 efectivos los reunidos en Dolores.
Al día siguiente, Daza iba a salir de Arica en medio de grandes loas populares y avanzando hacia Camarones, donde llegaron el día 14. Pero el 17, el caudillo ordenó de súbito el regreso a Arica de la mayor parte de sus hombres, debido al cansancio y la mala preparación para esta aventura, continuando su viaje escoltado por los Colorados al mando del Coronel Camacho, para llegar en la noche de ese mismo día a Tana. Esta insólita acción, según creen algunos sugerida por el Presidente Prado y que muchos de sus posteriores simpatizantes han tratado de justificar con las más variadas y rebuscadas fórmulas, sería el error que sellaría su destino como líder y estadista ante sus propios hombres y ante el juicio histórico.
La noticia llegó hasta los chilenos de Pisagua y se envió al Comandante Vergara en un grupo de Granaderos, pero, por increíble descoordinación, desde Dolores se envió otro escuadrón de Cazadores al mano del Comandante Echeverría, luego de que el Coronel Emilio Sotomayor se enterara de similares movimientos de tropas aliadas en Tana, donde reposaba el presidente boliviano. Así fue como Vergara y los Granaderos llegaron hasta las inmediaciones durante la noche, enviando un acercamiento al Capitán Manuel Rodríguez, quien observó lo reducido del escuadrón boliviano, intentando convencer a Vergara de atacar. El Capitán Zubiria se opuso, pensando que podía tratarse de una trampa. Y, coincidentemente, en las sombras nocturnas de la lejanía, apareció el otro grupo de chilenos, siendo confundidos con una fuerza boliviana que planeaba alguna emboscada, ante lo cual los Granaderos se alejaron de vuelta. Y para empeorar el capricho del destino, los Cazadores también pensaron lo mismo de los hombres de Vergara al verlos en la distancia, retornando a Dolores.
Daza se había salvado, por esta enorme casualidad, de ser capturado por los chilenos.
En tanto, el período de operaciones en Tarapacá no se remitía sólo a sucesos en tierra firme. La Escuadra nacional seguía operando en mar abierto y el mismo día en que el grupo de Barahona era enviado hacia el Sur, el "Blanco Encalada" se encontraba navegando en dirección meridional desde isla Pacay, donde había estado patrullando sin novedades. Llegando a caleta Pacay, la tripulación, al mando del Comodoro Riveros, divisó lo que quedaba de la flota peruana: la "Unión", el "Chalaco" y la "Pilcomayo", las que se dispersaron de inmediato en distintas direcciones. Riveros optó por perseguir a la última, iniciándose una dramática carrera.
Los peruanos comenzaron a tronar cerca de once disparos de cañón que cayeron lejos del acorazado, aunque cada vez más cerca. Cuando la distancia se acortó lo suficiente, el "Blanco Encalada" disparó dos tiros sobre la goleta, produciendo daños y algunas bajas. Haciéndose evidente de que no tenían oportunidad ante ese monstruoso blindado, el Comandante Portal de la "Pilcomayo" decidió prender fuego y fijar los cañones dirigiéndoles las bocas hacia el suelo, de manera de poder hundir la nave. Ordenó que subiesen a las lanchas y se rindieran a pesar de que la goleta seguía con bandera peruana en alto mientras sus ingenieros abrían las válvulas.
Los chilenos la abordaron. 167 prisioneros consiguió tomar el Teniente Goñi, enviado por Riveros. Los chilenos alcanzaron a abordar la goleta apagando el incendio y cerrando las válvulas, por lo que el "Pilcomayo" quedó incorporado, desde ese momento, a la Escuadra chilena.

La epopeya de Dolores. El falso final de la campaña en 1879


Como los antes mencionados grupos de caballería regresaron a sus cuarteles reportando la presencia del inexistente escuadrón boliviano que habían creído ver en Tana, se enviaron desde Dolores hacia Jazpampa tropas del batallón Bulnes, del Coquimbo y del 3º de Línea, y otro escuadrón de Cazadores al mando de Barahona para explorar hacia el Sur, el 18 de noviembre de 1879. Todos ignoraban que, desde el Sur precisamente, avanzaban cerca de 11 mil soldados al mando del General Buendía para unirse a las de Daza. Por eso, cuando la expedición de Barahona descubrió la presencia de estos miles de hombres, sin perder tiempo partió de vuelta a Dolores para advertir la peligrosa movilización aliada.
Al llegar la noticia, se llamó al 3º de Línea y al Coquimbo, que volvía de Jazpampa, para unirse al 4º de Línea, Navales y Atacama, sumando cerca de 6 mil hombres. Se calculó la llegada de los aliados para el día 19 de noviembre y, por capricho del Coronel Sotomayor, se había impuesto la idea de interceptarlos en la llanura Santa Catalina, hacia el Sur, por lo que las tropas salieron cerca de la medianoche.
En preciso, en honor a la verdad, dejar en claro el tremendo conflicto que -a partir de este instante- se desató entre altos miembros del Ejército de Chile. Don José Francisco Vergara, que habíase desempeñado en Dolores como Jefe de Estado Mayor, creyó que la decisión de Sotomayor iba a ser un suicidio, por lo que partió a intentar convencerle de que trasladara el enfrentamiento al cerro Dolores. Los términos en que ambos se increparon durante el encuentro casi los llevó a desenfundar sus sables, pero la insistencia de Vergara logró doblegar al Coronel y devolver al grupo que ya había salido.
En la mañana del día 19, los chilenos al mando del Mayor Salvo habían alcanzado a trepar al cerro Dolores (o San Francisco) y al Tres Clavos, cuando divisaron la inmensa fuerza de tierra aliada que venían avanzando desde el Sur. Rápidamente, se instalaron los cañones y la infantería se conglomeró junto a la cumbre del cerro Dolores; en la falda que unía ambos cerros, se apilaron los Granaderos y Cazadores a la espera de la orden de ataque. Por su parte, los aliados ordenaron su artillería sobre un pequeño morro y la caballería se distribuyó en el entorno. Por largas horas, y revelando el grave cansancio que afectaba a ambos grupos, los hombres se dedicaron sólo a observarse. La batalla no comenzaría sino hasta las 3 de la tarde, cuando un puñado de aliados se acercó hasta el preciado el pozo de agua de Dolores, muy cerca de los chilenos, provocando un cañonazo de emergencia ordenado por el Teniente Argomedo, que fue instantáneamente respondido por miles de tiros de fusil aliado.
Al comenzar el combate, de este curioso modo, los aliados que estaban más cerca de los chilenos corrieron a las faldas del Dolores, poniéndose fuera del ángulo de alcance de los cañones y comenzaron a escalar. El Mayor Salvo se encontraba allí con muy pocos hombres, ordenándoles bloquear la subida a tiros de carabina. Como comenzaron a agotarse las municiones, los aliados aprovecharon de incorporar rápidamente a dos batallones bolivianos guiados por el Comandante Espinar, que se lanzaron valerosamente contra el grupo chileno, muriendo casi la mitad de ellos. Cuando sólo quedaban 30 chilenos en esta posición, Salvo ordenó arremeter a culatazos contra los atacantes, pues se habían acabado las balas y no tenían bayonetas.
Sólo un milagro podría haberlos salvado ante la superioridad numérica del enemigo, y se produjo: en el momento preciso en que eran rodeados, las dos compañías del Atacama alcanzan la posición y cargan con bayoneta y sables contra los aliados, obligándoles a retroceder.
Abajo, los aliados volvieron a engrosarse con otro batallón boliviano e intentaron escalar la ladera nuevamente, en número de 1.300. Los chilenos, que sólo eran 250, recibieron ayuda oportuna del resto del Atacama y del Coquimbo, al mando del Comandante Juan Martínez. La violencia con que se lanzaron estos pocos fue de tal magnitud que aplastó a los aliados y obligó su retirada. El resto del ejército aliado dio por perdido el combate y escapó desobedeciendo las órdenes de sus mandos, mientras la artillería seguía arremetiéndoles tiros de cañón.
A las cinco de la tarde, los soldados chilenos declaraban la victoria. A pesar del triunfo, el Coronel Sotomayor se sintió acosado por los desencuentros que hemos descrito y que motivaron incluso protestas de Vergara a su hermano el Ministro Sotomayor, por lo que presentó su renuncia al Estado Mayor el 22 de noviembre de 1879, en carta dirigida a Escala, siendo reemplazado por el Coronel Luis Arteaga.
Con lo ocurrido en Dolores, se creyó erradamente que la campaña de Tarapacá había llegado a su fin. Las tropas aliadas escaparon desordenadamente, en varios grupos y durante todo el día hacia la quebrada de Tarapacá, al interior de Pozo Almonte, dejando en el camino, en el cantón de Porvenir, a sus muchos heridos y algunas piezas de artillería. Pero allá en Tarapacá, el General Buendía llamó a los peruanos de la División Ríos, destacados en Iquique, a reunirse con sus hombres para partir de vuelta a Arica.
El día 22 de noviembre desembarcaban en Iquique 115 marinos al mando del Capitán Miguel Gaona. Los cónsules extranjeros, a bordo del "Cochrane", habían solicitado formalmente al Comandante Latorre que ocupara la ciudad para reestablecer el orden. A la sazón, Latorre continuaba con el bloqueo del puerto. En "Sketches of Chili", R. Nelson Byrd declara que la explosiva reacción de alegría de parte de la población chilena en Iquique hizo que, tras la llegada de la escuadra, se sintieran "más en su hogar bajo esa bandera que bajo la del Perú". El General Ríos había salido a las 10 de la mañana del mismo día, entregándole a los cónsules los sobrevivientes de la "Esmeralda", salvo los oficiales que habían sido enviados a Tarma. Fueron recibidos como héroes.
El Ministro Sotomayor llegó al día siguiente junto al Batallón 1º del Esmeralda. Se realizó, por la tarde, un emotivo homenaje en las tumbas de Prat, Aldea y Serrano, y nombró al Capitán Patricio Lynch como Comandante General de Armas en el puerto, lo que incomodó en parte a Escala quien, cumpliendo con una petición de Vergara, había enviado a la quebrada de Tarapacá un grupo chileno conformado por 260 Zapadores al mando del Comandante Santa Cruz, 116 Granaderos al mando del Capitán Roberto Villagrán y 22 Artilleros con dos cañones. Eran sólo 398 almas.

Desastre de Tarapacá: Heroísmo de Eleuterio Ramírez y del 2º de Línea


Mientras, el Coronel Sotomayor, junto a un grupo del Regimiento Cazadores, se estableció en Pozo Almonte enterándose de que 4.000 aliados se reunieron en Tarapacá, por lo que envió noticia de inmediato a su hermano en Iquique. La noticia no sólo derrumbó el optimismo de quienes creían terminados los combates de Tarapacá, sino que anticipó la tragedia de los hombres que habían salido sin más agua ni municiones que para un sólo día, inconscientes de ir marchando hacia su propia inmolación. Vergara sólo había sido informado de 1.500 aliados en Tarapacá, por lo que, inocentemente, solicitó un refuerzo de sólo 500 hombres para su grupo, que provendrían del 2º de Línea, batallón Artillería de Marina, y los regimientos Chacabuco y Cazadores, puestos bajo el mando del Coronel Arteaga. Esta segunda división salió desde Santa Catalina el 25 de noviembre de 1879, con el 2º de Línea a la cabeza, al mando del Teniente Coronel Eleuterio Ramírez.

La mañana del 26 de noviembre, los chilenos llegaron a Dibujo, extenuados por el cansancio, la sed y el andar que había durado toda la noche. Pero no había ni rastros de la expedición de Vergara, que se habíase adelantado hasta un costado de la quebrada tarapaqueña, divisando una columna de 800 aliados que provenían desde Iquique pero que fueron creídos erróneamente como rezagados del combate de Dolores. Poco después, sin embargo, el Capitán Andrés Layseca intentó convencer a Vergara de que en realidad habían 5.500 hombres aliados en la quebrada y no eran rezagados como se supuso, pero no le creyó.

Sólo a la medianoche del día 26 las fuerzas de Arteaga se reunieron con las de Vergara. No tenían agua, ni forraje para caballos; ni siquiera alimentos para los 2.300 efectivos. El mando lo tomó Arteaga, quien dividió la fuerza en tres grupos: uno de ellos atacarían por las puntas de la quebradas de Guaraciña (por el 2º de Línea, 500 hombres) y Quillahuasa (por Zapadores, 950 hombres). El primero, al mando del Comandante Santa Cruz, salió a las 3:30 horas, y el segundo, comandado por Eleuterio Ramírez, salió a las 4 de la mañana. El tercero (el Chacabuco y la Artillería de Marina, 850 hombres), atacaría por encima en Tarapacá. Éste salió al mando del Coronel Arteaga, a las 4:30 horas.
Lo que ignoraban, desgraciadamente, era que hacia Pachica, al extremo oriental de la quebrada y muy cerca de Quillahuasa, se dirigían 2 mil efectivos aliados, permaneciendo el resto de los 5.500 enemigos en el fondo de la quebrada. Hasta aquel momento, la Guerra del Pacífico había sido llevada con relativa caballerosidad e hidalguía. Sin embargo, lo que estaba por ocurrir cambió para siempre el destino de la guerra e introdujo el concepto de la brutalidad y del crimen de guerra como una constante y no de parte de los chilenos, como frecuentemente acusan con injusticia tendenciosa peruanos y bolivianos.
El grupo de Santa Cruz llegó temprano, el 27 de noviembre de 1879, a los alrededores de Tarapacá, tras una noche de camanchaca. Unos arrieros peruanos los vieron, escapando despavoridos hacia el pueblo para avisar a las tropas aliadas. Increíblemente, y desconociendo las advertencias del Capitán de Artillería Exequiel Fuentes, el Comandante Santa Cruz siguió su marcha y sin proteger la retaguardia, por lo que una enorme división peruana al mando de los coroneles Cáceres y Bedoya, de 1.500 efectivos, pudieron aparecer y atacar desde sus espaldas al grupo chileno.
Este sangriento combate dejó el campo lleno de muertos chilenos y toda la artillería abandonada, debiendo retirarse los que, a duras penas, sobrevivieron. Pero, de improviso, apareció la columna del Coronel Arteaga, la que arremetió una feroz embestida contra las filas de fusileros peruanos, que fueron reforzados con la División Ríos y el batallón Arequipa. Cientos de chilenos cayeron en esta brutal carnicería de fuego y espada, luego de que se ordenara la retirada.
Al aparecer el otro grupo, de Eleuterio Ramírez y el 2º de Línea, se introdujo de inmediato en batalla con las fuerzas del General Buendía en el pueblo de Tarapacá, bajo la quebrada y a la altura de Visagra. En la sangrienta entrada, los chilenos llegaron a la plaza central del pueblo a pesar de estar rodeados por el enemigo. El Coronel Bolognesi, del Perú, ordenó a su división parapetarse en el borde de la quebrada y disparar desde la altura contra los chilenos, convirtiendo la batalla en otra carnicería de proporciones. Ante esta situación, Ramírez ordenó al Mayor Echávez subir y dar fuego a los peruanos con dos compañías.
Tres horas de combate cumplían los chilenos en este escalofriante escenario, cuando se decidió dar una carga de bayoneta para poder romper la columna enemiga y avanzar hacia Guaraciña. La embestida fue heroica, pero con costos enormes. Cayó, entre muchos otros, el Segundo Comandante del 2º de Línea, Bartolomé Vivar. Eleuterio Ramírez, en tanto, perdió su caballo y corrió vigorosamente al frente del grupo que rompió las filas peruanas. Indignados con este escape, los peruanos arremetieron contra una construcción que había sido ocupada con los chilenos y atacaron a todos los heridos en el campo de batalla, rematándolos a bayoneta o culatazos, en un espectáculo de violencia que no tenía precedentes en esta guerra.
Poco después, en la cumbre, reaparecían los Granaderos imponiendo una agresiva carga al mando del Capitán Villagrán y del Mayor Jorge Wood. Fue tan potente que consiguió destruir la línea peruana y sus soldados salieron corriendo en retirada. Creyendo que ésta era definitiva, los chilenos corrieron hasta donde se encontraban las tropas del 2º de Línea, arrojándose coléricamente sobre las aguas del estero en Guaraciña, junto a San Lorenzo, bebiéndolas con desesperación. Lamentablemente para ellos, las tropas peruanas comenzaron a avanzar por ambos lados de la quebrada en lo alto hacia donde estaban los chilenos, interceptándolos sorpresivamente a las 2 de la tarde y comenzando de nuevo el ataque; cortaron la unión entre los hombres de Ramírez y los de Arteaga. Los segundos lograron ascender la quebrada y salir de ese infierno, pero los del 2º de Línea quedaron atrapados sin poder subir.
El Subteniente Telésforo Barahona, hermano de Manuel Barahona, sostuvo valientemente el estandarte del batallón chileno hasta caer. Debieron arrebatarle la bandera de sus dedos muertos y empapada de sangre para volver a enarbolarla antes de que, finalmente, fuera tomada como trofeo por soldados peruanos,. junto a varias otros emblemas y pertrechos chilenos. Y Eleuterio Ramírez, gallardo, valiente y feroz, a pesar de estar herido, se puso frente a la enfermería disparando contra el enemigo. Cayó como todo un héroe, intentando defender a los heridos y a las mujeres cantineras Juana Soto, María "La Chica" y Leonor González. Los chilenos no se rindieron.
Los peruanos continuaron con el violento repaso de heridos y prendieron fuego a la construcción donde estaban los heridos, quemándolos vivos sin compasión. Doña Leonor González permaneció valerosamente dentro, muriendo calcinada. Otra cantinera, Susana Montenegro, fue violada reiteradas veces y finalmente la asesinaron sentándola sobre un sable, al estilo de un empalamiento.
Este episodio histórico le valió al valiente Eleuterio Ramírez el apodo de "León de Tarapacá", por su extraordinario valor y resistencia. Y, como hemos propuesto revisar muchos de los mitos y tergiversaciones que han aparecido en esta guerra incluyendo los de autores chilenos, es pertinente recordar que, injustamente, un Presidente de la República de Chile, don Arturo Alessadri Palma, se apropió maliciosamente de este título años más tarde y haciéndose representar con el apodo de "León de Tarapacá" a raíz de una dudosa historia sobre su enfrentamiento con grupos sindicales del Norte de Chile, que parece más bien invención de la prensa derechista y liberal de la época; otra de las muchas que se tejieron en torno a su persona. Años más tarde, en 2005, el Diputado Independiente pro Concertación por Iquique, Fulvio Rossi, postuló a la reelección presentándose como el "Léon de Tarapacá" en su campaña, en otra grosera impostura de este apodo para el héroe Eleuterio Ramírez, único que en realidad se ha ganado ante la historia de Chile este nombre, por lo que parece apropiado recuperarlo para él sin dejarse distraer por historietas politiqueras y electoralistas.
El cadáver de Eleuterio Ramírez fue encontrado recién el 22 de enero de de 1880 por el Capitán José R. Vidaurre, siendo reconocido por el Subteniente Medina. Vidaurre halló en los bolsillos del fallecido cinco fichas de salitreras que él mismo le había regalado como recuerdo, además de dos colleras de oro para puños que solía usar el héroe y que permitieron identificarlo. Dos tercios de los hombres del 2º de Línea habían caído en esa trágica jornada; los sobrevivientes volvieron a duras penas hacia el Norte, y el General Buendía se retiró con sus soldados hacia Tacna por una ruta precordillerana. Sólo entonces terminó la Campaña de Tarapacá, provocando profunda conmoción entre los chilenos y en el propio Ministro Sotomayor, cuya salud había empeorado progresivamente producto de los sacrificios y las tensiones de la guerra. A pesar de todo, tuvo la decisión de solicitar a Vergara su retiro, pues la mayoría de las culpas recaían señaladas en él. El Coronel aceptó y zarpó rumbo a Santiago.
Entre los hombres que habían luchado por el Perú en Tarapacá se encontraba el argentino y futuro presidente, Roque Sáenz Peña, quien llegó a relevar a uno de los jefes de batallones, muerto durante la batalla. Había llegado autoexiliado a Lima a principios de año, luego de romper con sus filas políticas y por sus rencillas con el gobierno de Avellaneda. Allá, los peruanos le ofrecieron el grado de Teniente Coronel para incorporarse a su Ejército, cargo que aceptó con gusto renunciando a su ciudadanía argentina. Al saberse de su participación en los combates, sin embargo, sus compatriotas originales obviaron esta renuncia y lo comenzarían a elevar en la categoría de verdadero héroe, representando en él su deseo de solidarizar con la Alianza.
Entre los militares chilenos, en cambio, los mineros y "rotos" que, empuñando el cuchillo corvo, aún recordaban con ira sus calvarios en Antofagasta, Caracoles y Mejillones en manos a abusadores agentes peruanos y bolivianos, la bestialidad y el trato ofrecido por el enemigo contra los chilenos los llenó de un peligrosísimo odio y una sed fervorosa de venganza, especialmente por lo sucedido a los heridos y los moribundos, que fueron repasados y quemados sin piedad.
Lo curioso es que el desastre había cerrado, sin embargo, una victoria chilena en Tarapacá, a pesar de lo inconveniente y las ventajas claramente pobres que, estratégicamente hablando, significaba a Chile esta osada y poco astuta aventura. Los ejércitos peruanos no suspendieron con lo ocurrido en la quebrada, su plan de marcha a Arica y la noticia de la retirada golpeó fuertemente al Perú, cuyo pueblo, ignorante de los pormenores de las batallas y deseosos de señalar un responsable, arremetieron contra el propio Presidente Mariano Ignacio Prado, obligándole a marcharse hacia Europa, y asumiendo el mando el Almirante Lizardo Montero.
Prado había tenido en sus manos evitar toda esta situación a principios de año, cuando se vio forzado a cumplir con la alianza precisamente por culpa de las mismas voces y personajes belicistas que ahora asumían el gobierno de Lima, en un desesperado intento por revertir los duros e inesperados golpes que Chile había propinado sobre la Alianza del Pacífico.
Para bajar aún más la moral, llegó la noticia de que el 12 de diciembre de 1879 los chilenos habían llegado a San Pedro de Atacama, ocupando el pueblo natal del Teniente Abaroa y puerta de entrada al Salar y la Puna de Atacama, majestuosa meseta altiplánica que comenzó a ser ocupada militarmente. Bolivia podría compartir, desde ese momento, la misma angustia y desesperación de su aliado peruano, pues la noticia no hizo menos que empeorar la situación del Presidente Daza luego del vergonzoso y poco elegante retiro de sus soldados en Camarones, antes de haber disparado un tiro siquiera y regresando a la seguridad de Arica. Con esto, sus días estaban contados en el gobierno.
Los ejércitos derrotados de la Alianza llegaron a Arica el 18 de diciembre. Ante el desplome de la moral popular ávida de hacer rodar cabezas, el General Buendía fue deshonrado y apresado por desacato a la orden de combatir. En realidad, se le castigaba injustamente por no haber vencido, problema en el que jugaba no sólo su voluntad, sino un crisol estratégicamente errado y el apoyo boliviano que nunca llegó.

¿Por qué Chile no tomó Lima en 1879?
 Sotomayor prevé las "montoneras"

Culminada la batalla de Tarapacá, el Ministro Sotomayor insistió en la conveniencia de tomar Lima para forzar la rendición del Perú y con ello la destrucción de la Alianza. Puede ser que el Presidente Pinto fuera partidario o la menos complaciente con esta idea, pero el Canciller Domingo Santa María se negó por completo, declarándola inviable y fantasiosa. En su lugar, propuso al Gabinete una entrada a Tacna, pues estaba cegado con su intención de conseguir lo que más tarde se ha llamado la "política boliviana", es decir, lograr que Bolivia se aliara a Chile o al menos rompiera su Alianza con el Perú.
La propuesta de Santa María era a todas luces un disparate, y no consideraba los informes que, en mayo de 1879, había entregado el fallecido Capitán Arturo Prat, héroe de Iquique, advirtiendo que Prado había concentrado todo su poderío en Tacna y Arica dejando prácticamente desprotegida la capital de Lima, donde sólo los ya perdidos navíos de guerra hubiesen sido capaces de contener un ataque chileno. En pocas palabras, Lima estaba regalada a Chile.
Además, el día 26 de diciembre, Sotomayor se enteró que la "Unión" llevaba cargamentos de armas a Mollendo, en Tacna, y había ordenado una expedición hacia Ilo para interceptarla.
Pero el Ministro de Relaciones Exteriores, proveniente del irrealista americanismo compulsivo y de la política nefasta de los "acuerdos" entre pueblos, seguía obsesionado con la idea de convencer a Bolivia de abandonar voluntariamente la Alianza, a cambio de una salida al mar en ese territorio, especialmente en Moquehua.
"Por desgracia -escribe Encina-, el plan de Santa María no pasaba de ser una fantasía de la razón razonante. El gobierno y la gran mayoría del elemento dirigente de Bolivia no querían oír hablar de alianza con Chile y menos aún recibir el obsequio de Tacna y Arica. Bastaba allegar el oído al sentimiento boliviano, para percibir esa decisión. Pero, entre tanto, quedaba acordada la expedición sobre Tacna y los ojos del gobierno chileno desviados de los preparativos militares de Piérola en Lima".
Pudo haber influido en la decisión, también, la inestabilidad provocada por los enemigos del Gobierno, entre los que destacaba Vicuña Mackenna que, como señalamos, pasó bruscamente de entreguista rematado a patriotero empedernido, según las circunstancias, cosa que no ha sido inusual ni poco vista en la historia del entreguismo chileno.En tanto, al ver que las posibilidades de victoria se esfumaban con la conquista chilena de Tarapacá y con el retorno de Buendía, el Presidente Prado protagonizó una indigna huida a los Estados Unidos a los pocos días, tomando dineros del fisco peruano según afirman algunos autores de ese mismo país como Jorge Basadre, y dejando en la historia del Perú una mancha que César Arias definió como:
"...lamentable e irresponsable, porque, dada la naturaleza de nuestra vida política, caracterizada por instituciones débiles, la presencia física del mandatario era vital para mantener la estabilidad política".
Si la memoria de Prado se ha salvado en parte de la rudeza y crueldad del juicio histórico, se debe al poder y la influencia que adquirieron sus descendientes en la aristocracia terrateniente peruana, llamándoseles "Clan Prado" o "Imperio Prado", empezando por su propio hijo y posterior presidente Manuel Prado Ugarteche. Además, asesores faltos de ética (entre los que se señala al investigador Luis Humberto Delgado) habrían colaborado posteriormente con la familia para crear cartas apócrifas en las que influyentes personajes de la época como el Mariscal Cáceres, el Almirante Grau y el Doctor García Calderón, aparecían sugiriendo al mandatario o bien comentando entre sí la conveniencia de que abandonara el país para poder enfrentar los problemas con un nuevo aire o bien para ir a buscar nuevos armamentos a Europa y regresar a asegurar el triunfo peruano. Según el peruano Percy Cayo, se ha descubierto la falsedad de estas cartas, entre otras cosas, porque Grau aparece fechándolas en ciudades en las que no se encontraba en esos momentos, según los registros históricos, y porque ninguna de ellas acusa el origen de una idea que de pronto aparece compartida por varios de los principales actores políticos del Perú en esos años.El 23 de diciembre, asistido por la gran mayoría popular, derribaba de un puntapié las puertas del Palacio de Torre Tagle el caudillo Nicolás de Piérola, en medio de la euforia que no reparó en dejar el destino del Perú en manos de una nueva dictadura. Montero, provisionalmente relevando a Prado, reconoció este nuevo gobierno y comenzó inmediatamente los preparativos para la llegada de los chilenos a Tacna y Arica.
Daza correría similar mala suerte que Prado, el día 27 de diciembre, siendo derrocado por el Coronel Eliodoro Camacho. Asumiría el mando de La Paz el General Narciso Campero y el ex caudillo símbolo de los Colorados fue embarcado desde Tacna también hacia Europa, en medio de una gran humillación para su soberbio orgullo. El ascenso de este nuevo gobierno alimentó más aún las ilusiones de Santa María de poder llevar a éxito su "política boliviana".
Por otro lado, terminada la campaña de Tarapacá, Chile había quedado en posesión de todo el territorio de este desierto. Contrariamente a lo que afirman en nuestros días los ex aliados, nunca existieron pretensiones oficiales sobre esta enorme extensión de parte de Chile y, en consecuencia, aparecieron dos corrientes antagónicas entre los políticos chilenos sobre el destino que debía tener. Mientras Santa María era partidario -al menos inicialmente- de mantenerlo como garantía de indemnización de parte del Perú una vez terminada la guerra, otros personajes como el entonces Diputado José Manuel Balmaceda eran partidarios de incorporarlo desde ya al territorio y así lo exigieron con insistencia desde el Congreso Nacional.
La fiera resistencia del Perú a rendirse y la aparición de Piérola en el gobierno limeño, permitió el triunfo de la segunda opción, para lo cual era necesario aplastar todos los focos de rebeldía peruanos y forzar la rendición. Esto motivó la reorganización del Ejército y una nueva y complicada etapa de campañas estaba comenzando con el nuevo año de 1880.
El día 31 de diciembre de 1879, cerca de 500 hombres del Lautaro eran desembarcados de súbito en Ilo, acompañados de un pelotón de pontoneros, cortando las líneas telegráficas y dos convoyes de ferrocarriles, para luego ir a Moquehua, tras atravesar Hospicio en un arriesgado avance. Llegaron al mando del Comandante Arístides Martínez y a pocas horas del año nuevo de 1880, por lo que los pobladores peruanos les confundieron con sus soldados y los recibieron alegremente creyendo que venían a pasar la fiesta, llevándose un gran desengaño al advertir que eran chilenos, temiendo que cometiesen tropelías contra el poblado similares a las que la prensa había especulado sobre la toma de Pisagua.
Martínez exigió la entrega de las armas y la rendición de la cuidad. En la mañana del 1º de enero, el Prefecto de Moquehua se marchó con sus 450 soldados y los chilenos hicieron la marcha de entrada de rigor. No hubo enfrentamientos ni escaramuzas y, al ver que los chilenos les trataron muy correctamente, los lugareños les atendieron y compartieron almuerzo con ellos. Por la tarde, regresaron a Ilo y zarparon de regreso a Pisagua la mañana del 2 de enero, en lo que se llamó para la posteridad la "Calaverada de Moquehua".
Mientras, el Ministro Sotomayor había iniciado de inmediato la labor de reestructurar el Ejército para poder reorganizarlo en un intento por destruir la resistencia de Perú. A pesar de su agotamiento, producto de tantos meses trabajando al máximo de sus capacidades, Sotomayor tomó con gran entusiasmo esta labor, recogiendo un plan que el General Erasmo Escala habíale presentado en el mes de noviembre. Por alguna parcialidad histórica, muchos autores han indicado que Escala se opuso a este plan, cuando la verdad es que era idea suya. Lo que en realidad molestó a Escala fue que el Gobierno no le consultó sobre las designaciones de nuevos comandantes y jefes militares, medidas que se tomaron conjuntamente con Sotomayor. Este fue el inicio de otra larga disputa de intereses en el seno del comando chileno de guerra.
Una de las primeras medidas tomadas ese mes fue el bloqueo de la costa, dentro del área entre Arica y Mollendo, para impedir abastecimientos para los 13 mil aliados al mando de Montero y distribuidos entre Tacna y Arica. Adicionalmente, cerca 4.500 se encontraban en Arequipa y 1.500 en Moquehua, por lo que las cifras recomendaban una entrada por este último punto.
Inicialmente, el Ministro Sotomayor creyó que bastarían con 7.500 hombres en un primer desembarco, seguido más tarde de otro. Pero Escala se opuso, alegando que debían ser por lo menos 10 mil. Sólo la intervención de José Francisco Vergara, enviado por el Presidente Pinto como Secretario General del comando chileno, logró mediar entre las diferencias y el día 25 de febrero de 1880 salieron los 10 mil hombres exigidos por Escala, en 19 naves rumbo al puerto de Ilo, llegando al día siguiente y desembarcando sin ninguna clase de resistencia.
Entre las consecuencias de Tarapacá, también debemos considerar, a estas alturas, la dura reacción del Ministro Sotomayor que, al advertir el nivel de agresividad del enemigo, se formó una acertadísima idea de la orientación que estaba tomando el conflicto. En contradicción con el mito peruano que culpa a los chilenos de las peores atrocidades de la guerra, advirtió al mando central que hasta ese momento Chile había estado dogmáticamente apegado a las normas internacionales sobre derechos y deberes de guerra, contenidas en el impreso titulado "El Derecho de la Guerra según los Últimos Progresos de la Civilización", y que fuera repartido a la oficialidad chilena el año 1879, precisamente para prevenir excesos e ilícitos.
Sotomayor, poseedor de una inteligencia y clarividencia que sólo es extraordinaria entre los políticos chilenos, fue capaz de proyectar el ánimo del enemigo, según lo demostrado en Tarapacá, y previó que el Perú, acorralado y sin fuerzas centrales, intentaría conducir a Chile a enfrentar una infame guerrilla de "montoneras", es decir, grupos que se reunirían para atacar de manera súbita e impredecible a las fuerzas chilenas. Intentando encender una alarma al respecto, el ministro dirigió desde Pisagua una nota a la Comandancia en Jefe del Ejército, fechada el 28 de enero de 1880, donde escribe con precognición:
"Documentos oficiales emanados de las autoridades peruanas y noticias que reputo dignas de fe, me hacen creer que el enemigo propone hacernos en el departamento de Tarapacá la guerra de montoneros":
"Hasta hoy nuestras hostilidades se han distinguido por una lenidad tal vez excesiva. Hemos tratado al enemigo como lo exigen las leyes de la civilización y la humanidad, procurando de ese modo atenuar en lo posible los males de la guerra. Hemos sido humanos con los prisioneros y generosos con los vencidos".
"No creo que el país tenga que arrepentirse nunca de esta noble conducta de su ejército. Sin embargo, la lenidad tiene sus límites y se encarga de trazarlos la conducta misma del enemigo. Si éste sale de las vías autorizadas por el derecho de la guerra, para hostilizarnos, resucitando los odiosos procedimientos de tiempos más atrasados, debemos por nuestra parte y como legítima represalia, hacerle sentir la dureza y la crueldad de la guerra en su mayor amplitud".
Seguidamente, añade anticipándose notablemente a los hechos:
"Así, pues, si es cierto que va a hacernos la guerra cobarde e irregular de montoneros y encrucijadas donde nuestros soldados pueden perecer indefensos, será necesario notificarle que estamos dispuestos a reprimir esos excesos con la mayor severidad posible; que el paisano a quien se sorprenda con las armas en la mano será inmediatamente pasado por las armas y que igual suerte correrán los individuos enrolados en cuerpos irregulares no sometidos en todo a la disciplina militar".
Sotomayor sugirió que esta decisión fuese notificada también a los jefes militares del enemigo, advirtiéndose que la idea sería hacer tanto daño posible en represalia a los excesos contra los chilenos"hasta hacerles sentir la necesidad de obtener la paz".

Combate Naval de Arica y muerte del Comandante Thompson. Incidentes de Mollendo
Desde la captura del "Huáscar" en Angamos, el monitor había pasado de inmediato a la Escuadra chilena, quedando poco después en la comandancia de Manuel Thompson, a la sazón el marino con más prestigio en la marina chilena después de Williams Rebolledo.
El día 25 de febrero, se encontraba el "Huáscar" junto a Condell y la "Magallanes" frente a Arica con la intención de destruir las peligrosas baterías de tierra, pero un desperfecto en las máquinas del "Huáscar" se presentó postergando el ataque. Sin embargo, y a pesar de la presencia del blindado "Manco Cápac", Thompson ordenó atacar la plaza el día 27, desatándose otra violenta batalla con la artillería de tierra y desde el imponte Morro que custodia esta ciudad.
Cerca de las 11 de la mañana, se detectó un tren de transportes corriendo apresuradamente desde Tacna y entrando a Arica. Condell avanzó para bombardearlo y consiguió hacerlo retroceder a toda marcha, pero con esta maniobra se puso peligrosamente al alcance de las baterías de tierra. Lo mismo ocurría con el "Huáscar", razón por la que fue alcanzado por una granada disparada desde el Morro de Arica, que mató al Almirante Euologio Goycolea y a ocho de sus marinos, entre ellos, Luis Ugarte, el marino que saltó con Serrano al monitor durante el Combate Naval de Iquique.
Cerca de las 2 de la tarde, el "Manco Cápac" salió de su fondeadero para enfrentar a los chilenos. Sus cañones no habían cesado de disparar en todo el combate. Como la "Magallanes" se encontraba cruzando tiros con la artillería del Morro de Arica, Thompson ordenó enfrentar directamente al "Manco Cápac" con el "Huáscar", utilizando su espolón y sin parar las descargas. Sin embargo, el desperfecto de motores lo frenó y los peruanos dispararon desde el blindado un tiro de 500 libras que dio de lleno contra el viejo comandante chileno, destrozándolo completamente y dispersando macabramente sus restos por la cubierta del monitor. El lugar donde la hoja de su espada se clavó sobre el piso aún puede observarse en el navío "Huáscar" en Talcahuano, que permanece allí convertido en museo naval.
El combate duró cerca de una hora más, quedando en evidencia lo inútil de la acción y retirándose ambos navíos del alcance aliado. Condell tomó el mando del "Huáscar" y se envió comunicación de los hechos al comando central. Al enterarse, Sotomayor salió desde Ilo junto al "Blanco Encalada" y el "Angamos", naves que continuarían intercambiando tiros con la defensa de Arica, con algunas intermitencias, por cerca de cuatro días.
La acción de Arica había sido un garrafal error estratégico que Sotomayor se propuso reparar ideando un plan de invasión desde Mollendo.
El día 7 de marzo, desembarcaron 2.148 hombres a las órdenes del Coronel Orozimbo Barbosa en Mollendo y se estableció el bloqueo temporal.
Desde la batalla de Tarapacá y las atrocidades cometidas por el ejército peruano, lamentablemente el odio y el deseo de revancha se había convertido en el combustible que animaba a la mayor parte del contingente, especialmente entre los hombres de ese grupo que habían sido obreros perseguidos en el Perú desde poco antes de la guerra. En tales circunstancias, haberle advertido a los hombres de Barbosa del carácter destructivo que iba a tener esta expedición para aplastar la relación del pueblo con Arequipa, hacia el interior, y creer que podía ser posible una "destrucción ordenada" del lugar, corría los mismos riesgos que encargar a un pirómano el cuidado de un bosque en otoño.
Así, y a pesar de que el desembarco fue absolutamente pacífico, varios chilenos se excedieron ampliamente en sus órdenes de destruir los muelles, la aduana, el telégrafo y apropiarse de la locomotora para llevarla a Ilo. Aprovechando que Barbosa había salido a una expedición hacia el interior, el día 9 una parte de los hombres del 3º de Línea continuaron saqueando las bodegas aduaneras, quemando algunos almacenes y emborrachándose hasta quedar tendidos, luego de descubrir unas amplias bodegas con aguardiente dentro del pueblo, elixir que había sido la bebida oficial de los "mapochinos" en combate casi desde el inicio de la Campaña de Tarapacá. Aunque fueron controlados, el ambiente de revueltas que quedó encendido motivó a algunos ciudadanos italianos a participar también de más incidentes, que debieron ser sofocados, finalmente, por los propios chilenos que aún se encontraban suficientemente sobrios.
Pero la pérdida de la iglesia bajo las llamas y el robo de las bodegas de aguardiente de Mollendo jamás fue perdonado por los peruanos, tejiendo y reforzando toda clase de historias de terror acerca de la supuesta violencia criminal chilena durante la guerra. El cura Lorenzo Bedoya, vicario capitular de Arequipa, extendió un informe a su Cancillería en la que condenaba la quema de la iglesia y culpaba injustamente a tres sacerdotes chilenos de no haber hecho nada por detener las tropelías, cuando en verdad su intervención había logrado salvar objetos sagrados del recinto, que fueron llevados hasta el "Blanco Encalada". Agregaba en su informe que los chilenos habían cometido el "sacrilegio" de robar desde el tabernáculo la custodia con la imagen de Cristo ante los ojos de los capellanes. Sin embargo, al ser interrogados los sacerdotes Camilo Ortúzar y Eduardo Fabres sobre lo sucedido, ambos admitieron que los propios peruanos, además de unos ciudadanos extranjeros, habían prendido fuego a la iglesia, mientras que los chilenos sólo corrieron a salvar los objetos de valor del templo al ver descontroladas las llamas. A pesar de ello, el mito del saqueo e incendio "chileno" de Arequipa se ha cristalizado en parte del folclore histórico del Perú por su sabroso sentido antichileno.
Contrariando lo asegurado por ciertos autores, las tropelías se redujeron sólo a destrucción material y fueron masivamente rechazadas por la opinión pública chilena; sin embargo, es preciso reconocer la verdad y advertir que, según Gonzalo Bulnes, el General Escala, mal informado e incrédulo de lo que había sucedido, se negó a aceptar los hechos y exculpó totalmente a los chilenos de tales tropelías. También se negó a aceptarlo, quizás, porque la noticia le fue enviada a él y a Sotomayor por un buque de la marina de Francia, país que, como se sabe, había apoyado entre las sombras al Perú en la guerra, al ver allí sus intereses comprometidos a través de la Casa Dreyfus y la Banque Française. Otros autores, como Sergio Villalobos, sin embargo, consideran que Escala sí reaccionó dentro de un plazo aceptable y desvirtúan por completo las críticas de Bulnes a la actuación del Jefe del Ejército.
Por cierto que el comando chileno, establecido entonces en Ilo, ya estaba al borde de la fractura, situación que se vio empeorada por los hechos de Mollendo y la presunta actitud de Escala, cuyo rompimiento con el Ministro Sotomayor era a todas luces inminente. Las cosas tampoco marchaban bien entre Escala y el Coronel Pedro Lagos, quien había sido nombrado nuevo Jefe de Estado Mayor por el Gobierno y nuevamente sin consultar su opinión. Ante tantos roces y tensiones, Lagos se sintió obligado a presentar su renuncia.
Los responsables de lo sucedido en Mollendo, sin embargo, fueron enjuiciados y castigados. Hubo incluso sentencias de pena de muerte, que fueron conmutadas en último momento a presidio. Rafael Torreblanca comentó, después, que en Ilo sí fueron ejecutados algunos de esos "bandidos", como los define.

Tiembla el bastión aliado. La postración moral en el Ejército peruano

A pesar de todo, el Ejército logró mantener el fundamental orden y se ordenó enviar una nueva expedición hacia Moquehua, al interior de Ilo, compuesta por 4.366 efectivos al mando del General Baquedano. La caballería partió temprano, en 12 de marzo de 1880, y la infantería, compuesta por los batallones Atacama, Santiago, Bulnes y el reestructurado 2º de Línea, salieron en marcha sobre sus pasos cerca de las 5 de la tarde, al mando del Coronel Mauricio Muñoz. La primera parada se haría en la estación ferroviaria de Estanques y la segunda en Hospicio, desde donde Baquedano envió nuevamente al Ingeniero Stuven y algunos asistentes a la urgente tarea de conseguir agua, labor que estuvo llena de dificultades y tropiezos, al punto de que sólo logró volver con la locomotora en la mañana del día 15, cuando los chilenos llevaban tres días vagando sedientos por el desierto, pues las últimas reservas de agua habían sido cedidas a los equinos para evitar que murieran. La leyenda dice que Stuven rompió en lágrimas al llegar después de su desesperada búsqueda y ver el estado en que se encontraban los aguerridos hombres de Muñoz.
A todo esto, las cosas entre las fuerzas de los Aliados en Tacna marchaban de mal en peor. A la crisis generada por los errores de Daza y el derrocamiento estrepitoso de Prado, se sumó una verdadera ola de inmoralidad y corrupción que comenzó a tocar directamente a los cuarteles del Perú, aumentando con la llegada de Piérola al poder. En un episodio poco estudiado por los mismos historiadores peruanos (algunos tan aficionados a acusar al enemigo chileno de toda clase de abusos y atrocidades), los oficiales y conscriptos peruanos comenzaron a ser privados hasta de sus más básicas necesidades, arrastrándolos a situaciones francamente deplorables en los albores de la Batalla del Campo de la Alianza, además del imperio de criterios politiqueros para orientar las decisiones de los altos mandos.
Lo anterior se desprende, por ejemplo, de la carta enviada directamente a Piérola desde Tacna, por el oficial Agustín Aguirre, el día 20 de enero de 1880 y remitida en Lima el 22 de febrero siguiente, cuyo original manuscrito hoy está en posesión del investigador chileno Marcelo Villaba Solanas. La reproducimos en todo su texto central para mantener el dramático tenor de sus líneas, denunciando la decadencia moral que afectaba a las autoridades peruanas precisamente en un momentos crucial para el desarrollo de la guerra:
"Mi ilustre Jefe y digno Señor y amigo:
Hacen 4 días que la 4ª División, compuesta de los Batallones "Victoria" Nº 6 y "Huáscar" Nº 9, y la 5ª División, con los Batallones "Granaderos del Cuzco" y "Lima", aparte del Batallón "Arequipa" Nº 13, nos encontramos en esta ciudad, y supongo, como los demás, como una medida política; pues hay fundadas sospechas de que el enemigo emprenderá siempre un desembarco en el Morro de Sama o Ite, con un grueso Ejército, con el fin de tomar Tacna; y que la Escuadra amenazará y tratará de llamar la atención por mar al puerto de Arica. Si tal cosa sucede, el General Montero tendrá que mandar cinco o seis mil hombres a esta ciudad, que unidos a los 3 mil bolivianos que no prestan mucha esperanza, resistirán un desigual combate y con probabilidades de no muy buen éxito, y con el resultado tristísimo tal vez de perder Arica. Para evitar cualquier emergencia, debiera Señor venir cuanto antes a ésta, toda la fuerza existente en Arequipa y la Gendarmería de Puno, de manera que Tacna conserve siempre 6 mil peruanos y otros 6 mil o más en el puerto de Arica; esta es mi humilde opinión y lo general.
Sensible es Excelentísimo Señor, que tenga que participarle, que tengamos que luchar contra dos poderosos enemigos: el primero, los especuladores que no desprecian ocasión, sin tener en cuenta la honra de la Patria; y el enemigo chileno, que ya casi lo tenemos encima. Hace días que públicamente y por la prensa se dice: que no llegó un contingente de dineros en plata sellada, mientras tantos, al Ejército se paga y da socorros diarios en papel moneda y nickel, aquí sólo se recibe el billete de 1 Sol por 25 centavos plata, y el nickel por ningún valor. ¿Por qué el General Montero autoriza esta horrible especulación? ¿Por qué Excelentísimo Señor el Coronel Latorre, 1º Jefe del Batallón "Victoria" Nº 6, Comandante General de la $ª División y Jefe del Estado Mayor General del Ejército, investido de tres poderes, se desentiende o se hace el sordo? Preciso es decirlo Señor, porque son los primeros que lucran y sacan partidos de esta situación porque procuran desesperar a la tropa y oficiales; nada puede hacer el soldado con 50 centavos en billete de socorros diarios, quedando así reducidos a 10 Soles plata el de Subteniente, 12 Soles el de Teniente y así sucesivamente.
Es necesario Señor, que su mano regeneradora se haga sentir hasta estos lugares, y precisamente aquí, en este Ejército, que es el de Vanguardia, y que pronto medirá sus armas con el enemigo. Es preciso, que los negociantes, cobardes y traidores a la Patria, salgan de los puestos que hoy ocupan y marchen a Lima; que se cumpla su deseo de la reforma de arriba para abajo; si no hay Jefes dignos para desempeñar los puestos, hay paisanos, hay subalternos Señor, una palabra que Ud. cambiará por completo la faz, de hombres oscuros, saldrán grandes capitanes y hombres conspicuos para los puestos Excelentísimo Señor. Como le he indicado en mis cartas anteriores, es urgente cambiar el personal, de los actuales Jefes, en general, de todos; primero  porque es muy posible que traicionen tarde o temprano  a V.E.; segundo, por cobardes, como lo han demostrado y probado en san Francisco, como públicamente lo pregonan los oficiales subalternos de los distintos cuerpos; y tercero, por ineptos y especuladores, pues según la calma y la tranquilidad más pasmosa que vemos, no podemos menos que creer que nos hallamos en plena paz, o que tienen algún plan inicuo.
Hace un mes Excelentísimo Señor, que nada sabemos de Lima, ni de V.E.; y con razón, nos hallamos alarmados, pues la incertidumbre nos mata. A veces creemos que intencionalmente se interceptan nuestras comunicaciones. En Arica continúa el mismo indiferentismo, la paz octaviana..
Oficiales y tropa nos hallamos descalzos y peor vestidos; el valor de una prenda, cuesta el sueldo íntegro del Subalterno; todo por la desentendencia de quienes pudieran remediarlo; y al Ejército boliviano se los paga y socorre en plata.
Rogando a V.E., que penetrado de mi lealtad y decidida adhesión, por la honra y gloria de su Gobierno y principalmente de su persona, mande en el día, mande o nombre en un Jefe de Estado Mayor General y competente, 1º Jefe para los Batallones "Cazadores del Rímac" Nº 5, "Victoria" Nº 6, "Huáscar" Nº 9, "Arequipa" Nº 13 y "Ayacucho" y "Prado" Nº 12, y "Granaderos del Cuzco". Sus antecedentes y ninguna simpatía por el Gobierno de V.E. y la nota de cobardes, que famosamente tienen, y sus especulaciones en sus Batallones, los hacen indignos de permanecer en los puestos.
Si no hay Jefes para los 1º puestos, que se nombre a los segundos Comandantes, de primeros Jefes, que estoy seguro que sabrán corresponder a la confianza de V.E. y así sucesivamente.
Rogándole se digne impartirme órdenes, para emprender mi marcha a Lima o poder permanecer aquí, me repito de V.E., atento y respetuoso Subalterno y amigo S.S.
Agustín Aguirre"
En tanto, el "Huáscar", con Condell, volvería a enfrentarse el día 17 de marzo con el "Manco Cápac" y la "Unión", siendo apoyados después por el "Cochrane", con Latorre, y el transporte "Amazonas". Por un increíble error, sin embargo, los chilenos permitieron a la "Unión" entrar en puerto al creer que se encontraba irremediablemente averiada luego de casi una hora de combate. Y luego, la "Unión" rompió el bloqueo chileno nuevamente y consiguió salir de Arica en una arriesgada y valiente maniobra, amparada en la oscuridad nocturna.
La misma clase de audacias se verían tierra adentro, luego de que Baquedano llegara tranquilamente a Moquehua, el 20 de marzo, dándose cuenta de que los peruanos se habían establecido en una alta posición denominada Los Ángeles, un cerro de laderas inaccesibles al que se podía ascender por una serpenteante cuesta. En su cima, 1.400 aliados fuertemente armados y artillados esperaban a los chilenos en una posición que parecía imposible, por lo que se llamó a Consejo de Guerra. Sólo en la tarde de ese día el 2º de Línea, al mando de Estanislao del Canto, y el Santiago, retomaban la marcha hacia el interior.
En una acertada decisión, Baquedano recordó que el batallón Atacama, del Comandante Martínez, estaba conformado por mineros, hombres hábiles para dominar el terreno y la geografía, y dio la orden de que escalaran en fila india por la noche arriesgadamente la ladera del acantilado de Los Ángeles. La titánica labor la realizaron en la oscuridad, en silencio, venciendo el vértigo por el vacío que había bajo sus pies, al mando del Teniente Torrealba, en uno de los hitos más impactantes de toda la guerra. Incluso una mujer tuvo el coraje de acompañarlos: la cantinera Carmen Vilches. Baquedano y su grupo marcharían por el frente a la espera del ataque sorpresa del Atacama por la retaguardia, una vez en la cumbre.
Así, al amanecer del 22, el 2º de Línea intentó avanzar por uno de los costados de la cuesta de Los Ángeles cuando comenzaron a responder los cañones peruanos desatando una violenta batalla. De improviso, sin embargo, a las 6 de la mañana aparecieron los hombres de Torrealba por la retaguardia y barrieron con los peruanos, que apenas tuvieron tiempo de advertir incrédulos y asombrados que estaban siendo atacados desde la nada a sus espaldas por el Atacama. No pasó mucho para que la bandera chilena fuese levantada orgullosa sobre este inexpugnable bastión.
Esta sería la única vez que Baquedano haría una excepción a su política de atacar siempre de frente al enemigo, costumbre derivada de su formación caballeresca y casi romántica de la guerra, o más bien de la "guerra limpia", siempre frontal, que no era excepcional en el Ejército y la Marina de Chile. Su terquedad respecto de variar dicha política quijotesca resultaría muy problemática, según veremos.

Crisis del mando. El desembarco en Ite. Muerte de Sotomayor

Hemos visto que los conflictos entre Escala y Sotomayor habían alcanzado en Ilo su punto de quiebre, a mediados de marzo de 1880, especialmente por el protagonismo que el general quería para sí y que veía opacado por la gestión del ministro.
La caldera reventó el día 28 de marzo, cuando Escala presentó su renuncia a la Comandancia en Jefe y partió de vuelta a Valparaíso. Entonces, se designó en el cargo al General Baquedano, en parte como reconocimiento a su tremendo éxito en la batalla de Los Ángeles, cuyos humos de pólvora recién se despejaban. El Coronel José Velásquez fue colocado en la Jefatura de Estado Mayor y el Coronel Pedro Lagos como Primer Ayudante de Baquedano.
De inmediato, Baquedano y Sotomayor comenzaron el plan de avance final sobre Tacna, para lo cual enviaron, el día 3 de abril, una división al mando del Coronel Santiago "Manco" Amenágual. Seguidamente, se envió hacia el pueblo de Locumbe una avanzada de 23 exploradores del Cazadores al mando del Coronel Diego Dublé Almeyda, ilustre ex Gobernador de Magallanes que había desempeñado, hasta hacía un tiempo, labores de inteligencia sobre las actividades militares argentinas, gestiones muy parecidas a las realizadas por Prat.
Sin embargo, sus hombres fueron emboscados por una de las primeras montoneras organizadas y conocidas en el suelo peruano, al mando del Coronel Albarracín, desatándose una feroz lucha en la plaza de del pueblo y muriendo la mayoría de los chilenos. Sólo lograron escapar Dublé Almeyda y siete de sus hombres, siendo especialmente heroica la acción del muy joven corneta Candelario Ramírez, quien subió hasta el campanario de una iglesia para disparar contra los guerrilleros. Se cumplía el pronóstico fatalista del Ministro Sotomayor.
Al llegar la noticia de lo sucedido, Baquedano ordenó la salida del Vergara y su caballería tras las fuerzas de Albarracín, el día 7 de abril. Por varios días, los chilenos persiguieron a la guerrilla desde Locumba a través de la agresiva geografía peruana, alcanzándolo el día 18 en Buenavista. Sin embargo, Albarracín logró escapar rumbo a Tacna, disolviéndose su grupo. Los chilenos de la 1ª División lo acosaron por varios kilómetros, seguidos de la 3ª al mando del Coronel Amunátegui, pero se hizo imposible continuar ante las características del terreno, que impedían el desplazamiento de la artillería.
Frente a estas dificultades, Rafael Sotomayor corrió con colores propios y decidió desembarcar la artillería evitando inconvenientes como los experimentados camino a Tacna. Luego, designó a Vergara como Comandante General de la Caballería. Ordenó llevar una gran cantidad de piezas de artillería hasta Ite, una playa surcada por enormes acantilados de 200 metros, cuya altura y dificultad jamás habría hecho sospechar a los peruanos de lo que allí ocurría. Los cañones fueron transportados por el "Itata", acompañados de la 4ª División comandada por el Coronel Barboza y también por el Ministro de Guerra. Llegaron cerca del 29 de abril, pero las condiciones climáticas permitieron que el desembarco comenzara sólo el día 5 de mayo, cuando llegó al lugar la "Covadonga" con más baterías y abastecimientos.
A poco de empezar, se haría claro que los caballos no lograban subir la artillería por las pesadas cuestas, por lo que el Capitán Orella propuso el inicio de otra acción sobrecogedora: subir los cañones a cuerdas por todos los acantilados. Dispuso al instante de los marinos de la "Covadonga" y de los Zapadores en una extenuante labor que se extendió por cuatro larguísimos días. Sólo el día 11 de mayo las fuerzas chilenas pudieron concentrarse en Yaras, en el Valle de Sama, donde establecieron campamento.
Sotomayor llegó al lugar el día 19 visiblemente afectado por el viaje. Su salud y su ánimo estaban seriamente dañados por la tensión del exceso de trabajo, la insolación constante y las condiciones extremas del desierto peruano. A pesar de ello, sin embargo, sus amigos y compañeros de aventura aseguraron que nada hacía presagiar lo que estaba por ocurrir. Después de terminar sus quehaceres de oficina fue a cenar en el comedor del Cuartel General, la noche del día 20. Iba saliendo de este lugar cuando cayó desmayado al suelo. El médico detectó de inmediato los síntomas de amoratamiento del rostro y desvanecimiento propios de una congestión neurológica. Pese a todos los esfuerzos, falleció unos minutos después de esta crisis.
Siguiendo la senda de las dolorosas pérdidas que han privado a Chile de sus mejores hombres -cual Carrera, Portales y más tarde Balmaceda-, el ilustre Ministro sufrió un derrame cerebral y murió, por extraña y simbólica coincidencia, en la víspera del primer aniversario de la partida de Prat. Su partida conmocionó al Ejército, siendo despedido con honores de héroe.
Partía así el organizador de la guerra, el civil que Lynch denominara "el cerebro de la campaña", que sentó las bases de la victoria militar chilena, sin alcanzar a disfrutar del néctar de la gloria.

Batalla de Tacna: destrucción del eje Perú-Bolivia en el Campo de la Alianza

Ante la inesperada muerte de Sotomayor, el Gobierno temió lo peor y ordenó que el mando general de la guerra fuese asumido por una junta conformada por Baquedano, Vergara y Velásquez. Pero Baquedano, movido por más sensatez que personalismo, comprendió los peligros de una dirección tricéfala y no acató la orden, apoyado por los demás jefes. Sabia decisión, porque el día 22 de mayo se tuvo proporción del enorme contingente aliado que estaba en las defensa de Tacna sobre el cerro Intiorco, en el llamado Campo de la Alianza, sobre la alta meseta 8 kilómetros al Noroeste de la ciudad. Al mando de este atemorizante grupo de 13.650 almas, estaba el General Campero, Presidente de Bolivia, acompañado del Almirante peruano Montero y del General boliviano Camacho.
Baquedano planificaba una acción temeraria para poder conquistar tan difícil posición, separando las fuerzas de 10.700 hombres en cuatro divisiones y una reserva de 3.279 que no entraría en combate salvo una emergencia. Atacarían de frente en una acción que debía tener obligatorio éxito, pues era imprescindible evitar el escape de las tropas aliadas hacia Arica, circunstancia que sería considerada un fracaso. Las provisiones eran pocas, por lo que se planificó darle velocidad al plan, fijándolo para la mañana del 26 de mayo. Aunque se le advirtió del peligro de lanzar ese tipo de ataque frontal, Baquedano no cedió.
Las fuerzas chilenas llegaron cerca de la meseta el día 25, acampando. Por la noche, intentaron ser interceptados por un grupo de aliados, pero, tras perderse, la guardia chilena los descubrió entre la neblina y los espantó a tiros de rifle. La mañana del 26 ya estaban todos listos y avanzaron hacia el Campo de la Alianza, cerca de las 6. Tres horas después, tomaron posición frente a los aliados y recibieron la bendición del Capellán Ruperto Marchant. Sin perder tiempo, los chilenos comenzaron a cañonear la meseta, dando inicio a la batalla.
A las 10 de la mañana, se ordenó el avance de la 1ª División de Amenágual y la 2ª División de Barceló, que sumaban entre ambos unos 5.127 hombres y aguantarían el primer peso de su embestida. Amenágual iba con el regimiento Esmeralda y el batallón Chillán, que golpeó la primera fila de trincheras aliadas en la base del Intiorco. Le seguían más atrás los hombres del batallón Valparaíso, que luego cargarían contra las columnas bolivianas apostadas por el ala izquierda, desatando la estampida de los altiplánicos. La división de Barceló, en tanto, formada por los batallones Atacama, Santiago y el regimiento 2º de Línea, avanzó hacia las filas superiores descargando toda su fuerza de fuego y abriéndose paso entre las trincheras. Habían llegado casi a la cima cuando se les agotaron las municiones, por lo que volvieron a ser rodeados y fulminados por los aliados, contando sólo con culatas y bayonetas para defenderse. En una nota dramática, las carretas de municiones se atascaron sobre el suelo arenoso y no pudieron asistirlos a tiempo. La carnicería humana fue terrible, mermando la mayor parte de las dos divisiones chilenas que habían quedado aisladas camino a la cumbre.
Una gran parte del batallón Atacama pereció en las líneas enemigas, incluyendo su Capitán Rafael Torreblanca, que entregó la vida con un heroísmo sobrecogedor. Como en Tarapacá, los muertos fueron repasados y los heridos fueron asesinados sin piedad por los aliados, cumpliendo así con un ritual de sangre que, con injusta frecuencia, los propios autores peruanos y bolivianos le imputan a Chile.
Al ver la masacre que arrasó con los chilenos, cerca de las 12:30, el Comandante Tomás Yávar se arrojó con los Granaderos y sus caballos con una ferocidad abismante. Sus sables destrozaron todo a su camino sembrando el terror entre los aliados, ocasión que fue aprovechada por los restos de las dos divisiones para reorganizarse, amunicionarse y arrojarse tras la caballería para aplastar al enemigo. Entonces, por voluntad de Baquedano, el Coronel Lagos ordenó el ataque de las divisiones 3ª y 4ª. La avalancha de sables, rifles y corvos cayó con tal violencia sobre los aliados, que les sobrepasó en toda fuerza imaginable. Los Colorados de Bolivia lucharon heroicamente intentando contener la embestida, pero cayendo irremediablemente. Por su parte, los peruanos del Zepita también dieron batalla hasta ser aplastados.
La bandera chilena se elevó en lo alto del Campo de la Alianza y la reserva comenzó a avanzar, panorama aterrador ante el cual las tropas aliadas que quedaron dispersas en medio del caos de la batalla, escaparon pasando por encima de los miles de cadáveres repartidos en el escenario de la sangrienta epopeya del 26 de mayo de 1880.
Las bajas chilenas hubiesen sido muchas menos si Baquedano hubiese desistido del capricho de concentrar el ataque por el frente, en lugar de los flancos. La mitad de los chilenos del Atacama murieron en esta epopeya, desatándose escenas conmovedoras, como la del Comandante Juan Martínez, que perdió a sus dos hijos en el lugar, siendo homenajeado por Baquedano dada la muestra de valor y compostura que mantuvo a pesar del tremendo dolor.
Otro costo lamentable, en medio de la aventura, fue la partida del comandante de Zapadores, Coronel Ricardo Santa Cruz, entre los hombres de la 2ª División al mando de Barceló. Tan querido y respetado era Santa Cruz entre sus hombres, que su partida aguó a muchos la felicidad por la recién conseguida victoria de Tacna. En una consternada y dolorosa carta enviada al diario "El Ferrocarril" de Santiago por sus hombres, todos ellos de origen muy humilde, escriben allí con un deficiente castellano, como sólo es posible encontrar en los más modestos "rotos" de la época:
"Hera por desirlo asi nuestro Padre i es tanta la falta que nos hace..." (sic)
Tras el combate, los peruanos comenzaron a marchar mascando el dolor de la derrota hacia la Sierra y Arequipa, en completo desorden, por el camino de Pachía. Los bolivianos pusieron rumbo en penoso éxodo junto a Campero, para cruzar la cordillera rumbo a La Paz. Jamás volverían a luchar en la contienda, dejando abandonados a sus aliados peruanos.
El 29 de mayo, a las 3:45 de la madrugada, Patricio Lynch telegrafiaba a La Moneda desde Iquique:
"¡Viva Chile! ¡Tacna tomada! La resistencia tenaz puesta esta vez por los soldados aliados ha sido inútil contra nuestros bravos soldados. Enemigos fugitivos en todas direcciones. Nuestras bajas, aunque considerables, son muy inferiores a las del enemigo. El camino a Arica quedó abierto a nuestro Ejército en marcha. Gloria a nuestros valientes. Felicito a V.E. en nombre de nuestra patria".
Se destruía, de esta manera, la Alianza Perú-Boliviana que, en 1874, había nacido apostando la victoria contra Chile y que ahora sellaba su destino en terrible fracaso. Después de un Te Deum en la Catedral de Santiago, los chilenos salieron a festejar la victoria hasta altas horas de la noche, siguiendo al día siguiente con una fiesta costumbrista en el Parque Cousiño.

Toma del Morro de Arica en 1880. Cae el bastión peruano

Tras la victoria en el Campo de la Alianza, los chilenos al mando de Amenágual y de Holley tomaron Tacna. Vergara, en tanto, fue llamado a retiro por la Cancillería y partió de vuelta a Iquique, el día 27 de mayo de 1880. Se dice que sus compañeros de armas lo responsabilizaban en tal medida por lo sucedido en la quebrada de Tarapacá, que el Comandante Yávar había dado instrucciones de no obedecerle durante los últimos días que ocupó el mando de los Granaderos a Caballo, después de la muerte de Sotomayor.
Quedaba, entonces, la ciudad de Arica como próximo punto donde debían avanzar las fuerzas chilenas para propinar un golpe de muerte al Ejército del Perú, por lo que Baquedano dispuso de inmediato la salida del contingente de reserva al mando del Coronel Lagos, para que marchara hacia el puerto del Morro.
Como se sabe, Arica era una ciudad convertida en verdadera fortaleza. Custodiada por el "Manco Cápac" capitaneado por el comandante Sánchez Logomarcino, en su costa norte se enclavaban tres fuertes peruanos poderosamente armados: el "San José", el "Santa Rosa" y el "2 de Mayo", este último a poca distancia del hospital de la Cruz Roja.
Hacia el Sur de la ciudad, junto al mar, se eleva el majestuoso Morro de Arica. Su ascenso es imposible desde su cara frontal al océano, pudiendo realizarse sólo desde su costado interior, del lado oriente. Otros dos fuertes esperaban allí a cualquier invasor: el "Del Este" y el "Ciudadela".
Y, para aumentar el peligro, en la cima se encontraba un quinto fuerte, el "Morro", donde se concentraban las baterías que protegían la ciudad de cualquier incursión naval chilena. 2.000 hombres al mando del anciano pero aguerrido Coronel Bolognesi, seguidos del Coronel Alfonso Ugarte y el Jefe de Artillería Guillermo Moore, el mismo comandante de la siniestrada "Independencia".
En su camino hacia Arica, la caballería chilena interceptó al ingeniero peruano Teodoro Elmore, quien había tenido la tarea de minar con bombas automáticas los alrededores del puerto. Atemorizado, rodeado por los chilenos y seguramente temiendo por su vida, Elmore confesó ante el propio Baquedano las posiciones de los campos minados de bombas de "polvorazos", y declaró que la red eléctrica las alimentaría desde el hospital de la Cruz Roja, según se descubrió después, medida abusiva y carente de los más mínimos preceptos de la responsabilidad y la honestidad en estados de guerra. Por una lamentable parcialidad, muchos autores peruanos no perdonan a Elmore y lo consideran frecuentemente como un traidor, cuando la verdad es que el ingeniero trabajó patrióticamente por el Perú y de manera voluntaria, antes de ser atrapado por los chilenos.
El mismo día 27 de mayo en que Vergara se embarcaba de vuelta a Chile, Bolognesi intentó prevenirse de la inminente invasión chilena, y llamó al Coronel Segundo Leiva para que avanzara desde Locumba a Arica con el 2º Ejército del Sur, creado por Piérola. La decisión de Leiva de detenerse en medio de la marcha y no llegar a Arica también ha sido hoguera de reproches y acusaciones de traidor o cobarde contra el Coronel peruano por parte de sus compatriotas, hasta nuestros días. Aunque su acción reviste características de deserción innegables, si se estudia la composición del "ejército" que conducía, no queda duda de la naturaleza práctica de su desobediencia: poco más de 2 mil hombres, mal armados, con escasa o nula preparación militar, algunos integrados esa misma mañana. La mitad de su fuerza era de origen indígena, sin dominio de la lengua castellana, lo que hubiese imposibilitado el entendimiento entre las propias tropas en un eventual combate. Era como llevar corderos al sacrificio. El peligro que revestía avanzar a Arica con los chilenos cruzando el mismo camino hacia el puerto, fue más de lo que Leiva estaba dispuesto a soportar y detuvo el viaje. Ha pagado históricas culpas por esta acción, sorprendiendo incluso que autores peruanos con el prestigio y la erudición de don Juan del Campo, participen en nuestros días también de la demonización de Leiva, a pesar de que -sin pretender quitarle en carácter de desertor- su viaje a Arica sólo habría servido para gastarle municiones a los chilenos y, de paso, entretenerlos en un verdadero ensayo de tiro antes de la batalla por el Morro.
Técnicamente, Arica había quedado aislada del resto de las fuerzas peruanas y desinformada de detalles tales como el repliegue aliado luego de la batalla del Campo de la Alianza o la deserción masiva del contingente boliviano. Aún así, el Morro, particularmente, parecía tan inexpugnable y bien protegido por su estratégica forma y por las miles de minas que rodeaban sus accesos, que los mejores cálculos hablaban de unos 6 meses de ataques organizados y continuos para poder conquistarlo, luego de la amarga experiencia del desastroso bombardeo de febrero.
Por esos mismos días, los chilenos entrarían en acción. Baquedano ordenaba bombardear la plaza desde la flota del bloqueo en forma intermitente, los días 5 y 6 de junio, pero nada se consiguió. Un hecho curioso tuvo lugar, sin embargo, a partir de estas acciones, cuando el Coronel Agustín Belaúnde, comandante peruano del Batallón Cazadores, quiso escapar como alma que se la lleva el diablo de la ciudad que se le había encomendado proteger, siendo capturado por desertor y quedando preso por desobediencia en el navío "Manco Cápac". Más tarde lograría escapar y reapareciendo en Tacna el 5 de junio. Fue detenido y condenado a muerte por un tribunal peruano, pero sólo en el papel, pues esta acción jamás se concretó. De hecho, años después intentó lanzarse a la conquista de algunos cargos políticos de votación popular.
Arica no se rendía a la insistencia de Baquedano. La única alternativa iba a ser, entonces, la conquista del Morro. Por esta razón, se envió al Comandante José de la Cruz Salvo para intentar convencer a Bolognesi, en la casa-cuartel, de evitar el sangriento enfrentamiento y rendirse. El Coronel Lagos, sabiendo de la existencia de las trampas explosivas, hizo advertir a Bolognesi, además, que si se llegaba a utilizar estas armas arteras, los chilenos no dejarían peruano con vida. Esta amenaza, si bien no se cumplió en la práctica, pretendía amedrentar a los peruanos para que no utilizaran las cuestionables trampas. Vana ilusión, porque el Coronel encarnaba una gallardía que simplemente no conocía de rendiciones y sumisiones. "¡Resistiremos hasta quemar el último cartucho!", fue lo último que alcanzó a oír el chileno de boca de Bolognesi, al final de esa reunión.
Enterado de esto, Baquedano ordenó al Coronel Pedro Lagos preparase para el asalto. Se dispuso que dos grupos, el 3º y el 4º de Línea, marcharían ascendiendo al Morro por la pendiente, en dirección angulada al Suroeste, y seguidos de cerca por el Buin, 1º de Línea, que debía conseguir la conquista de la cima abriéndose paso por el campo de batalla. Sin un plan preciso de batalla, Baquedano sólo especificó que debían "tomarse como fuera las fortificaciones minadas".
Y, como lo más esperable para los peruanos era la lógica invasión de Norte a Sur contra los fuertes de la costa, se dejaron las fogatas del campamento encendidas la noche del 6 al 7 de junio, disponiendo allí sólo al regimiento Lautaro, que debía salir al mismo tiempo que se escalaba el Morro. Los hombres tenían órdenes expresas esconder todos sus objetos que produjera reflejos, forrando cantimploras, yataganes y cuchillos, además de estar impedidos de fumar.
En horas de la madrugada, los chilenos avanzaron sigilosamente hacia el peñón, dando una amplia vuelta a espaldas de la ciudad. El primer grupo de ataque, el 4º de Línea, iba comandado por Juan José San Martín, y contó con la complicidad de una densa neblina para acercarse hasta la cuesta del Morro. Como disponían de sólo 150 tiros por hombre, lo que, según confesara el Coronel Lagos, "alcanzaba para menos de hora y media de combate", era preciso que las fuerzas chilenas avanzaran a filo de corvo y bayoneta hacia la cima.
Lagos contaba con 6 mil hombres, cifra que, cuando no es abultada groseramente, suele ser destacada con neones por los historiadores peruanos intentando recalcar la superioridad numérica de Chile sobre los peruanos. Sin embargo, de éstos sólo la infantería servía para operar en esta acción, descontándose la caballería y la artillería, por lo que los chilenos en ascenso al Morro, en rigor, sólo eran 4 mil, con las evidentes desventajas estratégicas de estar atacando y desde posiciones bajas. Como veremos, además, una gran parte de los chilenos no alcanzó a entrar en combate producto de la euforia, que rompió el plan general e improvisó un ascenso con los primeros grupos de choque.
Poco después de las 6 de la mañana, la neblina cedió y los guardias de la primera línea defensiva del Morro descubrieron a los chilenos subiendo con prisa. Los cañones peruanos comenzaron a disparar contra la marea humana y el 3º de Línea se arrojó contra estas líneas, a pesar del fuego y las balas. Caía con insólita rapidez la "Ciudadela", sobre la cual el Subteniente José Ignacio López levantó la bandera chilena anunciando el primer triunfo. Desesperados, los peruanos activaron redes eléctricas directamente conectadas a los almacenes de dinamita, haciendo volar el fuerte y destrozando cuerpos de chilenos y peruanos por igual. En este estallido, pereció también el Capitán Tristán Chacón y el Subteniente Poblete.
Estas trampas eran conocidas como "polvorazos" y constituyeron verdaderos crímenes de guerra peruanos, pues estaban absolutamente reñidas con el derecho de guerra de aquellos años, al igual que innumerables prácticas realizadas por los aliados durante el conflicto. La furia se desató entre los chilenos al ver a sus compañeros desmembrados por estas explosiones, y la carga de balloneta fue atroz, terminando de destruir las últimas defensa del fuerte.
Por su parte el 4º de Línea había penetrado violentamente el fuerte "Del Este" dejando un reguero de cadáveres a sus espaldas -propios y del enemigo- obligando a los peruanos a escapar hacia el fuerte de la cima. Eufóricos, los chilenos pasaron por alto los campos minados y hasta los planes de esperar la llegada del Buin, y continuaron avanzando sangrientamente detrás de los peruanos hacia la cumbre del peñón. Un gran caos se inició en esta colérica improvisación, al punto de que, según se ha dicho, algunos jefes militares chilenos se culparon entre sí con descalificadores términos, más tarde, por la responsabilidad de este desorden, cuyo único origen, sin embargo, era la euforia chilena del momento.
Al ver desde la playa cómo se aproximaba la explosión humana hacia la cima del Morro, los peruanos de la 8ª División corrieron a toda prisa hacia el peñón, siendo interceptados por los chilenos que se encontraban abajo, quienes dieron muerte a más de la mitad de este grupo en una lucha donde ambos bandos se enfrentaron con heroísmo sobrehumano.
Arriba, el Comandante Juan Guillermo Moore -mismo que había estado al mando de la "Independencia" durante la contienda naval de Punta Gruesa- y sus hombres disparaban los cañones en forma compulsiva contra los invasores. Varios de estos reventaron, manteniéndose así aún visibles en la cima del Morro, en nuestros días. El Comandante Juan José San Martín, que iba al frente de los chilenos, cayó como todo un héroe atravesado por los tiros de fusil del enemigo, pero sus hombres siguieron su marcha hasta aplastar el último fuerte en medio de una espantosa anarquía de combate y muerte. Allí, cayó el Coronel Ugarte alcanzado por las balas. Y minutos después, el valiente Bolognesi y su leal comandante Moore le seguían, muriendo junto al último grupo de valientes que rodeaban heroicamente la bandera de su país, cumpliendo con su promesa de quemar hasta el último cartucho.
La bandera chilena era izada sobre la cumbre a las 7 de la mañana. Nunca más volvió a ser bajada del Morro de Arica. Sólo 55 minutos había tomado tan formidable proeza de conquista, contra prácticamente todos los pronósticos y las posibilidades previstas.
Al ver el pabellón enemigo sobre el Morro símbolo de la resistencia peruana, Sánchez Lagomarcino ordenó abrir las válvulas del "Manco Cápac", que comenzó a hundirse lejos del alcance chileno. El navío guerrero de los bravos mares peruanos se perdió para siempre en las aguas ariqueñas.
El "New York Tribune", haciendo un alto al abierto y declarado apoyo de los Estados Unidos a la causa aliada, publicaría después del triunfo militar chileno en el Morro:
"La victoria de Arica es notable no sólo como hazaña militar, sino también por su importancia...""Es conveniente recordar que la guerra no fue buscada por Chile, sino que por fuerza tuvo que entrar en ella..."
"Las naciones civilizadas pueden regocijarse por las victorias de esa resuelta república, porque son los triunfos sustanciales de la causa del derecho y la justicia".

Mitos históricos y hechos ciertos sobre la toma del Morro
Uno de los asuntos más recurridos por los autores del Perú sobre la epopeya de Arica, es el pretendido repaso de heridos que habrían hecho los chilenos al llegar a la cima del Morro. No cabe duda de que en medio del caótico asalto a la cumbre hubo escenas que comprometieron seriamente al Coronel Lagos, pero también es cierto que gran parte del ejército de Bolognesi resistió fieramente hasta el último momento, a pesar de los intentos de Ugarte por detener la carnicería inútil en que se había convertido el combate luego de que los chilenos rompieran la última defensa, sin ser escuchado en medio del completo caos y descontrol en que habían caído ambos ejércitos.
Como la mayor parte del ataque chileno se realizó a corvo y bayoneta, por escasez de municiones, los registros de una enormidad las bajas peruanas mostrando heridas cortantes han alimentado la idea de que fueron repasados en el suelo, ya estando heridos. Incluso, el Capitán Silva Arriagada impidió que los chilenos arremetieran contra los pocos heridos peruanos que quedaron entre los casi 900 hombres muertos de Bolognesi, al ver la colérica y violenta euforia.
Las bajas entre los chilenos no fueron pocas, como también ha pretendido sugerirse en más de una oportunidad. 479 chilenos cayeron en combate, y otros 357 quedaron heridos al final de la batalla. Gran parte de estas bajas las provocó el paso por sobre los campos minados.
Otro de los mayores mitos sobre los sucesos del Morro de Arica, aquella mañana del 7 de junio de 1880, se relaciona con las versiones sobre la muerte de los máximos jefes militares peruanos al final del asalto. Esto, a pesar de que los relatos peruanos de la época no dejan dudas sobre la verdadera muerte de estos héroes en la batalla. Por ejemplo, el Capitán de Corbeta Espinosa, Comandante Segundo de las baterías en el Morro, informaría más tarde:
"...y como era inútil toda resistencia, ordenó el señor comandante general que se suspendieran todos los fuegos... fue el señor coronel Ugarte personalmente a ordenarlo a los que disparaban sus armas al otro lado del cuartel, en donde dicho jefe fue muerto... los enemigos invadieron el recinto del Morro, haciendo descargas... de las que resultaron muertos el señor comandante general, coronel Francisco Bolognesi, señor capitán de navío Juan G. Moore...".
Por su parte, el oficial peruano J. Pérez, declararía:
"...cuando el coronel Moore iba a repetir la misma voz, una descarga enemiga lleva una bala al medio de su noble pecho, que lo mata en el acto, y otra tumba al altivo coronel Bolognesi, que pocos momentos después fue ultimado como lo fue Ugarte...".
Historias peruanas contemporáneas señalan que Bolognesi y Moore se hacen disparar por sus hombres para no entregarse, las que serían fantasías de autores peruanos. Innecesarias, por cierto, porque ellos demostraron un valor y un arrojo que no requeriría de mayores confirmaciones.También resulta folclórica la versión de Ugarte, saltando a caballo desde el Morro con la bandera peruana para no entregarla al enemigo; de hecho, hay en Chile antecedentes de que esta historia, al parecer, era atribuida en un inicio al Coronel Bolognesi y no a Ugarte. El cuerpo de este último fue arrojado al mar, después del combate, lo que pudo generar la confusión. Su acaudalada familia ofreció grandes recompensas por la recuperación del cuerpo, presentándose cerca de ocho. También es un mito urbano -y muy grosero, hay que decirlo- una versión que se ha oído respecto de que Ugarte fue amarrado a un caballo por los chilenos y espantado de un tiro o de un golpe de corvo para que se precipitara hacia el mar, ya pasado el combate.
Intentando explicar la colérica reacción de los chilenos ascendiendo eufóricos a la cima, otra popular leyenda dice que habían bebido cantidades de la famosa "chupilca del Diablo", es decir, aguardiente mezclada con pólvora de municiones, antes de entrar en combate. Esto se debería en parte, aparentemente, al relato épico de Jorge Inostrosa. El aguardiente fue muy popular entre los chilenos durante la guerra y los peruanos llegaron a apodar al enemigo como los "endemoniados" o los "demonizados", pues creían realmente que actuaban en medio de una posesión diabólica al no temer a las balas enemigas y avanzar emitiendo guturales alaridos, atribuyendo erróneamente este talento a la ingesta del mítico trago, algo que ha quedado desmentido con el tiempo.
Pero, en el caso de Arica, a diferencia de la leyenda fomentada por el romanticismo, la verdad es que la euforia saltó no con esta bebida en particular, sino con la retirada peruana de las primeras posiciones y la ira desatada por la explosión del "Ciudadela" y los llamados "polvorazos", que eran considerados entonces métodos arteros de muerte. De hecho, aunque el aguardiente fue de uso corriente durante los episodios de la guerra, la escasa cantidad de municiones con que se contaban en aquella oportunidad, hace pensar que la presencia de este peculiar experimento de coctelería con pólvora en Arica, ha sido idealizada. Lamentablemente, en nuestros días, muchos reclutas han querido experimentar las propiedades de este peligroso brebaje y han terminado gravemente intoxicados (e incluso muertos) tentados con sus pretendidos poderes e ignorantes, además, de que la pólvora negra de las municiones lleva largo tiempo ya sustituida por el aún más tóxico explosivo de nitrocelulosa.
Otra leyenda histórica compromete también a Argentina en estos hechos. Se trata de la elevación casi religiosa de la figura del ex diputado Roque Sáenz Peña, que había participado militarmente en Arica, como embajador del sentimiento argentino para con sus "hermanos" de la Alianza Perú-Boliviana, además de haber actuado en Tarapacá. Allí fue capturado y enviado preso al Cuartel Central, donde oscuros movimientos de amigos y diplomáticos argentinos lo salvaron de ser sometido al Consejo de Guerra por su intromisión en estado de guerra, gesto que fue agradecido a Chile por su padre, un influyente político bonaerense de la época.
La verdad es que Sáenz Peña nunca partió en nombre de la Argentina al conflicto, sino a título personal, tras abandonar su país por graves disputas políticas con sus camaradas y con el Gobierno, en 1878. Como hemos dicho, allá en Perú, en autoexilio, las autoridades limeñas le ofrecieron el cargo de Teniente Coronel si se incorporaba al Ejército, aceptando y, de hecho, dispuesto a renunciar a la nacionalidad argentina. Sin embargo, al regresar a Buenos Aires de su cautiverio, unos meses después, se le recibió con honores, como verdadero héroe de una guerra nacional, se le devolvió la nacionalidad y llegó a ser Presidente de la República, hacia 1910. Sus relatos y testimonios fueron una gran contribución a la formación de los mitos sobre los "abusos chilenos" contra el Perú durante la Guerra del Pacífico, que ayudó a fomentar sin escrúpulos motivado por la furia ciega que siempre mantuvo contra Chile y por la vergonzosa situación en que se vio tras la toma del Morro, debiendo rogar por su vida al tan odiado y vilipendiado enemigo "mapochino".

La guerra y el odio: el atentado contra el vapor chileno "Loa"
Hemos visto que, desde la campaña en Tarapacá y el fracaso de las expediciones militares en el desierto, Perú dio rienda suelta al antichilenismo, cargando las culpas contra el Presidente Prado y colocando al caudillo Piérola en la presidencia, como su última e ilusoria opción de triunfo. Pero, a partir de la toma del Morro de Arica y en vista de la prolongada continuidad del bloqueo del Callao, desde abril, la odiosidad peruana alcanzó su punto de ebullición y comenzaron fervorosas campañas, sazonadas del triunfalismo desbocado al que los peruanos se habían resistido a renunciar, a pesar de todos los amargos resultados de su aventura en la guerra, que ya iba camino a su segundo cumpleaños.
Un hecho inesperado vino a acentuar esta mutua odiosidad de los países en guerra. El día 3 de julio, y luego de haber entregado humanitariamente en el Callao a más de 500 peruanos heridos capturados en Tacna y Arica, en el vapor chileno "Loa", al mando del Capitán de Corbeta Juan Guillermo Peña Urízar, se encontró con una lancha tipo balandra, cargada de víveres, que los marinos creyeron ingenuamente un gesto de agradecimiento de parte del Perú por su acción generosa, tras lo cual intentaron descargar al navío. Pero la lancha era una trampa poderosamente explosiva, dejada por los peruanos, que estalló hundiendo al "Loa" y matando a 120 chilenos. Sólo 63 marinos se salvaron, gracias a la asistencia de naves internacionales que se encontraban en la zona.
Peña, herido y atormentado por lo que consideraba su responsabilidad, ofrendó su existencia en el lugar negándose a abandonar la nave náufraga a pesar de las insistencias de quienes intentaron convencerlo de salvar su vida. En el parte de guerra del Teniente Primero Leoncio Señoret, por ejemplo, comenta este testigo privilegiado de los hechos:
"El comandante Peña, tomado de lleno por la explosión del brulote, quedó privado de parte de sus ropas, quemado en un costado y muy mal herido en la cara, lo que no le impidió dirigirse al puente a dictar algunas medidas propias del momento..."
"...y cuando vi que ya solo quedaba en el puente el comandante Peña, fui a su lado y le insté a abandonar el buque antes que se sumergiera. Se negó a ello terminantemente; y viendo la inutilidad de mis esfuerzos, abandoné el buque segundos antes de que éste se perdiera por completo..."
Esta sucia acción cayó como una antorcha sobre un reguero de pólvora en la opinión pública y en el mismo ánimo de los guerreros chilenos.
Para entonces, sin embargo, los planes de Piérola detrás de tanto odio y vesanía, tenían poco asidero en la realidad y sólo constituían medidas desesperadas que extendieron innecesariamente la agonía peruana. Por ejemplo, consideraba la reorganización de la Alianza con Bolivia, que en realidad se encontraba prácticamente abierta y, por alguna razón de prioridades, no fue ocupada por Chile a pesar de las tremendas ventajas que ofrecía. Además, calculó en más de 240 mil el número de efectivos que sería capaz de reclutar, cuando en realidad apenas logró adicionar menos de 19 mil nuevos conscriptos, todos ellos indígenas con poca o nula experiencia en el manejo de armas.
Mayor fue la desazón limeña cuando se supo que el Capellán Marchant Pereira y el Capitán Enrique Munizaga habían encontrado en la iglesia de San Ramón de Tacna el 15 de junio, el estandarte que los peruanos habían capturado del 2º de Línea en la batalla de Tarapacá, noticia que puso eufóricos de alegría a los chilenos. Se cuenta que 25 mil soldados recibieron este emblema en gloriosa ceremonia, más tarde.
Tras la toma del Morro, Piérola declaró públicamente que el Perú seguía en combate y dio su llamado a continuar la lucha, llamado que tuvo el más completo respaldo popular, alimentado por la propaganda que clamaba venganza contra los "mapochinos". El Ejército se reorganizó en Lima, previendo que se intentaría un avance a la capital, y se mandaron fabricar nuevas piezas de artillería. El atentado contra el "Loa" vino a convertir en algo mutuo estos sentimientos, al desatar la ira antiperuana entre los chilenos.
Esta disposición se reflejó claramente en los medios de prensa que circulaban el Lima durante la época.Ya el 9 de junio de 1880, y luego de caer Tacna y Arica, el diario "La Patria" declaraba con fervoroso optimismo:
"Aún no están agotados los elementos para llegar a la victoria".
"Tenemos más elementos que ayer y con ellos llegaremos al fin a triunfar, como debemos triunfar. Chile no puede soportar la prolongación de la guerra, si no le faltan recursos, le faltan hombres; y hombres y recursos le sobran al Perú para llevar la guerra hasta el triunfo definitivo..."
En la edición del diario limeño "La Opinión Nacional" del 19 de septiembre, en un artículo sobre la campaña de Lynch, leemos:
"Es preciso en el día, organizar las montoneras y no dejar en tranquilidad a las huestes enemigas. Nuestra misión, nuestro fin único no debe ser otro que acabar con los chilenos..."
"Que la bala, la lanza, el puñal, la piedra, el palo, el fuego, en fin, cuanto pueda crear nuestro odio, nuestra venganza, sirvan para extirpar a la raza maldita de América."
Por su parte, entre los chilenos, el atentado contra el "Loa" había abierto heridas de odio tan fuertes que no cerraban ni con el recuerdo de la victoria de Arica, clamando la toma de Lima en contra de la intención del Gobierno de Chile que deseaba finalizar la guerra luego del triunfo en el Morro, razón por la que designó en el Ministerio de Guerra a Eusebio Lillo. Sin embargo, previendo las dificultades, Lillo rehusó tomar el cargo, siendo otorgado entonces a José Francisco Vergara. Pero Baquedano y los demás jefes ya estaban decididos a emprender la conquista de Lima, por razones más estratégicas que las meras pasiones que movían al pueblo chileno.
Esta era, sin duda, la única vía para forzar la rendición peruana, a la par de una serie de nuevos problemas que debería enfrentar la diplomacia chilena.

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Fiestas y celebraciones tipicas de Chile

Fiestas y Celebraciones
de la Republica de Chile

Fiestas Patrias:

Se celebran durante todo el mes de septiembre, pero especialmente los días 18 y 19, con ramadas, juegos populares y desfiles; entre éstos el más importante es la Parada Militar que se realiza en Santiago, en la elipse del Parque O’Higgins el día 19 de septiembre, Día del Ejército.
En algunas localidades se celebra el llamado “18 chico” el fin de semana siguiente a las Fiestas Patrias; en estas fechas es también tradicional la fiesta de la Pampilla en Coquimbo.

Fiesta de la Vendimia:

Al final de la temporada de cosecha de uvas se reúnen hombres y mujeres vendimiadores en una gran fiesta. En ella se mencionan España y Francia, tanto en los brindis como en las canciones que los acompañan; ello se entiende al relacionarlo con la llegada de las primeras cepas de origen español y los primeros técnicos franceses.

Putre:

Carnaval de Putre: Esta celebración se realiza en los últimos días de febrero, antes de cuaresma. Acuden a ella habitantes aimaras de los poblados altiplánicos. Además de música y comida, hay bailes, máscaras y disfraces que representan la cosmovisión andina.

Codpa:

Fiesta de la vendimia de Codpa: Entre marzo y abril se realiza, en la localidad de Codpa, la fiesta de la vendimia de las uvas con las cuales se elabora el vino pintatani, grueso y frutoso.

Caspana:

Enfloramiento del ganado: Entre enero y marzo, se realiza en todos los corrales familiares del poblado andino de Caspana una particular ceremonia que incluye bailes, cantos y rogativas, en la cual se coloca lana a los animales.

Chiu Chiu:

Via crucis en Chiu Chiu: Entre marzo y abril, para Viernes Santo, se realiza en el pueblo altiplánico de Chiu Chiu un tradicional via crucis español que incorpora elementos criollos haciendo de la celebración un interesante espectáculo.

La Tirana:

Fiesta de la Tirana: Esta fiesta religiosa se lleva a cabo cada 16 de julio en la localidad nortina de La Tirana. La celebración se realiza en honor a la Virgen del Carmen y es una de las más importantes y conocidas del país. Destaca por los bailes, los cantos, la gran cantidad de fieles venidos de todo el país y en especial por las máscaras y disfraces de múltiples colores.

Pica:

Fiesta de Reyes: Se realiza en la localidad de Pica, a 117 km. al sureste de Iquique a 1.300 m. sobre el nivel del mar. Su celebración se extiende a grandes ciudades como Arica e Iquique, en las cuales los adornos navideños de casas y locales comerciales se mantienen hasta dicha fecha.

Aiquina:

Virgen de Guadalupe de Aiquina, 8 de septiembre. Se celebra en el poblado de Aiquina, ubicado a 75 km. al noreste de Calama y a 2.980 m. de altura. La fiesta tiene una duración de cinco días y se inicia tres días antes de la fecha indicada.

San Pedro de Atacama:

Carnaval atacameño: Durante la segunda semana de febrero, tanto en San Pedro de Atacama, como en Chiu Chiu, Caspana y los demás pueblos atacameños de la zona, se celebra un carnaval con disfraces, bailes típicos y degustación de gastronomía y bebidas típicas de la región.

Vallenar:

Fiesta del Roto Chileno: El fin de semana más cercano al 20 de enero se celebra en la quebrada de Pinte, hacia el interior de Vallenar, un festival costumbrista organizado por la junta de vecinos en el que se realizan competencias típicas chilenas.

El Tránsito:

Fiesta huasa de El Tránsito: Durante la segunda semana de febrero el club de huasos de la localidad de El Tránsito realiza una fiesta que consiste en competencias campesinas y espectáculos folclóricos.

San Félix:

Fiesta de la vendimia de San Félix: Durante todo febrero en el pueblo de San Félix, a doscientos kilómetros de Copiapó, en el valle del río El Carmen, se realiza la principal fiesta de la zona, que es organizada por la junta de vecinos. A los bailes en la plaza los fines de semana acuden habitantes de todo el valle y culmina con un festival gastronómico y un concurso de artesanías locales.

San Fernando/Copiapó:

La Candelaria, primer domingo de febrero. Su celebración se efectúa en la localidad de San Fernando, a 4 km. al este de Copiapó. También es venerada en otros puntos del país. La Virgen de la Candelaria se representa con una vela en las manos como símbolo de la purificación de la mujer. Es una de las fiestas más antiguas del norte y reúne a fieles de todo el país y de naciones limítrofes.

Tierra Amarilla:

Fiesta del Toro Pullay: En la localidad de Tierra Amarilla se celebra, a finales de febrero, esta antigua fiesta costumbrista con comparsas por las calles que acompañan a personajes disfrazados que representan el bien y el mal.

Los Choros:

San José Obrero: El santo carpintero es celebrado el 19 de marzo en Los Choros con una fiesta religiosa que cuenta con bailes chinos de la zona y de otras localidades y regiones.

La Serena:

Virgen del Rosario: Con cantos antiguos y tradicionales se manifiesta el 8 de enero en la localidad de Diaguitas, en La Serena, la devoción a la Virgen del Rosario. Una fiesta y una procesión cierran esta celebración.

Salamanca:

Señor de la Tierra: El segundo domingo del mes de enero se celebra en la localidad precordillerana de Cunlagua, cercana a Salamanca, la Fiesta del Señor de la Tierra, la más importante de la comuna y en la cual se pueden apreciar las faenas agrícolas y ganaderas.

Monte Patria:

Festival de Tulahuén: A 45 minutos hacia la cordillera desde Monte Patria se realiza, durante la segunda semana de febrero, una exposición de vinos, quesos y tejidos.

Vicuña:

Fiesta de la vendimia en el Valle del Elqui: Durante todo febrero en Vicuña se celebra la vendimia con bailes, música y actividades campestres. En Paihuano se realizan fiestas típicas, como la pampilla de verano, la noche de estrellas y el Festival de la Voz de la Uva.

Sotaquí:

Fiesta del Niño Dios, 6 de enero. Se celebra en el pueblo de Sotaquí, ubicado a 8 km. de Ovalle. En ella toman parte creyentes chilenos y argentinos. Destacan las hermandades de danzantes ataviados con vistosos trajes de vivos colores y muy adornados.

Combarbalá:

Encuentro artístico de Combarbalá: Durante semana santa en la localidad de Combarbalá, pueblo dedicado a la explotación de la piedra combarbalita, en la Región de Coquimbo, se realiza un encuentro de pintores y escultores nacionales y regionales.

La Ligua:

Tejidos de La Ligua: Cada mes de enero, durante una semana se realiza una feria de los tradicionales tejidos de La Ligua, organizada por la Municipalidad en la Plaza de Armas.

Calle Larga:

Fiesta en Calle Larga: En el mes de enero, en la localidad de Calle Larga se realiza una fiesta en torno a la cosecha del trigo. La actividad se inicia acumulando las gavillas y seleccionando las yeguas. Durante la trilla hay bailes campesinos, competencias, actuación de conjuntos folclóricos y gastronomía típica.

Olmué:

Festival del Huaso de Olmué: A fines de enero se realiza en Olmué este tradicional festival de la canción folclórica, uno de los más importantes del país, organizado por la Municipalidad.

San Bernardo:

Festival de San Bernardo: La última semana de enero tiene lugar el Festival Nacional de Folclor de San Bernardo, la competencia musical más importante en este género. Durante cinco días se presentan grupos nacionales y extranjeros en el anfiteatro de San Bernardo.

Culiprán:

Festival del choclo cabello rubio: Esta festividad que se realiza durante febrero en la localidad de Culiprán, famosa por su producción de choclos, reúne a las familias de los campesinos para la compra de productos agrícolas. Este es uno de los eventos más importantes de la zona para los agricultores de la comuna de Melipilla.

Los Andes:

Fiesta huasa y trilla a yeguas: En la primera semana de febrero, en San Esteban, Los Andes, se realiza un festival folclórico que se festeja con trilla de yeguas, carreras a la chilena y otras competencias campesinas, además de comidas típicas. Gran cantidad de público se reune en el Parque Municipal La Hermita.

Limache:

Virgen de las Cuarenta Horas: En el último domingo de febrero, gran cantidad de fieles se dirige a la parroquia Santa Cruz de Limache, donde, durante cuarenta horas, se celebra esta fiesta religiosa en honor a la virgen.

Casablanca:

Encuentro Nacional de Payadores: A mediados de marzo, durante dos días, se celebra en Casablanca, un encuentro nacional de payadores, al cual acuden cultores y estudiosos de esta expresión folclórica de todo el país.

Virgen de Lo Vásquez:

Virgen de Lo Vásquez, 8 de diciembre. Esta festividad se realiza en el Santuario de Lo Vásquez, a 32 km. de Valparaíso. Es la más significativa de las fiestas de V Región. Gran cantidad de peregrinos llegan a ella a pagar sus mandas.

San Felipe:

Fiesta de la vendimia en San Felipe: Con motivo de la vendimia, durante marzo se desarrolla en San Felipe una fiesta tradicional con actividades culturales y folclore, en la que participa un numeroso público.

Zona Central:

Fiesta de Cuasimodo: La fiesta de Cuasimodo, que se celebra entre marzo y abril, adquiere gran colorido y masividad en las localidades de Lo Abarca, Cuncumén, Lo Barnechea, Llay Llay, Casablanca, Maipú, Talagante, Conchalí e Isla de Maipo. En esta celebración religiosa callejera, que se realiza el domingo siguiente a la Pascua de Resurrección, el sacerdote lleva la comunión a los enfermos, acompañado por huasos en carros, caballos y bicicletas, adornados con flores, papeles, banderas chilenas y otras estampas.

San Clemente:

Encuentro chileno-argentino: Durante la primera quincena de enero se realiza el Encuentro chileno-argentino en el límite fronterizo Paso Pehuenche, en San Clemente. Se trata de un evento organizado por las municipalidades de ambos lados de la cordillera (San Clemente en Chile y Malargue en Argentina). Incluye música folclórica, bailes y competencias deportivas.

Cauquenes:

Fiesta de San Sebastián: Entre el 15 y el 21 de enero se celebra en Colbún la Fiesta de San Sebastián, en la que fieles y devotos peregrinan durante una semana para pagar favores y mandas al santo en la localidad de Panimávida. El 20 de enero se celebra al mismo santo en una peregrinación hasta Pelluhue, en Cauquenes.

Cachivo:

San Sebastián de Cachivo: El 20 de enero y el 20 de marzo, en Cachivo, camino a Las Lomas, se celebra a San Sebastián con una fiesta de gran colorido en la que intervienen gran cantidad de tradiciones locales. Miles de personas llegan a pagar sus mandas hasta el santuario, ya sea caminando, en carretelas o a caballo.

Pelluhue:

Festival de la Trilla: La última semana de enero, en el gimnasio municipal de Pelluhue, se celebra un festival de la canción con la participación de destacados folcloristas nacionales. Se trata de un certamen competitivo de gran nivel y trayectoria.

Quiñipeumo:

Festival de la Sandía: La última semana de enero se realiza en el pueblo de Quiñipeumo, Maule, este festival que reúne a agricultores y campesinos en torno al folclor. Juegos criollos, competencias deportivas y musicales, además de la elección de reina, forman parte de la celebración.

Pelluhue:

Trillas a yegua suelta en Pelluhue: A fines de enero y principios de febrero en la localidad de Pelluhue se realiza la trilla a yegua suelta con encuentros campesinos costumbristas, amenizados por grupos folclóricos y cantores populares. El dueño de casa, con apoyo de la municipalidad, ofrece comida y tragos típicos.

Amerillo:

Carnaval del agua: A fines de enero e inicios de febrero, en la localidad de Amerillo, por la ruta internacional El Pehuenche, se realiza una fiesta tradicional que incluye elección de reina, juegos criollos y un espectáculo artístico bailable.

Licantén:

Rodeo oficial de Licantén: El rodeo de Licantén, que se celebra la primera semana de febrero es el más importante del sector. De él salen representantes para la competencia nacional y regional. Hay demostraciones de riendas y amansaduras.

Linares:

Feria internacional de artesanía de Linares: Durante la segunda quincena de febrero se realiza en Linares una feria de artesanía que reúne exponentes seleccionados de la artesanía tradicional de diferentes países.

Coihueco:

Coihueco y sus raíces criollas: Durante la primera quincena de enero se realiza en Coihueco, Chillán, una fiesta de tres días para mostrar la música, el baile, la gastronomía y las actividades campesinas tradicionales de la zona. El evento se realiza en un escenario flotante en el embalse de Coihueco.

Yumbel:

San Sebastián de Yumbel: El 20 de enero y el 20 de marzo se celebra a San Sebastián en Yumbel. Miles de peregrinos, que recorren largas distancias caminando, e incluso de rodillas, llegan de todo el país a rezar y a pagar sus mandas a la iglesia parroquial, donde se encuentra la imagen del santo, en una muestra impresionante de devoción religiosa popular.

Santa Cruz:

Fiesta de la vendimia en Santa Cruz: Con motivo de la vendimia, durante marzo se desarrolla en Santa Cruz una fiesta tradicional con actividades culturales y folclore, en la que participa un numeroso público.

San Ignacio:

Rodeo oficial de San Ignacio: El primer fin de semana de febrero, en la medialuna de San Ignacio, se realiza un rodeo de alto nivel, que cuenta con la participación de destacadas colleras a nivel regional y nacional. Es organizado por el Club de Huasos Rodeo Chileno.

Yungay:

Fiesta de la Candelaria en Yungay: En la capilla de Yungay, a 69 kilómetros de Chillán, se celebra el 2 de febrero una misa en honor a la Virgen de la Candelaria, en la que se bendice la imagen de la divinidad. En la cercana localidad de Pangal del Bajo se realiza una fiesta criolla con ramadas, vinos y comidas típicas.

Tirúa:

Feria costumbrista de Tirúa: En la comuna de Tirúa se realiza, durante la primera quincena de febrero, una feria costumbrista con actividades culturales, muestra de artesanías, productos agrícolas y degustación de comidas típicas.

Puerto Saavedra:

Fiesta de San Sebastián en Puerto Saavedra: El 20 de enero se celebra en la localidad de Puerto Saavedra una fiesta religiosa en honor a San Sebastián con abundante comercio.

Carahue:

Semana de Trovolhue: La cuarta semana de enero se celebra la semana de Trovolhue, en la localidad cercana a Carahue. La celebración incluye gastronomía, folclor y recreación.

Villarrica:

Muestra mapuche de Villarrica: Durante el verano se realiza una exposición en la feria mapuche de Villarrica. Allí se pueden encontrar trabajos de importantes artesanos, además de la reproducción a escala real de una ruca construida en totora y junquillo.

Futrono:

Nguillatún en Futrono: En la localidad de Futrono, a orillas del Lago Ranco, en la Región de los Lagos, desde el 12 hasta el 14 de febrero se realiza un nguillatún mapuche. Se trata de un ritual colectivo de acción de gracias y petición por las cosechas y el bienestar de la comunidad.

Niebla:

Encuentro costumbrista de la Costa: A 20 minutos de Valdivia, en Niebla, se realiza durante la segunda y la tercera semana de febrero un encuentro cultural, costumbrista y gastronómico en el cual se venden comidas típicas y artesanía.

Frutillar:

Exposición de artesanía local de Frutillar: Entre el 15 de enero y el 15 de febrero se realiza en el Colegio Bernardo Phillippi de Frutillar una muestra de artesanía local organizada por la Municipalidad.

Frutillar:

Fiesta criolla de los colonos en Frutillar: El primer domingo de febrero tiene lugar en la Colonia La Radio, en Frutillar, una festividad que incluye carreras a la chilena, juegos criollos, cabalgatas, paseos en carretón y espectáculos folclóricos. Hay un gran despliegue de comidas típicas: asados al palo de cerdo, de cordero y de vacuno, anticuchos, cazuelas, curanto, empanadas, sopaipillas, pastel de choclo, tortillas, kuchen, tortas, mote con huesillos, entre otras cosas.

Carelmapu:

Fiesta de la Candelaria en Carelmapu: El 2 de febrero se realiza, en honor a la Virgen de la Candelaria, una peregrinación de feligreses en la localidad de Carelmapu. Llegan allí gran cantidad de embarcaciones engalanadas, provenientes de la Isla de Chiloé. La celebración dura un día entero.

Caulín:

Festival santuario de las aves Caulín: Durante todos los fines de semana del verano, en la localidad de Caulín, a 9 kilómetros del Canal de Chacao, se lleva a cabo una fiesta costumbrista incorporada dentro de las actividades turísticas de Ancud que incluye artesanía, folclor y gastronomía.

Castro:

Fiesta tradicional de Nercón: Gastronomía, folclor y faenas tradicionales forman parte de la fiesta campesina que el 5 de febrero tiene lugar en Nercón, a pocos minutos de Castro. Al otro dia la celebración se repite en La Estancia, a 5 kilómetros de Castro.

Llau Llau:

Maja chilota: El 13 de febrero en la localidad chilota de Llau Llau, se realizan faenas tradicionales y una fiesta campesina para la elaboración y degustación de la chicha de manzana.

Quemchi:

Festivales costumbristas chilotes: A mediados de febrero, durante el fin de semana, en la localidad de Quemchi, a 60 kilómetros de Ancud, se organiza un festival musical que incluye gastronomía y artesania. En tanto, el tercer fin de semana del mes se realiza en el Parque Municipal de Castro el Festival Costumbrista Chilote, que incluye muestra cultural, folclor, faenas típicas, artesanía, gastronomía, y exposición de las distintas variedades de papas nativas. En Puerto Natales todos los años, en febrero, el Centro Hijos de Chiloé, que agrupa a inmigrantes de la isla, organiza un encuentro musical que busca preservar las costumbres chilotas.

Punta Arenas:

Ganado de Punta Arenas: La primera semana de febrero, durante tres días se realiza la Feria Ganadera Expogama en Punta Arenas, organizada por la Asociación de Ganaderos de Magallanes. Incluye exposición de ganado y gastronomía local.

banderas y escudos de Chile

banderas y escudos de Chile

cuatro siglos de uniformes en chile

Batallas y combates en la Historia de Chile

1485:
Batalla del río Maule: Los mapuches detienen el avance de los incas que lleguen en su dominación hasta las márgenes del río Maule. Tal acción hace que los habitantes del sur del Maule sean conocidos por los incas como "poromaucas, palabra que se españolizó como promaucaes. Existe una duda razonable sobre la fecha, que bien podría ser hacia 1520.

Septiembre 1536:

Batalla de Reinohuelén: Combate librado en 1536 entre conquistadores españoles al mando de Gómez de Alvarado y guerreros mapuches, en la confluencia de los ríos Ñuble e Itata, en Chile.
Enero 1541:
Combate del Mapocho: Don Pedro de Valdivia se puso en contacto con el cacique Vitacura, principal representante de los incas en estas tierras, manifestándole la intención de levantar una ciudad en la isla del cerro Huelen. El consentimiento de Vitacura provocó la indignación del cacique Michimalonco.

Enero 1541:

Escaramuzas en Aconcagua: Diversos enfrentamientos contra las fuerzas de Michimalonco, quien tendió variadas emboscadas a los expedicionarios y lo mismo hicieron Catiputo, Tanjalongo y otros caciques subalternos.
Mayo 1541:
Conquista de la fortaleza de Paidahuén: Pedro de Valdivia se dirige contra Michimalonco, Como rescate para recuperar la libertad, este ofrece los lavaderos de oro de Marga-Marga.
Agosto 1541:
Desastre de Con Con: Los caciques Trangolonco y Chigalmanga, queman un bergantín en construcción en la desembocadura del Estero Marga-Marga, matan a los españoles, negros e indios peruanos, escapando sólo Gonzalo de los Ríos con un esclavo negro.. Se desata un levantamiento general que comprende los valles de Aconcagua y Cachapoal.

11 de Septiembre 1541:

Destrucción de Santiago: Michimalonco, como caudillo (toqui) general de los indios de la comarca, encabezó contra la recién fundada ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, un asalto el 11 de septiembre de 1541 que terminó en fracaso, merced a la sostenida resistencia de los españoles que guarnecían la plaza. En la defensa de la ciudad, se señaló particularmente doña Inés de Suárez que no dudó en dar muerte a Quilicanta y a siete caciques picunches entre los que se contaba el Cacique Apoquindo, prisioneros de los españoles que el ejército indígena pugnaba por libertar. De lo desigual del combate da fe la desproporción en el número de los combatientes, que fue de unos 10.000, por parte de los picunches, y de 55 soldados, más 5.000 yanaconas auxiliares, por los españoles.
Febrero 1544:
Combates en el Cachapoal y en el Maipo: Hasta esta fecha, Valdivia no había podido reconocer su gobernación más allá del Cachapoal, y su dominio efectivo sólo abarcaba los alrededores de Santiago, y con menor seguridad, el valle de Quillota. Con los refuerzos que le trajo Monroy, resolvió extenderlo hasta el sur sin trazarse límites y hacia el norte, hasta La Serena.

Agosto 1544:

Combate en el Limari: Pero Gómez se había encaminado al valle de Aconcagua con el propósito de someter a los indios radicados en él. Michimalongo lo obligó a retroceder hasta Santiago y el gobernador tuvo que dirigirse personalmente contra el célebre cacique.

20 de Febrero 1546:

Combate de Quilacura: Fue una batalla en la guerra de Arauco, combate nocturno, a cuatro leguas del Río Biobío, entre la expedición española de Pedro de Valdivia y una fuerza de guerreros mapuches, liderada por el toqui Malloquete. En este enfrentamiento fue capturado un mozalbete llamado Lautaro.

11 de Enero 1549:

Destrucción de La Serena: Cuando recién comenzaba a cimentar su historia, una sublevación de los indígenas provoca la muerte a casi todos los españoles (escapando, al parecer sólo un sobreviviente llamado Juan Cisternas), destruyendo e incendiando el poblado como represalia del mal trato recibido por los diaguitas de parte de los conquistadores españoles.

24 de Enero 1550:

Expedición a Arauco: Iba a empezar la guerra de Arauco. Cuarenta mil guerreros mapuches van a luchar durante tres siglos por el predominio y la supervivencia contra el invasor español y sus descendientes y contra los antiguos señores del suelo los representantes del pueblo chincha-chileno ahora aliado del nuevo invasor.

22 de Febrero 1550:

Combate de Andalién: Pedro de Valdivia, en su avance al sur, desea fundar una ciudad en la zona de Penco. En su intento es detenido por los mapuches y después de duro combate, los derrota. El ataque ocurrió en la noche y sólo se alcanzó la victoria una vez dejar los caballos y pelear aquí en lucha cuerpo a cuerpo.
12 de Marzo 1550:
Batalla de Penco: Fue una batalla entre 60.000 Mapuches bajo comando de su toqui Ainavillo con sus aliados de Arauco y de Tucapel y contra 200 españoles de Pedro de Valdivia con una gran cantidad de Yanaconas incluyendo 300 auxiliares de Mapochoes bsjo ordenes de su líder Michimalonco que defendía la fortaleza recosntruida en Penco.

14 Diciembre 1553:

Combate de Purén: Los indios se dieron cuenta del debilitamiento de los españoles y que, a pesar de su disimulo, no sabían ocultar su contento ante la proximidad de la venganza. La forma como se desarrolló la rebelión, manifiesta que venía preparándose desde hacía tiempo, pero los detalles nos son desconocidos.

25 de Diciembre 1553:

Batalla de Tucapel: Pedro de Valdivia muere a los 51 años, el conquistador español y sus soldados son derrotados y todos muertos por las huestes araucanas de Lautaro.
26 de Diciembre 1553:.
Los 14 de la Fama: Se conoce con este nombre al grupo de trece soldados españoles más su capitán, Juan Gómez de Almagro, que sostuvieron una dura resistencia en la cordillera de Nahuelbuta al ataque del fuerte San Diego de Tucapel en Cañete, provincia de Arauco por el toqui Lautaro y sus huestes.

26 de Febrero 1554:

Batalla de Marihueñu: Victoria mapuche bajo el mando de Lautaro. El sur de Chile queda en manos de los mapuches. Los españoles abandonan la ciudad de Concepción.
27 de Febrero 1554:
Destrucción de Concepción: Luego de la derrota de Marihueno, el espanto y la desazón se apoderaron de los habitantes de Concepción que sólo atinaron a huir. Los caminos que conducían a Santiago, comenzaron a llenarse de la gente que escapaba en medio de una confusión indescriptible.
02 de Noviembre 1555:
Expedición de Villagra y Defensa de La Imperial: Pedro de Villagra, que había quedado en La Imperial con 150 hombres empezó por fortificar y pertrechar la ciudad. La rodeó de fosos y de parapetos, y distribuyó la, gente en cuadrillas, cada una Con su caudillo y con la orden precisa de lo que debía hacer en caso de asalto. Pero los indios, distraídos con el triunfo de Marigüeñu o no sintiéndose capaces de atacar a los españoles dentro de la ciudad, no la asaltaron ni establecieron un sitio en regla.
12 de Diciembre 1555:
Segundo ataque a Concepción: A pesar de la mortandad, Lautaro pudo reunir un ejército que, po¬siblemente, fluctuaba alrededor de unos 4.000 mapuches, y atacó a Los Confines (Angol). Los españoles huyeron a La Imperial sin intentar si¬quiera la resistencia. Inmediatamente, el generalísimo mapuche dirigió su ejército sobre Concepción.
14 de Noviembre 1556:
Acción de Mataquito: Lautaro, habiendo cruzado el Maule, acampa en Mataquito. Diego Cano, enviado por el cabildo de Santiago sostiene contra él y es derrotado.

01 de Abril 1557:

Muere el cacique Lautaro en el combate de Peteroa. El y sus hombres fueron atacados por sorpresa en el pucará de Petorca.
09 de Agosto 1557:
Ataque al Fuerte San Luis: Tras la victoria de Peteroa, los españoles procedieron a levantar un fuerte que llamaron San Luis el que estuvo mandado por don Garcia Hurtado de Mendoza en las cercanías de la destruida Concepción, es decir donde hoy se levanta el puerto de Talcahuano. Ahí fueron atacados por tres escuadrones araucanos que estaban al mando de los toqui Grecolano, Petegolen y Tucapel.

08 de Noviembre 1557:

Batalla de Lagunillas: Fue la primera batalla en que las tropas del virrey Andrés Hurtado de Mendoza libraron contra los araucanos del cacique Caupolicán..En este enfrentamiento fue tomado prisionero el caudillo Galvarino, que, como castigo, sufrió la amputación de ambas manos.

30 de Noviembre 1557:

Batalla de Millarapue. El caudillo mapuche Caupolicán es derrotado por los españoles. Galvarino cae nuevamente prisionero y es ahorcado. Las fuerzas realistas acamparon en Millarapue, al interior de la Araucanía el 29 de noviembre. Los mapuches al mando de Caupolicán intentaron un ataque en la alborada del 30 de noviembre, por sorpresa al campamento enemigo. El número de atacantes era de 3.000 a 10.000 al frente de ellos venía Galvarino, que se mostraba con sus dos brazos cortados azuzando las pasiones de sus camaradas.
20 de Enero 1558:
Batalla de Cayucupil: Aquella mañana del 20 de enero lentamente ingresaban al desfiladero de Cayucupil o Quebrada de Puren llevando grandes cantidades de pertrechos. Cuando se hallaban a mitad de la Quebrada de Puren fueron atacados por cientos de mapuches que desde una altura superior arrojaban descumunales piedras y cuanto objeto ofensivo encontraban, causando numerosas bajas.

05 de Febrero 1558:

Sitio y Batalla del Fuerte de Cañete: Cañete fue rodeado y sitiado por más de 15.000 mapuches que establecieron un sitio al fuerte. La idea de Caupolicán era dejar morir de hambre a los sitiados. Andresillo abrió las puertas del fuerte y se introdujó una masa de mapuches en forma silenciosa, cuando ya casi estaban todos al interior del fuerte fueron recibidos por descargas de fusilería en forma alternada que dejaron una gran mortandad entre los atacantes que fugaron en desbandada.

13 de Diciembre 1558:

Batalla de Quiapo: Unos mil quinientos mapuches al mando del cacique Petegolen se dieron a la tarea de levantar un fuerte en los llanos de Quiapo ubicado en las cercanías de la Ensenada del Carnero, al norte de Lebu y muy próximo de donde los españoles tenían levantado un formidable recinto militar desde el cual como punta de lanza clavado en el pecho de los mapuche apoyaban las incursiones que en forma continua realizaban a las tribus para desalentarlos.

30 de Diciembre 1558:

Batalla del Fuerte de Arauco: La brillante victoria conseguida en Lincoya gracias a las especiales condiciones de estratega que tenía el toqui Petegolen, digno émulo de Lautaro, lo entusiasmaron para seguir en la lucha levantando un fuerte frente al de los españoles. Mas estos con la trágica experiencia de Lincoya, no hicieron movimiento bélico alguno y aceptaron con resignación la provocación de los indios. Hasta que un dia cansados de ser insultados desafiaron a los aborígenes a una batalla de caballería a muerte. En una planicie situada entre ambas fuerzas se libraría la primera batalla de caballería entre peninsulares y araucanos.

16 de Enero 1563:

Batalla Del Fuerte Lincoya: Un grupo de batidores exploró el terreno y comprobó que la fortificación mapuche adolecía de un grave defecto que facilitaba un ataque de caballería. Además que al ser de madera sería fácil incendiarla. Participó la artillería que con su cañoneo causo un incendio y bajas entre los indios. Tras el ablandamiento que fue brutal entró en acción la caballería al mando de don Pedro de Villagra.

Enero 1563:

Derrota de Catiray o Mareguano: Don Pedro de Villagra al llegar a Catiray fueron interceptados por una numerosa guerrilla araucana, trabándose en un sangrienta lucha donde los españoles perdieron 42 hombres debiendo emprender la retirada en franca derrota hacia el fuerte de Arauco llevando varios heridos.
24 de Enero 1563:
Asalto de Angol: Ese día llegó la primera a la vista de Angol. Avendaño, que mandaba en la Ciudad, dejó en ella a los soldados más heridos para que la defendieran de la más pequeña de las dos columnas que la amagaban.
03 de Febrero 1563:
Asalto a la Plaza de Arauco: Los mapuches se presentaron frente a Arauco. Pedro de Villagrá intentó repetir la defensa de La Imperial en 1554, dando golpes contundentes a los asaltantes. El y sus capitanes los derrotaron repetidas veces, pero al día siguiente amanecían más cerca de las murallas y más numerosos.
15 de Abril 1563:
Segundo Sitio de Arauco: Terminada la recolección de las cosechas, los mapuches se presentaron delante de Arauco en abril de 1563. Esta vez venían preparados para poner en la plaza un sitio en regla.

22 de Enero 1564:

Combate del pucará de Lebotacal: Los mapuches construyeron un pucará en Lebotacala a algunos kilómetros de Concepción. Luego de un breve combate logró desbaratarlo, pero fue informado de una concentración de 3.000 indios comarcanos al mando de un cacique de nombre Loble que estaba casi a las puertas de Concepción.

24 de Enero 1564:

Combate de Angol: Los mapuches, entusiasmados con la alianza de los indios de la zona comprendida entre Itata y el Maule, resolvieron destruir a Angol antes de iniciar el sitio de Concepción.
Febrero 1564:
Cerco de Concepción: Los caciques Millalelmu y Loble establecieron el cerco al fuerte de Concepción, encerrando a Villagra y toda la población en las empalizadas. El sitio duró alrededor de dos meses de continuas escaramuzas.
17 de Febrero 1565:
Segunda Combate de Reinohuelen: En el mismo lugar donde 29 años antes las fuerzas promaucaes (indios que Vivian al norte del Biobio) pero igualmente buenos guerreros que rechazaron la avanzada enviada por don Diego de Almagro al mando de Gómez de Alvarado en 1536 impidiéndole seguir al sur. Tres décadas después a mediados de febrero de 1565 una columna compuesta por 152 hombres de caballería y 700 indios amigos al mando de don Pedro de Villagra y de don Pedro Fernández de Córdova atacaron un fuerte que tenían los indios promaucaes.
19 de Febrero 1565:
Combate de Tolmillan: Dos días después de la batalla de Reinohuelen llegaba a marcha forzada el cacique Loble que venía a socorrer a sus compañeros que combatían en Reinohuelen, ignorando que estos habían sido derrotados y que los españoles le tenían tendida una emboscada en las cercanías del actual pueblo de Tormillan.
Marzo 1567:
Ataque al pucara de Cañete: Los indios habían construido un pucará en los cerros vecinos a Cañete, y el general comprendía que una rebelión se aproximaba. Sin consultar a la Audiencia, resolvió destruirlo antes que la concentración de los indígenas hiciera el asalto más difícil.
07 de Enero 1569:
2da Batalla de Catiray o Mareguano: En esta segunda contienda librada en este punto de la cordillera oriental de Nahuelbuta entre 220 soldados españoles y 600 yanaconas al mando del gobernador Melchor Bravo de Saravia, contra dos mil indios al mando de los caciques Lonconaval y Millalemo que unieron sus fuerzas para enfrentar al invasor.
Septiembre 1570:
Derrota de Purén: A toda prisa se dirigian 200 soldados españoles al mando de don Miguel Avendaño de Velasco a socorrer a los castellanos amenazados por los mapuches de ser arrollados en cualquier momento en Angol. No se habían alejado mucho del río Puren cuando fueron atacados por un batallón al mando del cacique Pailacar, que entró violentamente en batalla, poniendo en serios aprietos a los conquistadores.
08 de Marzo 1577:
Primera Campaña de Quiroga: El plan de pacificación que se iba a poner en práctica era obra del virrey del Perú, y Quiroga lo había aceptado con entusiasmo. Consistía en una enérgica campaña a través de Arauco, llevando el ejército concentrado. Se tomaría prisioneros a los indios más belicosos; se ejecutaría a uno que otro cabecilla, y los demás serían "trasladados a la provincia de Coquimbo, desgobernándolos.
27 de Noviembre 1578:
Segunda Campaña de Quiroga: A pesar de la extraordinaria crudeza del invierno de 1578, las hostilidades de los indígenas no cesaron. Amagaban el campamento en canoas y caían sobre los caballos durante el pastoreo y sobre los grupos que iban al campo a recoger comida.
20 de Diciembre 1584:
Campaña de Sotomayor: Estas fuerzas hicieron algunas campeadas sin importancia, que ni siquiera merecerían mencionarse, a no mediar la trampa en que estuvo a punto de perecer Bernal de! Mercado.
10 de Enero 1597:
Campaña de Oñez de Loyola: El nuevo mandatario se encontró imposibilitado para reabrir la campaña de Arauco. Logró, sin embargo, enviar al sur unos doscientos arcabuceros, al mando de su hermano Luis y dé Lorenzo Bernal del Mercado.

23 de Diciembre 1598:

Batalla de Curalaba: Esta batalla se convirtió en el inicio efectivo de la Rebelión Mapuche de 1598 que terminó finalmente con todas las ciudades al sur del río Biobío, excepto Concepción.
22 de Enero 1599:
Rebelión General del pueblo Mapuche: La sublevación se propagó con la rapidez del fuego que ha hecho por largo tiempo su camino subterráneo. El espíritu de rebeldía asomó casi instantáneamente desde el Maule hasta Osorno. Los españoles se encontraron pronto encerrados en las ciudades y fuertes, sin poder auxiliarse unos a otros.
06 de Abril 1599:
Batalla de Quilacoya: En Quilacoya junto al río Biobio pelentaro fue interceptado por las fuerzas españolas del recién designado gobernador don Pedro de Vizcarra, quien cayó por sorpresa sobre los mapuches, propinándole una contundente derrota.
09 de Octubre 1599:
Ataque a Chillán: Chillán fue atacada resultando muertos 4 españoles y llevándose los indios 30 mujeres y niños. La cifra total de muertos ascendía ya a 200 españoles, siete ciudades arrasadas, sitiadas o despobladas.
26 de Noviembre 1599:
Asalto de Valdivia: La derrota sufrida en Quilacoya no amilanó al cacique Pelantaro y decidió rehabilitarse y vengarse de esa derrota. Para ello cambio su estrategia en noventa grados, decidiendo no atacar Concepción y dirigir su accionar hacia Valdivia que por mucho tiempo vivía en paz. Pelantaro planificó el ataque a esta última ciudad con toda calma, sin dejar pasar un solo detalle, al igual como lo hubiera hecho el mas sagaz estratega moderno.
Noviembre 1601:
Muerte del coronel Francisco del Campo: El coronel resolvió trasladarse a Castro con todos los pobladores. Se dirigió personalmente con 60 soldados a la isla, a disponer los auxilios y las comidas "para llevar tantas mujeres, niños y trastes de casas y haciendas como tenían, y llegando a la primera bahía se alojó y repartió la gente a buscar algunas piraguas en que pasar aquel brazo de mar", quedando él con muy pocos soldados.
07 de Febrero 1602:
Destrucción de la ciudad de Villarrica: Los defensores de Villarrica al mando del capitán Rodrigo de Bastidas decidieron vender cara su existencia, cuando supieron que los indios lanzarían el ataque final antes que llegaran los refuerzos españoles. Los heroicos defensores resistieron los primeros ataques indígenas y lo harían hasta la muerte.
Enero 1603:
Campaña de 1603: En la campaña del verano de 1602: se construyó diversos fuertes en las márgenes del Biobío, en lugares bien escogidos y dispuestos en forma de poderlos socorrer. En la misma temporada procuró afianzar el dominio español, al norte de ese río, con numerosas expediciones; de suerte que al llegar el gobernador a Santiago, en junio de 1602, ya se consideraba definitivamente salvada esta parte del territorio.
Febrero 1603:
Asalto del Fuerte Santa Fe: Cuando llegó el momento de destruir el odiado fuerte de Santa Fe una noche silenciosamente lo indios se aproximaron al fuerte, pero fueron descubierto por un centinela que dio la alarma. Desde ese instante la batalla fue general, los mapuches fueron rechazados, pero volvieron con mas furia emprendiendo un sangriento asalto que resultó estéril. Mas toda la noche pujaron por ingresar y fueron rechazados. Comprendieron entonces que había que someter al fuerte a un durísimo sitio. Así se hizo y una hambruna que tuvo a muy mal traer a los sitiados.
Diciembre 1603:
Batalla Ciénagas De Lumaco: Después de sembrar el terror en las tribus retornó Alonso de Ribera al norte, siendo interceptado en un lugar cenagoso en Lumaco, donde los indios le presentaron un plan estratégico enseñado por Lautaro con excelentes resultados. Este consistía en internarse en el pantano donde la caballería no podía llegar porque se hundía en el barro. Pero olvidaron que el Gobernador Ribera era experto en el arte de la guerra, ordenando entonces que los yanaconas cubrieran con totora el camino y mandó la infantería, que con sus arcabuces dejó la mortandad.

Enero 1604:

Campaña de 1604 y 1605: En su penúltima campaña, la de la primavera de 1603 y verano de 1604, Ribera fundó un nuevo fuerte en el vado de Chepe, a la desembocadura del Biobío, que bautizó con el nombre de San Pedro de la Paz; y el 24 de diciembre fundó otro que denominó Nacimiento.
Diciembre 1605:
Campaña de 1606: García Ramón abrió su primera campaña en la primavera de 1605. Habla partido de Santiago el 6 de diciembre al frente de mil doscientos hombres, enterados con el contingente de España y los militares de los términos de la capital. En el sur le aguardaba otro ejército vecino a mil hombres, distribuidos en los fuertes. En Concepción recibió el socorro remitido por el virrey del Perú, con el cual pagó sus cuentas y atendió a los primeros gastos de la campaña.
Marzo 1606:
Desastre de Angol: Núñez de Pineda tenía orden de sacar de los fuertes hasta trescientos soldados, si los refuerzos de México no llegaban; pero temió debilitar mucho las guarniciones y se limitó a retirar ciento cuarenta y tres, para enterar doscientos.
Septiembre 1606:
Batalla de Boroa o de Palo Seco: La batalla se produjo cuando una guarnición española al mando del capitán Juan Rodulfo Lísperguer fue emboscada al salir del fuerte por entre 3.000 a 6.000 guerreros mapuches ocultos en los bosques ceranos muriendo todos los hispanos.
Febrero 1608:
Campaña de 1608: En las correrías del verano de 1608, García Ramón había contado con el recurso de unas mil lanzas amigas y había devastado los campos de los enemigos hasta reducirlos por la miseria a venir de paz y a establecerse en las inmediaciones de los fuertes, sin traspasar el radio de acción de estos establecimientos.
Diciembre 1610:
La Guerra defensiva de Luis de Valdivia: El padre Valdivia llegó al Callao a mediados de 1611, trayendo los despachos del gobernador para Alonso de Ribera y la real cédula de 8 de diciembre de 1610, que dejaba al criterio del virrey del Perú ensayar por tres a cuatro años la guerra defenslva.
1621:
Campaña Militar de Osores de Ulloa: Osores de Ulloa empezó por restablecer la disciplina en el ejército condenando a muerte a los desertores que logró capturar, y expurgando la oficialidad. Cuando creyó estar preparado, pasando por sobre las órdenes del rey dispuso una expedición, cuyo mando confió al maestre de campo Núñez de Pineda, a las ciénagas de Purén.
24 de Enero 1626:
Cesación de la guerra defensiva: En efecto, el 24 de enero de 1626, recibía Fernández de Córdoba una real cédula expedida en Madrid el 13 de abril de 1625, por la cual Felipe IV ordenaba reanudar la guerra con los mapuches y someter a esclavitud a los prisioneros.
1627:
Contraofensiva mapuche dirigida por Lientur: Como era de esperarlo, la contraofensiva araucana no tardó en de­sencadenarse. La dirigió un indio llamado Lientur, que hasta ese momento habla peleado como amigo en el campo español.
15 de Mayo 1629:
Desastre de Las Cangrejeras: Lientur jefe militar mapuche que luchó en la Guerra de Arauco. Su mayor victoria fue la Batalla de las Cangrejeras. Su actividad bélica concluyó cuando llevó a que los españoles firmaran paces temporales con la nación mapuche en el Parlamento de Quillín.
14 de Mayo 1630:
Sorpresa de Los Robles: Lazo de la Vega logró reclutar unos 150 españoles voluntarios en Santiago que pensaba sumarlos a los ya 1.600 soldados acantonados en el sur. Su idea era internarse en el mismo corazón de Arauco y dar una batalla armagedónica a los mapuches para terminar de una vez por todas con la guerra. El pánico general cundió cuando la población supo de las osadas intenciones del gobernador y el Cabildo le rogó que desisitiese de hacer ese tipo de guerra, pero fue inútil, Lazo de la Vega quería esa batalla decisiva.
13 de Enero 1631:
Batalla de La Albarrada: Lazo de la Vega salió del fuerte y eligiendo cuidadosamente el terreno fue a tender su línea de batalla en Petaco. La acción se inició con una carga de un escuadrón de indígenas que fueron contenidos con fusileros alternados protegidos por lanceros. Una vigorosa carga de caballería fue contenida por los escuadrones mapuches y el combate por unos instantes se tornó indeciso.
1632:
Campañas militares de 1631-1632-1633-1634: A la salida del invierno de 1631 las armas españolas habían tenido algunos éxitos locales de cierta importancia. Los indios auxiliares dieron muerte en el valle de Elicura a Quempuante.
06 de Enero 1641:
Parlamento de Quillin: El gobernador de Chile, Francisco López de Zúñiga, se reúnen en el llano de Quilín con los mapuches para firmar los acuerdos que reconocían la independencia de los indios, la devolución de cautivos españoles, el permiso para evangelizar el territorio indígena y sellar una alianza contra los enemigos del exterior. En favor de los mapuches se pactan la despoblación de Angol y la vuelta de la frontera a la línea del Biobío.
Enero 1651:
Las paces de Boroa: Acuña Y Cabrera, como la mayoría de sus predecesores, no tenia siquiera idea de los problemas que le aguardaban en su gobierno, y, a diferencia de ellos, tampoco era capaz de formársela.
14 de Febrero 1654:
Batalla de Río Bueno: Casi medio siglo de relativa calma vivieron los conquistadores, cuando en 1654 el ambicioso gobernador Antonio de Acuña y Cabrera envió a su cuñado, el maestre de campo don Juan Salazar con una fuerza de 900 españoles y 3.000 yanaconas atacaron al sur del río Bueno donde fueron rechazados por los huilliches, que los obligaron a repasar el citado río donde hicieron un puente de balsas para cruzarlo hacia el norte.
14 de Enero 1656:
Campaña mapuche del mestizo Alejo: Un soldado mestizo, que servía en el ejército español, generalmente conocido con el nombre de "el mestizo Alejo", había manifestado mucha viveza intelectual, valor, iniciativa y deseos de surgir. Solicitó que se le ascendiera a oficial, y como se le contestara con una repulsa, abandonó las filas y se pasó a los indios.
20 de Enero 1656:
Victoria de Conuco: Al sur del Biobío resistían las guarniciones de Valdivia y de Boroa. Los defensores de Valdivia recibieron provisiones por mar, y no sólo lograron rechazar los ataques de los roncos, sino que pudieron alejarlos de los alrededores de la ciudad.
Abril 1664:
Campaña militar de 1664: Tomás Calderón, que sucedió a Carrera como cuartel maestre, hizo una correría por Ilicura y Cayucupil, al llegar la primavera, y regresó con 300 cautivos, que se vendieron como esclavos, sin haber librado verdadero combate.
13 de Diciembre 1680:
Bartolomé Sharp incendia La Serena: En la mañana Sharp desembarcaba con 35 hombres en el puerto de Coquimbo para hacer agua y leña. Hecha la provisión, se encaminó a La Serena al frente de su pelotón.
1692:
Rebelión de Millapán: González de Poveda tenía prohibición real de hacer la guerra militar contra los mapuches a causa de la influencia de los mismos jesuitas ante la corte. Sin embargo, se alzó un cacique de la región de Maquegua, llamado Millapán quien realizó varios asesinatos a españoles. Poveda viendo que la insurrección iba creciendo se dio cuenta que si no actuaba pronto, la situación se desbordaría, así que después de negociar con autoridades eclesiásticas y con el apoyo de la población, sacó hacia el sur, una fuerza expedicionaria de 1.600 hombres, más 2.000 auxiliares. Viendo la determinación española, y la fuerza que se sustentaba, los indios corrieron a dar la paz en el Parlamento de Choque-Choque.
09 de Marzo 1723:
Abandono de los Fuertes al sur del río Bio-Bio: La rebelión se inició el 9 de marzo de 1723 con el asesinato del capitán de amigos Pascual Delgado en Quechereguas. Delgado era considerado uno de los máximos exponentes del sistema monopólico, odiado por su soberbia y los castigos "crueles y arbitrarios" que aplicaba.
Tras este suceso se generalizó el alzamiento, multiplicándose por toda la frontera del Biobío las incursiones de saqueo, el abijeato y el incendio de haciendas. Los fuertes españoles se hallaron de pronto incomunicados unos con otros. La rebelión terminó con el Parlamento de Negrete de 1726, en el que ambas partes firmaron la paces y establecieron un sistema de ferias regladas.
1766:
Levantamiento mapuche de 1766: Se produce una gran rebelión de los mapuche por oposición a la idea de reducirlos como pueblos.
1769:
Batalla de Laja:
1770:
Batalla de Negrete:
Marzo 1793:
Parlamento de Negrete, entre el Gobernador Ambrosio O´Higgins y 161 Toquis Araucanos.
01 de Abril 1811:
Motín de Figueroa: Ese día, las tropas del cuartel de San Pablo se insubordinaron y desconocieron el mando de Juan de Dios Vial y Juan Miguel Benavente. A los gritos de ¡Viva el Rey!, ¡Muera la Junta!, los soldados declararon que solamente obedecerían las órdenes de Figueroa.
01 de Abril 1813:
Toma de Concepción: A las 9 de la mañana del 2 de abril, supo en el camino que Antonio Pareja había desembarcado, y se había apoderado de Concepción. Carrera continuó su marcha. Por donde quiera que pasaba, organizaba tropas, buscaba pertrechos y víveres; y por medio de confinaciones, limpiaba la tierra de sarracenos, como entonces se denominaba a los partidarios de España. A las 8 de la noche del 5, estaba en Talca, y establecía allí su cuartel general.
24 de Abril 1813:
Combate de Linares: Las fuerzas de Pareja son rechazadas por las de Carrera. Elorreaga, cuya inteligente iniciativa se exteriorizó desde sus primeros actos en el servicio, intentó un reconocimiento, trabándose en un combate a distancia con las avanzadas patriotas, a las cuales hizo dos bajas. Atacado por fuerzas muy superiores, se retiró al sur.
26 de Abril 1813:
Batalla o Desastre de Yerbas Buenas: También se le denomina Sorpresa de Yerbas Buenas. En la batalla se enfrentaron las fuerzas chilenas al mando del coronel Juan de Dios Puga y las fuerzas españolas al mando del brigadier Antonio Pareja.
15 de Mayo 1813:
Combate de San Carlos: Tuvo como lugar San Carlos, en las cercanías de Chillán. En el se enfrentaron las tropas patriotas al mando de José Miguel Carrera contra las realistas al mando de Juan Francisco Sánchez. La batalla finalizo con la victoria realista.
28 de Mayo 1813:
Combate de Talcahuano: José Miguel Carrera, general del ejercito patriota, derrota a los realistas.
08 de Junio 1813:
Captura de la fragata española "Thomas": Poco más tarde, el 7 de junio, apareció en la bahía la fragata "Thomas", que venía del Callao, conduciendo algunos jefes y oficiales, pertrechos y dinero para Pareja. Ignorando la caída de la plaza en poder de los patriotas, fondeó en el puerto de Tomé. Al amanecer del día 8, los oficiales Nicolás García y Ramón Freire, con dos lanchas cañoneras y algunos botes, se apoderaron de ella, sin que opusieran la menor resistencia.
Julio - Agosto 1813:
Sitio de Chillán: Los patriotas chilenos iniciaron el sitio de Chillán procurando expulsar a los realistas. No lo consiguieron.
Agosto 1813:
Combate de Huilquilemu: El comandante Elorreaga, al frente de 350 fusileros montados, se apoderó de Los Angeles, de Nacimiento y de toda la Isla del Laja, y desbarató a O'Higgins, quien le salió al encuentro con unos 300 hombres, cerca de Huilquilemu. El propio O'Higgins fue derribado del caballo con su mon­tura. El capitán Agustín López Alcázar, más tarde comandante del batallón número 3 en Maipo, logró rescatarlo, y, montando el caballo que le cedió el soldado Gabino Guardia, prosiguió la fuga.
Agosto 1813:
Combate de Quilacoya: Días más tarde O'Higgins, convenientemente reforzado, derrotó en Quilacoya a las mismas fuerzas de Elorreaga y Quintanilla. Tuvo que replegarse otra vez a Concepción, pero en octubre, el frente de más de 500 hombres, obligó a Elorreaga a evacuar las fronteras y volverse a Chillán.
17 de Agosto 1813:
Combate de Quirihue: Tuvo lugar la villa de Villa de Quirihue, actual Región del Biobío. En el se enfrentaron las tropas patriotas al mando de José Joaquín Prieto contra las realistas al mando de Juan Antonio Olate. El combate finalizo con la victoria patriota.
23 de Agosto 1813:
Combate de Cauquenes: Fue un enfrentamiento llevado a cabo entre las fuerzas realistas del chileno Juan Antonio Olate y las fuerzas patriotas chilenas al mando del coronel Juan de Dios Vial. El combate finalizo con la victoria patriota.
24 de Agosto 1813:
Sublevación de Arauco: Los habitantes de Arauco estaban desesperados con las prorratas y exacciones. Sánchez, desde Chillán, y el franciscano fray Juan Ramón, misionero de la plaza, explotaron el descontento.
17 de Octubre 1813:
Batalla de El Roble. Luego del sitio de Chillán, las tropas patriotas al mando del General en Jefe, José Miguel Carrera y del, por entonces, Coronel Bernardo O'Higgins, se guarecieron en el paso de El Roble, en el río Itata en la tarde del 17 de octubre. En total, eran 800 soldados de las tres armas. Pasaron al reposo en la ribera sur, con la intención de cruzar el obstáculo en la mañana del día siguiente y se extremaron las medidas de seguridad contra una posible sorpresa de los guerrilleros realistas.
29 de Octubre 1813:
Combate de Santa Rosa de Trancoyan: Un pequeño desastre, ocurrido días más tarde, acabó con las ilusiones de los pocos entusiasmados con la victoria del Roble.
23 de Febrero 1814:
Resistencia en Cucha Cucha: El oficial chileno Santiago Bueras, contiene al enemigo con si intrepidez y coraje, hasta que unos 100 efectivos del cuerpo auxiliar de Buenos Aires, al mando de Juan Gregorio Las Heras, cargaron en un ejemplar orden y empuje que despertaron la emulación de las tropas chilenas.
Marzo 1814:
Desastre de Urizar: En un intento por sorprender a un destacamento realista, en un ataque nocturno sorpresa, el coronel Fernando Urizar tuvo una derrota inesperada perdiendo tropa y 2 cañones.
03 de Marzo 1814:
Derrota del Gomero: Fue efectuada por las tropas realistas de Gabino Gaínza al mando de Ildefonso Elorreaga, en contra de los patriotas que sólo en número de 300 deberían defender la ciudad al mando de Carlos Spano.
04 de Marzo 1814:
Toma de Talca: El comandante realista Ildefonso Elorregada se apodera de Talca, la cual estaba bajo el mando del español pasado a las tropas patriotas, Carlos Spano, quien murió en el centro de la plaza abrazado a la bandera chilena diciendo: "Muero por la patria, por la patria que me adoptó entre sus hijos".
19 de Marzo 1814:
Combate de El Quilo: Tuvo como lugar Ránquil, Región del Biobío, cerca de Ñipas, en la ribera sur del río Itata. En el se enfrentaron las tropas patriotas al mando de Bernardo O’Higgins contra las realistas al mando de Manuel Barañao. La batalla finalizo con la victoria patriota.
20 de Marzo 1814:
Combate de Membrillar. Fue librado en la ribera norte del río Itata. En ella se enfrentaron la división del ejército patriota chileno comandada por el coronel de ingenieros jefe de Estado Mayor, Juan Mackenna, y el ejército realista al mando de Gabino Gaínza.
29 de Marzo 1814:
Los realistas triunfan en Cancha Rayada. Durante la guerras de la independencia, Talca fue tres veces ocupada por los ejércitos enfrentados y en sus inmediaciones se libraron importantes batallas. Un destacamento patriota comando por Manuel Blanco Encalada atacó por error al grueso del ejército realista en Yerbas Buenas, arrastrando, en su huida a la capital, al resto de las fuerzas chilenas. Ello fuerza la firma de una tregua en Lircay y permite la retirada de los realistas a Concepción, donde podrán recuperar su poderío.
03 de Abril 1814:
Bernardo O'Higgins efectúa frente a las fuerzas patriotas el llamado "Paso del Maule". y Combate de Tres Montes del 7 de Abril, pequeña victoria patriota dirigida por Enrique Campino.
08 de Abril 1814:
Toma de Quechereguas: Tuvo como lugar el fundo Quechereguas. En el se enfrentaron las tropas patriotas al mando de Bernardo O’Higgins contra las tropas realistas de Gabino Gaínza. La batalla finalizo con la victoria patriota.
26 de Agosto 1814:
Combate de las Tres Acequias. Se enfrentaron los ejércitos de Bernardo O'Higgins Riquelme con los de José Miguel Carrera Verdugo, obteniendo este último el triunfo. O'Higgins derrotado se retiró a buscar más soldados, pero al saber de la llegada el país del realista Mariano Osorio, reconoció a Carrera como general en jefe del ejército.
1 y 2 de Octubre de 1814:
Batalla de Rancagua. Enfrentó a las fuerzas independentistas chilenas, al mando del general Bernardo O`Higgins, y a las tropas realistas españolas, a cargo de Mariano Osorio, a la cabeza de 5 mil soldados, se dirigía a Santiago. Bernardo O'Higgins y José Miguel Carrera lograron reunir más de tres mil hombres, pero no soldados. Con la mitad de ellos O'Higgins se encerró en la plaza de Rancagua.
10 de Octubre de 1814:
Combate de Los Papeles: Enfrentó la retaguardia patriota, que resguardaba en esos momentos a los últimos grupos de civiles que emprendieron el cruce de la cordillera con destino a Mendoza, de la persecución y seguro apresamiento por parte de la caballería realista enviada en su persecución.
Enero 1817:
Manuel Rodríguez sorprende a los españoles que resguardan Melipilla y se apodera de la ciudad, confiscando para la causa patriota, los fondos acumulados por los recaudadores de Marcó del Pont y llevándose las armas de la guarnición.
12 de Enero 1817:
Salas y Silva se apoderan de San Fernando: ciento cincuenta de sus hombres al mando de Francisco Salas asaltan de noche a San Fernando. La guarnición realista resiste el ataque; entonces Inmediatamente los montoneros pusieron en movimiento unas rastras de cueros con piedras que producían un ruido idéntico al rodado de cañones. Los realistas, creyéndose atacados por una gran fuerza militar, huyeron. Así, Salas se apoderó de San Fernando.

22 de Enero 1817:

Primer enfrentamiento de una avanzada patriota con un destacamento de los Talaveras.

25 de Enero 1817:

Un destacamento de Las Heras, se enfrenta a una unidad realista.
04 de Febrero 1817:
Combate de Achupallas: El mayor Arcos, desprendiéndose de la división de So­ler, al frente de otros 200 hombres, dispersaba a la guarnición de Las Achupallas y le hacía 3 prisioneros.
04 de Febrero 1817:
Combate de Guardia Vieja: Al ponerse el sol, el mayor Enrique Martínez atacó el puesto español de Guardia Vieja con 150 fusileros y 30 jinetes. El combate duró una hora y media a sable y bayoneta, los españoles en número de 94, tuvieron 25 muertos y 43 prisioneros.

04 de Febrero 1817:

Combate de Cumpeo: Freire ataca a un destacamento realista de 100 soldados, dirigidos por el coronel Morgado, causándole la baja de 18 hombres y la captura de otros 20.
07 de Febrero 1817:
Combate de Las Coimas: Enfrentamiento entre el realista Atero y un destacamento de Necochea.
12 de Febrero 1817:
Batalla de Chacabuco: Se llevo a cabo en la hacienda Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, donde combatieron el Ejército de los Andes y el Ejército Realista. Finalizo con la victoria patriota y que trajo como consecuencia la recuperación de Chile a manos patriotas, de ese modo finalizo la reconquista y comenzó la Patria Nueva. El capitán San Bruno, odiado jefe de los talaveras, es capturado y fusilado menos de 24 horas después.
12 de Febrero 1817:
Liberación del Norte: Las tropas del comandante Juan Manuel Cabot, toman Copiapo, La Serena y Coquimbo.
26 de Febrero 1817:
Captura del bergantín español "Aguila": Primer barco de nuestra Escuadra. Los patriotas apresaron en Valparaíso al bergantín de comercio español "Aguila", mediante el ardid de mantener izada la bandera española en tierra; fue armado y puesto al mando del oficial irlandés de Artillería, don Raimundo Morris.
04 de Abril 1817:
Combate de Curapalihue: En este combate se enfrentaron las tropas de Juan Gregorio Las Heras por el lado de los patriotas y las tropas de Juan José Campillo por lado de los realistas. El combate finalizo con la victoria patriota.
11 de Mayo 1817:
Asalto y Toma de Nacimiento: Mientras se practicaban los reconocimientos de las fortificaciones de Talcahuano y se acumulaban los elementos para el asalto, O'Higgins dispuso la ocupación del territorio español que quedaba al sur del Biobío y de la plaza de Arauco, a fin de privar de recursos a Ordóñez. El capitán José Cienfuegos, partiendo de la villa de Los Angeles, se dirigió a la plaza de Nacimiento, que era la fortaleza más inexpugnable. El asalto empezó el 12 de mayo, y la plaza tuvo 20 bajas entre muertos y heridos. La guarnición de Nacimiento se retiró a Arauco. San Pedro se rindió sin disparar un tiro.
27 de Mayo 1817:
Toma de la plaza fortificada de Arauco: Los patriotas comandados por Ramón Freire se toman la plaza fortificada de Arauco, en Talcahuano, la cual era el centro de abastecimiento de los realistas ubicados en la zona.
01 de Junio 1817:
Combate del Cerro Gavilán: Se desarrollo en las cercanías de concepción. Por lado de los patriotas liberaban los generales Bernardo O’Higgins y Juan Gregorio Las Heras y por lado de los realistas el comandante José Ordóñez. La batalla finalizo con la victoria patriota.
23 de Julio 1817:
Asalto a Talcahuano: El coronel José M. Ordoñez rechaza el intento del general Juan Gregorio Las Heras.
10 de Septiembre 1817:
Combate de Cerro Manzano: En el cerro Manzano (al Sudeste de Talcahuano), en dos acciones sorpresivas el cuarto escuadrón de granaderos a caballo, aniquiló a una fracción enemiga de 30 hombres, de los cuales se salvó sólo uno, y a otra de 25 hombres le causó 4 muertos y le tomó 3 prisioneros.
06 de Diciembre 1817:
Sitio y Asalto de Talcahuano: Tuvo como lugar Talcahuano. En el se enfrentaron las tropas patriotas al mando de Bernardo O’Higgins contra las realistas alo mando de José Ordóñez. La batalla finalizo con la victoria realista.
15 de Marzo 1818:
Combate de Quechereguas: Tuvo como lugar Quechereguas, cerca de Molina. En el se enfrentaron las tropas patriotas al mando de Ramón Freire contra las realistas al mando de Joaquín Primo de Rivera. El combate termino con la victoria Realista.
19 de Marzo 1818:
Sorpresa de Cancha Rayada: Batalla que pone en peligro la Independencia de Chile. La fuerzas patriotas acampaban en el llano de Cancha Rayada, al norte de Talca, cuando en la noche cayeron sobre ellas los realistas y derrotaron a las fuerzas del general San Martín.
05 de Abril 1818:
Batalla de Maipú. Diecisiete días después de Cancha Rayada, en los llanos del río Maipo, el ejército dirigido por San Martín venció completamente a los realistas. Desde ese momento, la Independencia de Chile quedó definitivamente consolidada. O’Higgins había salido de la capital esa misma mañana y se dirigía hacia Maipú con unos mil milicianos alcanzando a participar en el desenlace final de la batalla. Al llegar al campo de batalla O'Higgins se abraza con San Martín dialogando lo siguiente. "O'Higgins: ¡Gloria al salvador de Chile! - San Martín: General, Chile no olvidará jamás al ilustre inválido que se presenta herido al campo de batalla".
27 de Abril 1818:
Combate Naval de Valparaíso: Entre la fragata chilena "Lautaro" y la fragata española "Esmeralda". En esta acción, por una desinteligencia, muere el comandante contratado por el gobierno de Chile, Jorge O'Brien.
28 de Octubre 1818:
Captura de la fragata "María Isabel": En este combate se enfrentaron las tropas patriotas al mando de Manuel Blanco Encalada contra las realistas, en Talcahuano. La batalla finalizo con la victoria patriota.
14 de Noviembre 1818:
Captura de cinco transportes: El comandante Blanco Encalada captura cinco transportes españoles en Talcahuano.
21 de Febrero 1819:
Inicio de la Guerra a Muerte, Combate de Santa Juana: El montonero realista Vicente Benavides derrota al teniente José A. Rivero. Se inicia la "Guerra a Muerte".
28 de Febrero 1819:
La fragata O´Higgins ataca El Callao: La escuadra chilena al mando de Cochrane, ataca el puerto de El Callao, en Perú.
01 de Marzo 1819:
Asalto de Los Angeles: Intentado por las fuerzas realistas quienes tenían una fuerza auxiliar de 3.000 indios que tomaron parte en este sitio. En la ciudad sólo había el batallón patriota "Coquimbo" sin armamentos suficientes para su defensa. Los sitiadores habían tomado el fuerte, si no hubiese sido por la oportuna intervención del mariscal Andrés Alcázar y Zapata, quien llegó con su caballería. Entró en Los Angeles el 10 de marzo, después de batir a los sitiadores, salvando la situación que ya era desesperada.
11 de Abril 1819:
Sublevación de los Prieto: Entre las turbulencias que logró provocar la propaganda carrerina, la más importante es, sin disputa, la de los hermanos Prieto, en las cordilleras de Talca.
01 de Mayo 1819:
Combate de Curalí: Fue una batalla ocurrida en el marco de la llamada Guerra a Muerte, entre tropas realistas españolas dirigidas por Vicente Benavides y patriotas del gobierno provisorio chileno liderados por el coronel Ramón Freire, desarrollado en los campos de Curalí, cerca de la ribera norte del río Biobío. Fue una sorpresa y derrota total de Benavides, quien terminó escapando hacia La Araucanía.
Marzo a Septiembre 1819:
Diversas acciones de la Guerra a Muerte: Armadas todas aquellas partidas, que rara vez pasaban de un centenar de hombres por cada parte, comenzaron a salir las urnas contra las otras y con tal brío y rapidez que durante los seis primeros meses de la guerra (de marzo a septiembre de 1819) todo el sur de Chile no parecía sino un vasto palenque de matanzas.
19 de Septiembre 1819:
Combate de Quilmo: Al saber Victoriano en Tucapel la inesperada pérdida de Chillan, sin vacilar un instante, corrió al encuentro del enemigo, no tomando acuerdo de su número y seguido del puñado de hombres que tenía a sus órdenes.
01 de Noviembre 1819:
Combate de Tritalco: Irritado Benavides por el descalabro de Quilmo, inexplicable después de las ventajas conseguidas, y por el número de muertos de los suyos, resolvió vengar la derrota de Elizondo enviando a Bocardo con sus indios para atacar a Victoriano en Chillan y quitarle de nuevo a que el pueblo y su comarca.
20 de Noviembre 1819:
Combate de Hualqui: Tuvo como lugar Hualqui, cerca de Concepción. Por lado de los patriotas estaban las tropas de José Tomás Huerta y por lado de los realistas Vicente Benavides. La batalla finalizo con la victoria patriota.
06 de Diciembre 1819:
Combate de Pileo: Fue una batalla ocurrida en el marco de la llamada Guerra a Muerte, entre realistas españoles y patriotas chilenos desarrollado en la subdelegación de Pileo.
09 de Diciembre 1819:
Asalto de Yumbel: Realizado contra la ciudad de Yumbel al atacar las tropas realistas la plaza defendida por los patriotas al mando de Quintana, quién disponía de 100 hombres y los realistas de 658. Hay noticias de que en realidad las fuerzas realistas eran de 300 fusileros y 700 indios. El ataque duró 5 horas y terminó al aparecer una partida de 200 hombres en el cerro de la Parra. En este encuentro estaba Manuel Bulnes, de 19 años de edad, que entonces tenía el grado de subteniente de Cazadores.
10 de Diciembre 1819:
Combate de El Avellano: Fue una batalla ocurrida en el marco de la llamada Guerra a Muerte, entre montoneras realistas españolas y patriotas chilenos comandadas por Pedro Andrés Alcázar en las cercanías de Los Ángeles.
29 de Diciembre 1819:
Combate de San Pedro: Tuvo como lugar el fuerte de San Pedro en las cercanías de Concepción. En el se enfrentaron las tropas patriotas al mando de Pedro Agustín Elizondo contra las realistas al mando de Vicente Benavides. La batalla finalizo con la victoria patriota.
05 de Enero 1820:
Ataque a San Carlos: Los Pincheira ignorantes de que hubiesen llegado tropas de Santiago, descendieron en la noche del 4 enero de su malal del Roble huacho, y atacaron de sorpresa la indefensa villa de San Carlos.
30 de Enero 1820:
Acciones de Palpal y Coihueco: La matanza de Monte Blanco no escarmentó a los salteadores de la montaña. Era preciso que el infatigable Victoriano, seguido como siempre de la muerte, penetrase de nuevo en sus guaridas y les persiguiese hasta en sus últimos asilos.
02 de Febrero 1820:
Toma de los fuertes de la Aguada, San Carlos y el Castillo: Lord Cochrane aparece en Corral con tres buques y se toma los fuertes de la Aguada, San Carlos y el Castillo y, después, toma a Valdivia.
03 de Febrero 1820:
Asalto y Toma de Valdivia: En este combate se enfrentaron las tropas patriotas al mando de Thomas Cochrane contra las realistas al mando de Manuelo Montoya. La batalla finalizo con la victoria patriota lo que conllevo a la recuperación de Valdivia.
18 de Febrero 1820:
Combate de Agüi: El combate de Agüi fue un enfrentamiento bélico, el cual se desarrollo entre fuerzas realistas y patriotas en la isla de Chiloé. En el los patriotas dispusieron sus fuerzas para derrotar a los Españoles que dominaban la isla de Chiloé, ya que su permanencia en la isla fue considerada por los patriotas una amenaza para la independencia de Chile.
06 de Marzo 1820:
Combate de El Toro: Tuvo como lugar la hacienda El Toro, en el se enfrentaron las tropas patriotas contra las tropas realistas al mando de Gaspar Fernández de Bobadilla. La batalla finalizo con la victoria patriota.
22 de Junio 1820:
2do Combate de Quilmo: El 22 junio se presentó en la colina de Quilmo, en el mismo sitio en que Victoriano había escarmentado a Elizondo un año atrás, el jefe de partidas Gervasio Alarcón.
20 de Agosto 1820:
Expedición Libertadora del Perú. Zarpa de Valparaíso la escuadra con 17 transportes, 9 buques de guerra y 11 lanchas cañoneras, comandados por el vicealmirante británico Lord Thomas Cochrane. Una salva de 21 cañonazos anunció la partida de la Escuadra y el director supremo Bernardo O’Higgins Riquelme, la despidió con estas palabras: “De estas cuatro tablas dependen los destinos de América”.
23 de Septiembre 1820:
Combate de El Pangal: Desarrollado en el lugar llamado Pangal, en la rivera norte del Laja, los contendientes eran las tropas de Benavides comandadas por su lugarteniente Juan Manuel Picó con un total aproximado de 1.700 hombres, y las fuerzas patriotas en número de 500 soldados al mando de Benjamín Viel Gomets y Carlos María O´Carroll.
25 de Septiembre 1820:
Combate de Tarpellanca: Tuvo lugar en Tarpellanca, en el río Laja. En el se enfrentaron las tropas patriotas al mando de Pedro Andrés Alcánzar contra las tropas realistas al mando de Vicente Benavides. La batalla finalizo con la victoria realista.
05 de Noviembre 1820:
Captura de la corbeta española "Esmeralda": Recién pasada la medianoche, Lord Cochrane se apoderó de la corbeta española "Esmeralda", en la rada de El Callao. El buque tenía 44 cañones y su conquista fue una hazaña de valor y astucia.
25 de Noviembre 1820:
Combate de Las Vegas de Talcahuano: Tuvo como lugar en las cercanías de Talcahuano. En el se enfrentaron las tropas patriotas al mando de Ramón Freire contra las tropas realistas al mando de Vicente Benavides. Finalizo con la victoria patriota.
27 de Noviembre 1820:
Combate de la Alameda de Concepción: El combate de la Alameda de Concepción fue una batalla entre patriotas y realistas. Ramón Freire se dirigió a la ciudad de concepción donde Benavides presentó batalla en el lugar. La batalla finalizo con la victoria Patriota.
27 de Noviembre 1820:
Combate de Cocharcas: La vanguardia de la Segunda División derrota a las fuerzas del guerrillero José María Zapata.
12 de Enero 1821:
Combate de Lumaco: Los indios de Venancio Coihuepán y las tropas del capitán Salazar derrotan a las montoneras realistas de Carrero y Catrileo.
10 de Octubre 1821:
Combate Vegas de Saldías: Las fuerzas revolucionarias del realista Vicente Benavides Llanos, se enfrentaron al Ejército de Chile al mando de José Joaquín Prieto Vial y comandado por Manuel Bulnes Prieto en la Batalla de Vegas de Saldías en el contexto de la Guerra a Muerte, batalla que finalizó al día siguiente con el triunfo patriota. Sin embargo, esta guerra continuó por dos años más, dirigida por Juan Manuel Picó.

15 de Noviembre 1821:

Motín de Osorno: Unos cuantos sargentos las sublevaron. El mayor Letelíer. los capitanes Baldovinos y Cartes y los tenientes Anguita. Vial, Cavallo y Alfonso que intentaron sofocar el motin, fueron muertos por los soldados.

26 de Noviembre 1821:

Combate de Hualehuaico: Las tropas de Manuel Bulnes vencen a un cuerpo realista apoyado por indigenas.

27 de Noviembre 1821:

Combate de Niblinto: Las tropas de Manuel Bulnes vencen a montoneras realistas apoyadas por indigenas.
12 de Diciembre 1821:
José Joaquín Prieto recupera Chillan: Con la formación de un nuevo regimiento y la dirección de Prieto se logra controlar el sur de Chile.
26 de Diciembre 1821:
Combate de La Imperial: No han quedado demasiados detalles de aquel terrible hecho de armas, lo que demuestra con evidencias que fue un desastre para los patriotas, dirigidos por el capitán Bulnes.
Diciembre 1821:

Nueva fisonomía de la lucha en Arauco: Campañas de Prieto, de Ruines y de Lantaño

09 de Abril 1822:
Combate de Pile: Las tropas de Clemente Lantaño y de Manuel Bulnes vencen a grupos indigenas.
Mayo 1822:

La expedición de Beauchef a Boroa: La guerra del sur hacia 1822 y 1823.

08 de Octubre 1822:
Asedio de Arauco: A las cuatro de la tarde del 8 octubre el recinto de Arauco estaba completamente rodeado por tres divisiones de indios que mandaba Ferrebú en persona.
23 de Octubre 1822:
Acción de Pitrufquén: El teniente coronel Beauchef derrota al guerrillero Palacios.
14 de Diciembre 1822:
Acción de Río Diguillín: El teniente coronel Torres derrota a las montoneras de Bocardo y Zapata.
26 de Marzo 1823:
Acción de Linares: Los Pincheira dan muerte al gobernador Sotomayor en dicha población.
21 de Febrero 1824:
Acción de Tucapel: Las bandas del cacique Venancio Coihuipán dispersan a las fuerzas que en los campos de Tucapel había reunido el cura Ferrebú.
24 de Marzo 1824:
Fracaso del canal de Chacao: La expedición del General Ramón Freire Serrano entra al canal de Chacao en su intento para la liberación de Chiloé. La expedición fracasa.
10 de Abril 1824:
Batalla de Mocopulli: En esta batalla se enfrentaron las tropas patriotas al mando del comandante Jorge Beauchef contra las tropas realistas al mando de José Rodríguez Ballesteros. La batalla finalizo con la victoria realista.
11 de Abril 1824:
Combate de Albarrada: El sargento mayor Gaspar derrota al cura Ferrebú.
20 de Abril 1824:
Acción de Colcura: Una partida proveniente del fuerte de Colcura cae sobre el campamento de una columna realista enviada por el cura Ferrebú y la dispersa.
30 de Agosto 1824:
Acción de Laraquete: Una partida proveniente del fuerte de Colcura, mandada por el comandante Gaspar, cae sobre el rancho donde dormía el cura Ferrebú y lo captura.
28 de Octubre 1824:
Acción de Coronado: Una columna patriota mandada por Lorenzo Coronado y Angel Salazar, cae sobre el rancho donde dormía el comandante Pico.
02 de Septiembre 1824:
Fusilamiento de Ferrebú y muerte de Pico: En la guerra de la frontera del Maule.
30 de Septiembre 1825:
Acción en el río Bureo: Un destacamento enviado desde Yumbel por el coronel Barnechea ataca a la montonera del comandante Senosiaín, causandole numerosas bajas.
27 de Noviembre 1825:
Sorpresa de Parral: Los Pincheira y Senosiaín caen con su montonera unida sobre el pueblo de Parral, donde había un destacamento de soldados bajo el mando del capitán Agustín Casanueva. Dicho destacamento pudo rechazar ese ataque.
27 de Noviembre 1825:
Acción de Longaví: Un destacamento patriota de dragonesal mando del comandante Manuel Jordán, trata de cerrar el paso a la montonera realista que se retiraba de Parral; perecieron el comandante jordano y 51 de sus hombres.
11 de Enero 1826:
Manuel Blanco Encalada en Ancud: Durante la Expedición de Liberación de Chiloé, aún en posesión de la corona española, el Vicealmirante Manuel Blanco Encalada entra al puerto de San Carlos de Ancud, bajo los fuegos de las baterías del Coronel español Antonio de Quintanilla.
13 de Enero 1826:
Batalla de Pudeto: Tuvo logar en Chiloé. En el se enfrentaron las tropas patriotas contra las realistas. El fin de este combate era la expulsión de los Españoles de Chiloé. La batalla finalizo con la victoria patriota.
14 de Enero 1826:
Combate de Poquillihue: Las fuerzas chilenas de Freire obligan a las realistas de Quintanilla a abandonar el fuerte de Poquillihue.
14 de Enero 1826:
Batalla de Bellavista: El Combate tuvo como lugar Chiloé. Se llevo a cabo entre el general Ramón Freire y los españoles. Su propósito fue el de incorporar la provincia de Chiloé al territorio Chileno. La batalla finalizo con la victoria patriota.
19 de Enero 1826:
Liberación de Chiloé: Con el propósito de incorporar la provincia de Chiloé al territorio de la República de Chile. Triunfan los chilenos sobre los españoles, logrando además, abrir el paso para la toma de la ciudad de San Carlos de Ancud. Las tropas chilenas encuentran dura oposición de los lugareños que son, en su mayoría absoluta, partidarios de la monarquía.
25 de Febrero 1826:
Acción de Neuqén: un destacamento mandado por el coronel Barnecheacae sobre el campamento de montoneros e indígenas de Senosiaín y de uno de los hermanos Pincheira, dispersando los y rescatando a numerosas mujeres cautivas.
31 de Agosto 1826:
Acción de Antuco: una montonera realista caer sobre el villorrio de Antuco y ejecuta al oficial Herquíñigo y a su guarnición de siete hombres.
Enero 1827:
Operaciones militares contra los Pincheira y las bandas de Senosiaín.
25 de Enero 1827:
Levantamiento de Enrique Campino: El coronel Enrique Campino ingresó a caballo al Congreso Nacional con intenciones de dar un Golpe Militar.
21 de Julio 1827:
Motín de Talca: Un escuadrón de Cazadores se sublevo, comandado por algunos cabos y sargentos.
31 de Diciembre 1827:
Acciones en San Fernando: El gobernador Silva apresó a algunos individuos afectos a la asamblea. El comandante Francisco Porras se colocó al frente de los partidarios del bando vejado, organizó algunas compañías de milicianos y aventureros y se dirigió a San Fernando.
Enero 1828:
Campaña contra Los Pincheira de 1828: El ministro de la Guerra repitió en el verano de 1828 la expedición que había realizado el año anterior contra los Pincheira, con menos fuerzas. Las pequeñas columnas comandadas por Viel y Bulnes no lograron dar alcance a los bandidos.
18 de Julio 1828:
Sublevación de Colchagua: Revolución federalista-o'higginista de Urriola. Los estanqueros y los pelucones salvan el gobierno.
25 de Agosto 1828:
Motín del Maule: Manuel Bulnes al frente de la guarnición de Parral, somete a los insurgentes al mando de Gregorio Murillo.
06 de Junio 1829:
Motín Militar: Un estrafalario motín, que debe considerarse más como incidente del proceso electoral que como pronunciamiento militar, acabó de exacerbar las pasiones, ya muy enconadas.
06 de Diciembre 1829:
Toma de Valparaíso: Portales y Rodríguez Aldea descubrieron e! plan de Novoa, y a fin de desbaratarlo, resolvieron impedir la salida de! "Aquiles", apoderándose de Valparaíso.
14 de Diciembre 1829:
Batalla de Ochagavía. La Acción de Ochagavía fue el primer choque armado producido entre tropas gubernamentales del bando pipiolo o liberal, y las del bando pelucón o conservador, acaecida durante la Guerra Civil de 1829-1830.
15 de Diciembre 1829:
La Revolución de Coquimbo: Pedro Uriarte y algunos hacendados se alzan contra el gobierno.
03 de Enero 1830:
Contrarrevolución de Sur: El coronel Cruz recupera Concepción.
02 de Marzo 1830:
Toma de Concepción: Viel se apodera de Concepción y pone sitio a Chillan y exige la rendición de Cruz.
17 de Abril 1830:
Batalla de Lircay. Este combate tuvo lugar a orillas del río Lircay, en el marco de la Guerra Civil chilena comenzada un año antes con la denominada revolución de 1829. Dicha revolución corresponde al enfrentamiento definitivo entre los estanqueros, o’higginistas y pelucones ("fuerzas conservadoras"), contra los pipiolos (liberales). Esta etapa, y con ello la denominada "anarquía chilena" (1823-1830), finalizó con la batalla de Lircay.
14 de Enero 1832:
Combate de Coyahuelo-Lagunas de Pulán: Las tropas de Manuel Bulnes caen sobre la montonera de los hermanos Pincheira, derrotando las completamente.
21 de Agosto 1836:
Captura de Buques de la Confederación: El ministro Portales envía a Victorino Garrido a tomar por asalto durante la noche el puerto de el Callao, logrando capturar tres de los seis barcos peruanos. Los botes del bergatín "Aquiles" capturaron la barca "Santa Cruz", el bergatín "Arequipeño" y la goleta "Peruviana" en el puerto peruano de El Callao, movimientos previos a la guerra contra la Confederación peruanaboliviana..Garrido se entrevista con Santa Cruz, acordando la devolución de las naves peruanas después de firmado un tratado de paz.
29 de Agosto 1836:
Sublevación de Freire: Las fuerzas chilenas lograron controlar a las sublevadas en el sur del territorio nacional, comandadas por el general Ramón Freire Serrano, quien tenía intenciones de derrocar el gobierno del presidente José Joaquín Prieto Vial y reconstruir el virreinato del Perú.
03 de Junio 1837:
Motín de Quillota: Es apresado por el Regimiento Maipo, el ministro Diego Portales, mientras pasaba revista a las tropas acantonadas en Quillota. Este hecho es conocido por la historia como el "Motín de Quillota".
06 de Junio 1837:
Combate de Cerro Barón y asesinato del Ministro Diego Portales: El Ministro se dirigió a Quillota, para revistar un cuerpo de ejército acantonado allí. De un instante a otro la oficialidad lo apresó y se amotinó contra el estadista. El coronel José Antonio Vidaurre dirigió el movimiento. Los amotinados se trasladaron a Valparaíso y se llevaron a Portales en un pequeño carruaje. En la madrugada del 6 de junio tras un combate en el cerro Barón, se escucharon los primeros disparos. El oficial Santiago Florín, que custodiaba al Ministro, le ordenó a un subordinado: ¡Baje el Ministro!. Este se arrodilló y de inmediato disparó sobre él.

11 de Septiembre 1837:

Inicio de la primera expedición; Durante la guerra contra la Confederación peruana-boliviana, zarpó la Escuadra Nacional comandada por el almirante Manuel Blanco Encalada.

29 de Septiembre 1837:

Desembarco en Quilca: Se inicia la marcha hacia Arequipa.
07 de Agosto 1838:
Segunda expedición chilena: Al mando del general Manuel Bulnes Prieto, las fuerzas chilenas se apoderaron del puerto de El Callao, durante la guerra contra la Confederación peruana - boliviana. Bulnes impuso a Perú una indemnización de 20 millones de pesos de la época, pero como los peruanos no accedieron a la petición, el general se apoderó de Lima, luego de una sangrienta batalla.
17 de Agosto 1838:
Captura de la corbeta "Socabaya": En el puerto peruano de El Callao, por las naves de la escuadra del capitán de navío Carlos García del Postigo Bulnes, durante la guerra contra la Confederación peruanaboliviana.
21 de Agosto 1838:
Combate de Portada de Guías. Luego de desembarcar la escuadra chilena, a cargo del Almirante Simpson, se llevó a cabo el combate de Portadas de Guía, adueñándose el ejército chileno de la ciudad de Lima el 21 de agosto de 1838. El General Bulnes cita un cabildo abierto, el que proclama un gobierno provisional en Perú a cargo de Agustín de Gamarra.
18 de Septiembre 1838:
Combate de Matucana. Las tropas chilenas avanzan hacia el interior del Perú, enfrentando y venciendo a las tropas de Santa Cruz.
17 de Diciembre 1838:
Combate del puente de Llac Lla: El ejercito confederado ocupó el pueblo de Recuay y a la vez el “chilenoperuano” estaba en Huaraz de donde salió mas al interior llevando centenares de enfermos, en busca de climas benignos. Al llegar al puente LlacLla fueron alcanzados por las tropas Confederadas y mientras Torraco apresuraba el paso de los enfermos, el soldado Lorenzo Colipí con 10 compañeros del batallón Carampangue, lucharon sin descanso permitiendo la evacuación desde Chiquian.
06 de Enero 1839:
Combate de Buin: En la Guerra entre la Confederación Perú-Boliviana y el Ejército Restaurador Chile-Perú. Hacia el norte de la ciudad de Lima, las tropas de la confederación se baten en un combate con el ejército chileno, desarrollándose la batalla de Huaras.
12 de Enero 1839:
Combate Naval de Casma: Ambas armadas se enfrentaron en el Combate Naval de Casma, convirtiéndose en el último con buques a velas. El triunfo chileno nos permitió el dominio del mar.
20 de Enero 1839:
Batalla de Yungay. A orillas del río Santa ocurre la decisiva en la Guerra contra la Guerra entre la Confederación Perú-Boliviana y el Ejército Restaurador Chile-Perú. El presidente Santa Cruz había fortificado el fuerte de Yungay y el cerro Pan de Azúcar, el cual fue asaltado por la infantería chilena, desatándose la Batalla de Yungay. Este día, el 20 de enero de 1839, las tropas chilenas vencen a las de la Confederación, declarándose disuelta. Las tropas del General Bulnes llegaron el 18 de febrero a Lima, dando fin a la guerra.
20 de Abril 1851:
Motín de Urriola: Un motín cívico militar estalla en las calles de Santiago de Chile, por oposición al gobierno de Bulnes y a la candidatura presidencial de Manuel Montt. Urriola y cinco mil revolucionarios se tomaron las principales calles de Santiago, mientras que el gobierno preparó una contraofensiva desde la Alameda y el Cerro Santa Lucía. El combate duró cerca de 5 horas, tras las cuales fue abatido Urriola y hubo más de 200 muertos.
25 de Septiembre 1851:
Operaciones sobre Huasco, Vallenar e Illapel: Con erogaciones forzosas de los vecinos y prorratas de caballos y elementos de transporte, logró Vicuña Mackenna reunir una partida o montonera, que llegó a contar con 150 fusileros y 172 jinetes, que, en su inconsciencia militar, creía capaces de arrollar las fuerzas que el gobierno le opusiera.
28 de Septiembre 1851:
Revolución de La Serena y Captura del "Fire Flay": La necesidad de procurarse armas y municiones, para organizar un ejército eficiente de unas dos mil plazas, se imponía al más elemental sentido común. Carrera concibió el proyecto, de dudoso éxito inmediato, de adquirirlas en Lima. Con este objeto, se apoderó a viva fuerza del pequeño vapor "Fire Flay", de propiedad de Carlos Lambert, que navegaba con bandera inglesa, sin prever las complicaciones que el acto iba a ocasionar.
14 de Octubre 1851:
Batalla de Petorca: Mientras el ejército de Vicuña Mackenna operaba en Illapel. Carrera y Arteaga, informados de que Santiago estaba desguarnecido, después del envío de las tropas al sur, resolvieron operar sobre Aconcagua, reforzarse con los cívicos de San Felipe y proseguir a la capital.
14 de Octubre 1851:
Combate de Peñuelas: En el norte, la revolución seguía prendida. No obstante, la derrota de los liberales en Petorca los hace mantenerse en la provincia de Coquimbo, al tiempo que algunos empresarios mineros proclives al gobierno deciden crear un ejército contrarrevolucionario al mando de Ignacio José Prieto, quien logra derrotarlos en Peñuelas el 14 de octubre.
28 de Octubre 1851:
Sublevaciones de Aconcagua y Valparaíso: Los caudillos de La Serena exigían a los revolucionarios de Aconcagua, Santiago y Valparaiso, que aliviaran la presión de las fuerzas que los amagaban, intentando sublevaciones en el centro mismo de los recursos del gobierno.
07 de Noviembre 1851:
Sitio de La Serena: En el momento de iniciarse el sitio, La Serena contaba con unos 600 soldados: 300 cívicos, 200 mineros, que se organizaron-en un batallón intitulado "Defensores de La Serena", y una brigada de artillería.
19 de Noviembre 1851:
Combate de Monte de Urra: El 13 de septiembre, cinco días antes de la asunción de Montt, se declaró una asonada al mando del ex candidato Cruz, quien no aceptando la derrota electoral, y temiendo que las familias conservadoras de Concepción perdieran protagonismo en la dirección del país, consiguió armar un grupo de cinco mil hombres, entre partidarios y mapuches del cacique Colipí.
24 de Noviembre 1851:
Motín de Cambiaso: Durante la noche estalló en la ciudad de Punta Arenas, XII Región, el "Motín de Cambiaso", como consecuencia de la Guerra Civil de ese año. Luego de una gran masacre, su líder el teniente Miguel José Cambiaso Tapia, organizó su huida, pero fue detenido, condenado a muerte y ajusticiado el 4 de abril de 1852.
08 de Diciembre 1851:
Sublevación de Copiapó: La provincia de Atacama había sido objeto de un largo y activo trabajo de zapa contra el orden y las autoridades, realizado por una verdadera legión de agentes enviados desde el vigoroso foco pipiolo de La Serena.
08 de Diciembre 1851:
Batalla de Loncomilla: La batalla se desarrolló en el llano cercano al río del mismo nombre, cerca de donde después se fundaría San Javier, en la provincia de Linares. El bando leal al gobierno fue dirigido por Manuel Bulnes, mientras que el bando opositor estuvo a cargo de José María de la Cruz.
08 de Enero 1852:
Acción de Linderos de Ramadilla: El teniente coronel Victorino Garrido derrota a los revolucionarios mandados por Bernardo Barahona y ocupa Copiapó el 9 de enero, poniendo fin a las acciones armadas de la revolución.
06 de Enero 1859:
Toma de Copiapó: El militar retirado Pedro Pablo Zapata se presentó, seguido de 20 hombres, a las puertas del cuartel de policía. Urrutia, quien estaba a cargo de él, lo entregó, después de un simulacro de defensa.
19 de Enero 1859:
Toma de Talca: A las doce del día, el teniente retirado Samuel Vargas y el ex sargento Valenzuela, encargados de capturar al comandante de cívicos, sargento mayor José Antonio Bustamante, se acercaron a él, en los momentos en que se dirigía al cuartel.
02 de Febrero 1859:
Asonada de Concepción: El teniente coronel Basilio Urrutia derrota a los montoneros al mando de don Juan José Alemparte.
28 de Febrero 1859:
Sitio y Toma de San Felipe: Las tropas gobiernistas, al mando del teniente coronel Tristán Valdés asaltan y derrotan a los revolucionarios que mantenían en su poder la ciudad de este el 12 de febrero.
28 de Febrero 1859:
Asonada de Valparaíso: El general Juan Vidaurre-Leal somete a los insurrectos que intentaron asaltar la intendencia y los almacenes de la aduana.
14 de Marzo 1859:
Batalla de Los Loros: En el contexto de la Guerra Civil del '59. En este episodio, las fuerzas revolucionarias de Pedro León Gallo vencen a las del gobierno.
12 de Abril 1859:
Combate de Maipón: Nicolás Tirapegui logró sublevar la guarnición de la plaza de Arauco; y con las armas que se procuró en ella, organizo una nueva montonera de 400 hombres, y se reunió con Videla en Santa Juana.
20 de Abril 1859:
Combate de Pichidegua: Las montoneras de Colchagua, Talca y Maule cesaron de constituir un peligro para las ciudades bien guarnecidas, desde que el ministro Rafael Sotomayor organizó fuertes divisiones de milicias cívicas
29 de Abril 1859:
Batalla de Cerro Grande: A 5 Kilómetros al sur de la Serena, entre las fuerzas del Gobierno y las revolucionarías de Gallo, siendo éstas derrotadas.
12 de Mayo 1859:
Recuperación de Copiapó: el teniente coronel José Antonio Villagrán derrota en las últimas fuerzas revolucionarias que mantenían la ciudad en su poder desde el 4 de enero.
04 de Enero 1862:
Captura del "Rey de la Araucanía": El Comandante Cornelio Saavedra capturó a Antoine de Tounens, el "Rey de la Araucanía". A fines de 1861, Orelie Antoine de Tounens, de nacionalidad francesa, se asentó en la Araucanía y se autoproclamó rey de la zona y de la Patagonia. Aprovechando la escasa presencia de chilenos en la zona, que abarcaba entre los ríos Biobío y Toltén, el aventurero logró convencer a algunos caciques que aún resistían la autoridad chilena, y organizó una especie de reino en la zona.

26 de Noviembre 1865:

Combate Naval de Papudo. Durante este episodio de la "guerra con España", el almirante Juan Williams Rebolledo, al mando de la Esmeralda, se apodera de la corbeta española Covadonga, frente a la rada de Valparaíso. Juan Williams Rebolledo, logró capturar a la goleta española Covadonga. Ante esta derrota, el almirante español José Manuel Pareja, líder de las fuerzas hispanas, se suicidó. Fue reemplazado por Casto Méndez Núñez.

07 de Febrero 1866:

Combate Naval de Abtao. Sostenido entre la Escuadra aliada chileno-peruana y la Escuadra Española en el canal de Chayahué, provincia de Chiloé.
02 de Marzo 1866:
Combate Naval de Huito: Los jefes peruanos temían que las fragatas lograran forzar la boca de la ensenada de Huito, y en este evento bastaban los cañones de la "Numancia" para destruir impunemente toda la escuadra aliada.

31 de Marzo 1866:

Bombardeo a Valparaíso. Fue un episodio de la Guerra Hispano-Sudamericana, durante el cual el puerto de Valparaiso fue bombardeado y parcialmente destruido por ordenes del almirante español Casto Méndez Núñez.

11 de Noviembre 1877:

Motín y Destrucción de Punta Arenas: Se ha atribuido a esta rivalidad influencia casi decisiva en el motín de los artilleros. Dublé Almeida murió en el convencimiento de que el padre Matulski fue su principal o uno de sus principales instigadores. Los cronistas, por su lado, dando de mano a esta imputación desmentida por el desarrollo y las finalidades del motín, creen que el fanatismo antirreligioso envolvió al gobernador "en vahos de infierno y olores a Lucifer".

14 de Febrero 1879:

Se inició la Guerra del Pacífico con la toma de Antofagasta -que en ese tiempo era una ciudad boliviana-, por el ejército chileno, se inició la Guerra del Pacífico (1879-1883). Este conflicto bélico, que enfrentó a Chile con Perú y Bolivia, se debió a problemas territoriales y al interés por controlar la producción del salitre -nitrato usado como fertilizante y para la fabricación de pólvora-, que era u muy buen negocio en esa época. Como Bolivia procurara apropiarse de las salitreras de Antofagasta, el Gobierno chileno ordena ocupar esa plaza. Las tropas chilenas ocupan Antofagasta: Desembarcan dos Compañías, 1 de Artillería y 1 de Artillería de marina (198 hombres) las que bajo el mando del Coronel Emilio Sotomayor y ocupan la ciudad. A partir de ese momento Antofagasta queda en poder de Chile.
16 de Febrero 1879:
La Corbeta O'Higgins ocupa Mejillones: Los buques Blanco Encalada y O'Higgins marcharon el primero a Tocopilla y Cobija en protección de los chilenos, y el segundo a Mejillones.
16 de Febrero 1879:
Ocupación de Caracoles. Un destacamento de 70 hombres de la Artillería de Marina, al mando del Capitán Francisco Carvallo, ocupa Caracoles.

20 de Marzo 1879:

Ocupación de Cobija: Las tropas chilenas toman Cobija, al mando de William Rebolledo. Los buques Blanco Encalada y O'Higgins marcharon el primero a Tocopilla y Cobija en protección de los chilenos.

21 de Marzo 1879:

Ocupación de Tocopilla: Las tropas chilenas toman control de Tocopilla. Ese día desembarca en Tocopilla la tripulación del Cochrane al mando de Enrique Simpson.

23 de Marzo 1879:

Combate de Calama Fue el primer hecho de armas de la Guerra del Pacífico. Tropas chilenas al mando del Comandante Eleuterio Ramírez se enfrentaron contra las fuerzas bolivianas comandadas por el Coronel Ladislao Cabrera, obteniendo el triunfo el Ejército chileno...Por lo anterior, se fijó este día como: "El Día de Calama". Las tropas chilenas sufren 12 bajas, 7 muertos y 5 heridos, los Bolivianos 52, 20 muertos y 32 prisioneros (entre estos últimos se encuentra un ciudadano chileno de apellido Alfaro).
25 de Marzo 1879:
Un destacamento chileno llega a Chiu Chiu.
05 de Abril 1879:
Bloqueo de Iquique: El Bloqueo al Puerto de Iquique marca la primera acción ofensiva de Chile sobre territorio peruano.

12 de Abril 1879:

Combate Naval de Chipana: Fue el primer enfrentamiento naval, entre la cañonera chilena "Magallanes" y la corbeta peruana "Unión" y la cañonera "Pilcomayo". Las naves peruanas a raíz del bloqueo y por presión popular, Prado les ordena salir como estén a practicar operaciones "inteligentes y de consecuencia" entre Antofagasta e Iquique.
18 de Abril 1879:
Bombardeo de Pisagua: Este acto más que servir para un objetivo táctico o importante, fue más que nada en represalia por el ataque a sus embarcaciones menores.
01 de Mayo 1879:
Combate de Mejillones: El Cochrane y la O’Higgins combaten con los defensores de tierra, 10 hombres bajo el mando del Teniente Coronel Graduado Luis Reina dos marinos chilenos resultan heridos por un accidente.

21 de Mayo 1879:

Combate Naval en la rada de Iquique. Mueren heroicamente el comandante de la Esmeralda, Arturo Prat, y gran parte de la tripulación. Luego de un épico combate el Huáscar hunde a la Esmeralda, mueren 146 marinos chilenos y otros 57 caen prisioneros, por el lado peruano muere un oficial y salen heridos 7 tripulantes.

21 de Mayo 1879:

Combate Naval de Punta Gruesa. En Punta Gruesa en tanto la habilidad del Comandante Condell y una buena cuota de suerte terminan con la Independencia encallada y perdida totalmente, mueren 3 chilenos y resultan heridos 6, por el lado peruano, mueren 5 y salen heridos 23 tripulantes.
26 de Mayo 1879:
Combate Naval de Antofagasta: Fue el primer bombardeo naval nocturno de la guerra. Este combate se dio durante la primera correría del blindado peruano Huáscar.
28 de Mayo 1879:
El Huáscar recaptura a la goleta "Coqueta": La nave había sido recientemente capturada por los chilenos, la embarcación marchaba rumbo a Antofagasta, son capturados tres marinos chilenos, la goleta es enviada a Arica, con tripulación de presa.
06 de Julio 1879:
La Unión en Tocopilla hunde a la barca "Matilde": Después es perseguida por el Blanco Encalada.
09 de Julio 1879:
Segundo Combate Naval frente a Iquique: No pudiendo encontrar al Abtao (que ya había solucionado sus problemas de maquinaria y cambiado su fondeadero por seguridad) intenta hundir al Matías Cousiño, pero los disparos dirigidos contra este transporte atrajeron a la cañonera "Magallanes", la que se midió valientemente contra el Huáscar a pesar de su inferioridad, la llegada del Blanco determinó que Grau emprendiera la huida. Resultan heridos 3 marinos chilenos.
18 de Julio 1879:
Incursiones del Huáscar: El Huáscar inicia una serie de incursiones contra puertos y caletas chilenos del norte (Chañaral, Carrizal, Pan de Azúcar y Huasco).
23 de Julio 1879:
El Huáscar y la Unión capturan al transporte Rimac: En el buque estaba el Regimiento Carabineros de Yungay que estaba embarcado en la nave chilena, constaba de 250 jinetes, armados y municionados; todos ellos pertenecientes a las mejores familias de Santiago.
28 de Agosto 1879:
Segundo Combate de Antofagasta: El Huáscar se acerco al puerto de Antofagasta con la intención de cortar el cable submarino para evitar la comunicación del centro de operaciones enemigas con el resto de Chile sin darse cuenta que el Abtao se encontraba entre los buques neutrales.
10 de Septiembre 1879:
Combate de Río Grande: Un destacamento del Regimiento de Caballería Chilenos "Cazadores" destroza una montonera boliviana en las cercanías de San Pedro de Atacama, muere una docena de bolivianos, y salen heridos 5 chilenos.

08 de Octubre 1879:

Combate Naval de Punta Angamos. Se enfrentaron el blindado chileno "Almirante Cochrane" al mando de Juan José Latorre Benavente, y el monitor peruano "Huáscar", comandado por el contraalmirante Miguel Grau Serrano. Fue capturado el "Huáscar", la embarcación enemiga más poderosa. Sin embargo, falleció Grau, llamado el "caballero de los mares". Perú sufre 33 muertos y 26 heridos en un épico combate.
10 de Octubre 1879:
Combate de Quillagua.
02 de Noviembre 1879:
Tropas chilenas asaltaron y se apoderaron de Pisagua. Nuestros soldados se dividieron en dos grupos, uno por la playa y otro por los cerros, así tomaron entre dos fuegos a las tropas peruanas y bolivianas. Luego de un sangriento combate, los chilenos se apoderaron de la ciudad. El Estado Mayor evalúa en un centenar los muertos aliados y 56 prisioneros.
06 de Noviembre 1879:
Combate de Agua Santa o Pampa Germanía. Después de un corto tiroteo los chilenos quedaron dueños del campo y de la línea del ferrocarril de Pisagua a Agua Santa. Los "Cazadores" despedazan el destacamento de retaguardia aliado en Pampa Germanía, los aliados pierden unos 60 hombres muertos, entre ellos el Teniente Coronel Sepúlveda, los chilenos 3 muertos y 6 heridos.
18 de Noviembre 1879:
El "Blanco Encalada" captura al barco peruano "Pilcomayo"
19 de Noviembre 1879:
Batalla de Dolores o San Francisco. Luego de diversos vaivenes el Coronel Emilio Sotomayor concentra y atrinchera sus 6.500 soldados en el Cerro San Francisco, donde es atacado por Buendia con 11 mil peruanos, venciendo los chilenos en la Batalla de Dolores o San Francisco, las tropas peruanas se retiran hacía Tarapacá.
22 de Noviembre 1879:
Las tropas chilenas ocuparon Iquique, mientras que las autoridades peruanas abandonaban la plaza, sin quemar ningún cartucho.
27 de Noviembre 1879:
Batalla de Tarapacá. La Campaña de Tarapacá, fue una de las fases de la Guerra del Pacífico, finalizó con la Batalla de Tarapacá, la que se desarrolló en la quebrada del mismo nombre. Esta campaña tenía como objetivo la posesión de la Provincia de Tarapacá. La hazaña de los soldados chilenos, permitió una victoria impensada. Chile se adueñó de la región, y la gesta tuvo un hondo efecto en la población. La valentía demostrada por Eleuterio Ramírez en el combate, lo llevó a ser elevado a héroe nacional. En el centro de San Lorenzo de Tarapacá, un monumento conmemora la contienda del 27 de noviembre de 1879; en una cripta están enterrados los soldados chilenos y un busto recuerda a Eleuterio Ramírez.
06 de Diciembre 1879:
Combate de Tambillo (San Pedro de Atacama): Un destacamento de 25 Granaderos es atacado, mueren 8 y otros 11 son tomados prisioneros, los bolivianos del "Francotiradores" sufren 2 muertos y 1 herido.
01 de Enero 1880:
Combate de Camarones: Muere un granadero y es capturado otro.
27 de Febrero 1880:
Combate Naval de Arica: Lo cierto es que más que un combate, se trata de tres acciones que ocurrieron el mismo día. En el muere el comandante del Huáscar Manuel Thompson.
09 de Marzo 1880:
El Blanco Encalada y el Loa en las islas Lobos: Hunden seis lanchas y capturan 29 animales, llevándose además prisioneros al Capitán de Corbeta Rosas y al Coronel Alaiza.
14 de Marzo 1880:
Fuerte escaramuza entre Chilenos y Peruanos en el frente de Moquegua, resultan heridos 2 soldados del regimiento "Buin" 1º de Línea y muerto 1 Gendarme de Moquegua.
21 de Marzo 1880:
Durante la noche un destacamento de 20 soldados de la Compañía de Cazadores del batallón peruano Grau incursiona sobre el campamento del regimiento de caballería chileno "Cazadores" dando muerte a 3 soldados, mientras tanto las tropas chilenas ya se han puesto en marcha para asaltar la excelente posición peruana.
22 de Marzo 1880:
Batalla de Los Angeles: Las tropas chilenas atacan y se apoderan del cerro de Los Angeles, considerado como inexpugnable. Las fuerzas peruanas estaban bajo las órdenes de Coronel Agustín Gamarra. Antes del medio día, gracias especialmente a una espectacular ascensión por senderos inaccesibles del batallón "Atacama" Nº1 las tropas chilenas derrotan completamente a las peruanas, las que sufren no menos de 28 muertos y 64 prisioneros.
01 de Abril 1880:
Ocupación de Locumba: La Patrulla de Duble Almeida ocupa el pueblo de Locumba, donde son atacados por las tropas del Coronel Albarracin, quienes matan a 3 chilenos y capturan 10, a cambio muere 1 soldado peruano y otro resulta herido.
18 de Abril 1880:
Combate de Buena Vista: Un fuerte destacamento de Caballería Chileno, bajo el mando de José Francisco Vergara destruye un grupo de milicianos peruanos y obliga al Coronel Albarracín a retirarse con los restos de su Escuadrón "Gendarmes de Tacna".
23 de Abril 1880:
Combate Naval de Torpederas en el Callao: Resulta herido el Teniente Manuel Señoret.
10 de Mayo 1880:
Segundo bombardeo del Callao: Los buques chilenos intentan sin éxito un segundo bombardeo del Callao, el monitor Huáscar resulta averiado, en tierra mueren 2 cantineras y 1 soldado, a la vez que salen heridos 24 personas. durante la Guerra del Pacífico.
25 de Mayo 1880:
Combate de torpederas en el puerto de El Callao: Hundimiento de la torpedera peruana "Independencia" y de la chilena "Janequeo", además mueren 2 marinos chilenos y 3 peruanos, salen heridos dos marinos chilenos y son capturados 7 marineros peruanos.
26 de Mayo 1880:
Batalla de Tacna o del Alto de la Alianza: El 1º Ejército del Sur Peruano y el ejército Boliviano (unos 10.000 hombres agrupados en 9 divisiones) son derrotados por el ejército chileno (14.147 hombres agrupados en 4 divisiones) los bolivianos no volverán a participar en una gran batalla contra Chile, mueren más de 500 chilenos y entre 1.000 y 1.200 aliados.
06 de Junio 1880:
Bombardeo de Arica: Se inicia el bombardeo chileno desde las baterías de tierra así como por el mar por los buques Loa, Covadonga, Magallanes y Cochrane. Las defensas peruanas utilizan la Batería Norte, Batería del Morro, Batería del Este y los cañones del monitor BAP Manco Cápac. El Cochrane recibió un impacto de un cañón Voruz de las baterías del morro, que lo hizo explotar provoncado 27 heridos, de los cuales murieron 7 después.
07 de Junio 1880:
Asalto y Toma del Morro de Arica: Las tropas chilenas toman por asalto el Morro de Arica. Ultimo reducto de los peruanos, desde entonces esta ciudad pertenece al territorio nacional. Luego de un cruento combate de alrededor de una hora y media, las tropas chilenas derrotan a la guarnición de esta plaza fuerte, mueren más del 30% de los defensores de la plaza, cumpliendo lo señalado por el Coronel Bolognesi de "luchar hasta quemar el último cartucho"
16 de Julio 1880:
Combate de Palca: Después de la Batalla de Arica, las fuerzas chilenas organizan expediciones a la sierra de Tacna, en donde se encuentra organizada las guerrillas de Pacheco Céspedes, Leoncio Prado y Gregorio Albarracin. Así se realiza el combate entre la guerrilla de Pacheco Céspedes contra el Regimiento Lautaro.
19 de Julio 1880:
Expedición de Salvo a Moquegua: Baquedano despachó contra ellos una expedición a Tarata, al mando de Barbosa, y otra a Moquegua, a las órdenes del sargento mayor Wenceslao Bulnes.
22 de Julio 1880:
Combate de Tarata: Las tropas chilenas del Coronel Barboza despedazan a los guerrilleros peruanos del Coronel Leoncio Prado, quienes sufren 26 muertos, 3 heridos y 21 Prisioneros, los chilenos por su parte sufren 1 muerto.
04 de Septiembre 1880:
La expedición Lynch: Lynch debía desembarcar en los puertos peruanos, empezando en el norte por Paita, para terminar en Quilca; internarse en los valles feraces; imponer contribuciones en dinero o en especies a la propiedad particular; inutilizar los ferrocarriles, y destruir las propiedades, cuyos dueños rehusaran pagar los cupos, teniendo cuidado de no perjudicar a los neutrales.
13 de Septiembre 1880:
Hundimiento de la "Covadonga": Alrededor de las 15:15 estalló el artefacto explosivo, que un marinero sobreviviente comparaba al estallido de cuarenta cañonazos a un tiempo, hundiéndose la Covadonga en dos minutos.
16 de Septiembre 1880:
Nuevo combate de Torpederas en el Callao: Resulta 1 herido en la chilena "Guacolda" y 1 muerto en la peruana "Urcos".
22 de Septiembre 1880:
El Cochrane bombardea Chorrillos: Buques de la escuadra chilena bombardearon los puertos peruanos de Ancón y Chancay, en represalia de la celada que hizo volar la "Covadonga", en el contexto de la Guerra del Pacífico.
23 de Septiembre 1880:
El Blanco Encalada bombardea Ancón.
23 de Septiembre 1880:
La Pilcomayo bombardea Chancay.
05 de Diciembre 1880:
Combate de lanchas en El Callao: Donde murió el aspirante a marina Juan Antonio Morel Zegers.
11 de Diciembre 1880:
Bombardeo del puerto de El Callao: Por el transporte "Angamos". Falleció el teniente Tomás Pérez al explotar un cañón.
24 de Diciembre 1880:
Combate de Pachacamac: A las 2 de la mañana un destacamento compuesto por dos compañías del “Buin”, 2 del “Esmeralda” y 200 “Cazadores” salen hacía Machay a marchas forzadas, a las 4 de la mañana llegan a Pachacamac, poco después sostienen un intenso combate con tropas peruanas emboscadas, sufriendo un muerto, un herido y con el Sargento Mayor Silva Contuso la tropa se repliega llevándose 3 soldados peruanos prisioneros.
27 de Diciembre 1880:
Combate de El Manzano o Pueblo Viejo: Entre tropas chilenas y peruanas, donde murieron los comandantes de ambos ejércitos, en el contexto de la Guerra del Pacífico. El Regimiento Curicó sorprende y prácticamente destruye a la I Brigada de Caballería “Rimac”, en el Manzano por la parte chilena muere el 2º Comandante del Curicó Teniente Coronel José Olano y son heridos 4 soldados, por la parte peruana mueren 16 soldados y son capturados 112 soldados peruanos, entre ellos el Comandante de la Brigada, Coronel Sevilla. Para celebrar el acontecimiento, por orden del día se ordena que todas las bandas de las unidades chilenas toquen el Himno Nacional inmediatamente frente a sus campamentos.
02 de Enero 1881:
Combate de Humay: Las Tropas del Comandante Echevarria atacan y causan serios daños a una montonera peruana en Humay, los chilenos pierden 5 hombres, 2 muertos y 3 heridos, entre los primeros 1 capitán.
09 de Enero 1881:
Combate de Ate: Un destacamento chileno de la II/2ª División bajo el mando del Coronel Barboza, asalta el sector escasamente defendido por los peruanos, luego de un corto combate desalojan a los defensores y quedan dueños del campo, los chilenos se retiran poco después, han sufrido 1 muerto y unos 20 heridos.
13 de Enero 1881:
Batalla de Chorrillos: Las tropas chilenas asaltan las posiciones peruanas, tras un sangriento encuentro capturan una tras otra las posiciones de Villa Santa Teresa, San Juan, Chorrillos y el Morro Solar, mueren más de 2000 hombres por bando en tal ves la batalla más grande de la historia de Latinoamérica.
15 de Enero 1881:
Batalla de Miraflores: Transcurre esta batalla en las proximidades de Lima, donde las tropas chilenas, al mando del general Baquedano, vencen a las peruanas consiguiendo de esta forma el triunfo de la guerra que se iniciara en 1879.
16 de Enero 1881:
Combate de Lurín: Una partida de caballería peruana ataca en las cercanías de Lurín a un destacamento de “Cazadores”, pero estos últimos les vencen, causandoles varias bajas.
07 de Abril 1881:
Combate de San Jeronimo: Lagos envía al Comandante José Miguel Alcérreca, al mando de una fuerza compuesta por tropas del Carabineros de Yungay y del Buin al interior. Ese mes en San Jerónimo, cerca a Santa Eulalia, se inicia la campaña de la Breña con las fuerzas organizadas por el coronel José Agustín Bedoya que se enfrentan a las fuerzas de Alcérreca, las cuales luego de un tiroteo dispersan a los hombres de Bedoya, para luego incendiar el lugar y retornar a Lima.
27 de Junio 1881:
Combate de Sangra: En la sierra peruana, las fuerzas chilenas comandadas por el capitán José Luis Araneda Carrasco, se enfrentaron al enemigo y luego de 13 horas de lucha, se retiró el ejército peruano. De los 36 "buines" que iniciaron el desigual combate, sólo 10 quedaron con vida, a los que la historia reconoce como: "Los diez de Araneda", "Los diez de Sangra".
08 de Agosto 1881:
Combate del puente Verrugas: Las guerrillas de sargento mayor José Osambela obtienen otra victoria en el puente Verrugas.
15 de Agosto 1881:
Combate del puente Purguay: Se libra el combate del puente Purhuay, saliendo de Chosica donde el nuevo batallón Zepita comandado por el teniente coronel Villegas y las guerrillas del coronel Manuel Tafur triunfan sobre las fuerzas chilenas.
02 de Septiembre 1881:
Combate de Calientes: Se produce en la región de Tacna.
03 de Septiembre 1881:
Combate de Pachía: En la región de Tacna se produce el combate, en donde las tropas chilenas derrotan a las guerrillas peruanas, dominando la región.
10 de Octubre 1881:
Combate de Motupe.
21 de Octubre 1881:
Combate de Cienaguilla.
26 de Octubre 1881:
Combate de Guadalupe.
05 de Febrero 1882:
Primer Combate de Pucará: Cáceres pasa por Tarma y Jauja y ocurre el combate con las fuerzas chilenas al mando de Del Canto. Cáceres continúa su marcha ocupando Izcuchaca, Acostambo, Huancavelica, Acobamba.
22 de Febrero 1882:
Combate de Acuchimay: Cáceres vence a las fuerzas rebeldes del coronel Arnaldo Panizo que contaba con 1.500 hombres, tomando sus tropas. Luego de este suceso Cáceres ingresa a Ayacucho.
06 de Marzo 1882:
Combate de Comas.
29 de Marzo 1882:
Combate de Pazos.
31 de Marzo 1882:
Segundo Combate de Pazos.
Marzo a Mayo 1882:
Suceden diversos enfrentamientos como los combates de: Sierralumi, Huaripampa, Huancaní, Llocllapampa, Sicaya, Chupaca, Pazos, Acostambo, Ñahuimpuquio. Las fuerzas chilenas estaban diezmadas por el tifus y la viruela, así Lynch autoriza a Del Canto a volver a Lima con el 2º de Línea trayendo a los heridos y a los enfermos. Los batallones "Pisagua" 3º de Línea y "Santiago" 5º de Línea son enviados como refuerzos.
03 de Junio 1882:
Combate de Marcavalle: Se enfrentan guerrillas peruanas con el batallón chileno Santiago destacado en Marcavalle.
28 de Junio 1882:
Nuevamente se enfrentan guerrillas peruanas con el batallón chileno Santiago destacado en Marcavalle.
09 de Julio 1882:
Segundo Combate de Pucará: Después de que los chilenos se retiran de Marcavalle, fueron perseguidos por dos compañías del Tarapacá, “Fueron empujadas sobre pucará, donde reforzados (los chilenos) por las restantes compañías de su batallón opusieron nueva resistencia.
09 y 10 de Julio 1882:
Combate de la Concepción. A las dos y media de la tarde de este día comienza el combate, considerado por el pueblo chileno, uno de los hechos más dramáticos de la Guerra del Pacífico. Se desarrolló los días 9 y 10 de julio de 1882 en el pueblo peruano de La Concepción. La guarnición completa del regimiento Chacabuco, compuesta por 77 jóvenes entre 16 y 18 años, resistió durante dos días el ataque de dos mil soldados peruanos, que tuvo como resultado la muerte de todo el contingente chileno. La valentía demostrada por los jóvenes, que mantuvo heroicamente alzada nuestra bandera, hizo que el 9 de julio fuera establecido como el día oficial de nuestro emblema patrio.
10 de Julio 1882:
Segundo Combate de La Oroya. Se enfrentan las fuerzas peruanas de Máximo Tafur y las chilenas del 3º de Línea, al mando del Teniente Francisco Meyer en el puente de La Oroya. La guarnición chilena mantiene el control del lugar.
15 de Julio 1882:
Combate de Tarmatambo. La compañía del batallón Lautaro se enfrenta en el caserío de Tarmatambo a las fuerzas dirigidas por el Coronel Juan Gastó y Máximo Tafur en el Combate de Tarmatambo.
16 de Julio 1882:
Combate de San Juan Cruz: Las fuerzas de Cáceres se enfrentan con una compañía del batallón 2° de Línea. Cáceres decide no atacar el pueblo, sino apostar la segunda división y los guerrilleros de San Jerónimo en las alturas cercanas a Tarma.
Febrero 1883:
Combate de Ungatá: Una compañía del Lautaro se enfrenta en Ungará al sur de Lima a guerrilleros locales, los chilenos son apoyados por un escuadrón de Granaderos y mantienen su posición.
14 de Marzo 1883:
Combate de Puruguay.
03 de Abril 1883:
Cáceres llega a la costa de Chancay, para luego atacar a la guarnición del Aconcagua. El coronel Urriola se retira de Chancay y se embarca en la Corbeta Chacabuco recibiendo luego refuerzos desde Lima del 3º de Línea y del Coquimbo por lo cual Cáceres se retira hacia Canta.
20 de Abril 1883:
Segundo Combate de Purhuay. Antes de ordenar una nueva ofensiva contra el ejército de Cáceres, Lynch ordenó la reparación del puente de Purhuay y la línea telegráfica que los montoneros de Chosica habían destruido lo que impedía el transito de las tropas chilenas hacia las zonas ocupadas por la resistencia peruana. Con tal misión partió de Lima el mayor Julio Quintavalla quien arribó a Chosica el 14 de abril, en los días siguientes la fuerza chilena fue constantemente hostilizada por las montoneras peruanas formadas por el batallón Guerrilleros del Rimac al mando del mayor Wenceslao Inchaústegui. El 20 de abril tuvo lugar el combate de Purhuay, a dos millas y media del puente del mismo nombre, tras el cual Quintavalla tuvo que retirarse sin haber logrado cumplir su misión y habiendo tenido 29 bajas entre muertos y heridos y 17 dispersos.
10 de Julio 1883:
Batalla de Huamachuco: Le correspondió ser el último hecho de armas que puso fin a la Guerra del Pacífico. Al ver a las fuerzas de Cáceres en el cerro Cuyulga, Gorostiaga deja el poblado de Huamachuco y se posiciona en el cerro Sazón al norte del pueblo. Se enfrentan ambos ejércitos, Gorostiaga vence a las tropas de Cáceres, quien pierde la mitad de sus hombres. Cáceres retorna a Ayacucho con el fin de organizar un nuevo ejército.
01 de Agosto 1883:
Combate de Coari: Enfrentamiento en el sur del Perú.
02 de Agosto 1883:
Combate de Mirave: Pacheco Céspedes se enfrenta al destacamento chileno al mando del Mayor Duberli de Oyarzun.
20 de Octubre 1883:
Tratado de Ancón: Tratado que pone fin a la guerra del Pacífico, de Chile contra Perú y Bolivia. Perú cede a Chile las provincias de Tacna, Arica y Tarapacá y Bolivia pierde la provincia de Antofagasta.
06 de Enero 1891:
Sublevación de la Escuadra: La Escuadra se levanta contra el Presidente José Manuel Balmaceda.
08 de Enero 1891:
Operaciones de la Escuadra en el sur: Para reunir contingentes y armas para los batallones, se emprendieron diversas expediciones. La "Esmeralda" ancló en Talcahuano e! día 8 de enero y tomó los elementos que había en el buque•escuela N° 2.
12 de Enero 1891:
Acciones en Coquimbo y La Serena: Primeras acciones de la Armada durante la Guerra Civil de 1891.
19 de Enero 1891:
Acciones en Pisagua, Zapiga, Alto Hospicio y Taltal: Primeras acciones de la Armada en el norte, durante la Guerra Civil de 1891.Conocido como el "Combate de los Abrazos", por la confusión que tuvieron los contrincantes en uno de los primeros enfrentamientos de esa guerra.
06 de Febrero 1891:
Captura de Pisagua. Los congresistas tenían su Cuartel General en la zona norte del país, tratando de avanzar hacia el centro del país. Los balmacedista intentaron frenar en esta zona a los congresistas, razón por la cual desarrollaron una serie de combates y batallas en esta región.
15 de Febrero 1891:
Batalla del Cerro Dolores o San Francisco: Las fuerzas gobiernistas afines al Presidente José Manuel Balmaceda fueron derrotadas por los congresistas, en el Cerro Dolores o San Francisco, cerca de Pisagua, provincia de Tarapacá.
17 de Febrero 1891:
Combate de Huara: Entre las tropas gobiernistas contra las congresistas en la estación de ferrocarril de Huara, que unía Iquique con Pisagua, en la I Región.
19 de Febrero 1891:
Combate de la Aduana de Iquique. Desde Iquique fueron enviadas fuerzas balmacedistas hacia el interior, por lo que esta ciudad quedó desprotegida. Aprovechando esta situación, las naves congresistas avanzaron hacia el puerto, llegando alrededor de las 05:00 hr.. A seis kilómetros de Iquique, se pudo divisar a cuatro embarcaciones congresistas alumbrando con sus proyectores los cerros para disparar sobre la tropa balmacedista que intentara descender al puerto.
07 de Marzo 1891:
Batalla de Pozo Almonte: Los balmacedistas habían perdido la mayoría de sus hombres y municiones, lo que sumado a la alta deserción de sus partidarios, generó el envío de 1.000 hombres desde Santiago.
19 de Marzo 1891:
Ocupación de Antofagasta Tacna y Arica: Apenas la provincia de Tarapacá estuvo libre de fuerzas enemigas, se planteó a los congresistas la necesidad de adueñarse inmediatamente de las provincias de Tacna y Arica, Antofagasta y Atacama.
23 de Abril 1891:
Hundimiento en Caldera del "Blanco Encalada": Los balmacedistas hunden en la rada de Caldera el barco "Blanco Encalada".
07 de Julio 1891:
Combate de Vallenar: El coronel Orrego, jefe de la división de Coquimbo, ignorando que venían en camino tropas constitucionales de infantería, dio orden al teniente coronel Almarza que atacara por sorpresa.
18 de Agosto 1891:
Desembarco en Quintero: Las fuerzas congresistas desembarcan en Quintero. 300 soldados del Pisagua N° 3, conducidos por botes que se desprendieron del "Biobio", se posesionaban sin oposición del pueblecito de Quintero.
21 de Agosto 1891:
Batalla de Concón: Fue la penúltima acción de la Guerra Civil de ese año y el primer enfrentamiento de las fuerzas revolucionarias o congresistas, comandadas por el coronel Estanislao del Canto Arteaga. Las fuerzas congresistas se concentraron en la bahía de Quintero y estaban al mando del General Estanislao del Canto.
28 de Agosto 1891:
Batalla de Placilla. La Guerra Civil de 1891 finalizó el 28 de agosto de 1891 en la Batalla de Placilla, pequeño pueblo situado a la bajada del Alto del Puerto, en el camino de Casablanca, lugar donde se enfrentaron las fuerzas que apoyaban al gobierno del presidente José Manuel Balmaceda Fernández, con las fuerzas de los congresistas o revolucionarias, obteniendo el triunfo estos últimos.

Bernardo O´Higgins

Bernardo O´Higgins

Ramon Freire

Ramon Freire

Joaquin Prieto

Joaquin Prieto

Mujeres Destacadas de la Historia de Chile


Paula Jaraquemada Alquizar: (Santiago junio de 1768 - † falleció el 7 de septiembre de 1851). Hija de Domingo de Jaraquemada y Cecilia de Alquizar, fue uno de los personajes femeninos más importantes en la lucha por la independencia de Chile. ir a Bio,,,

Francisca Javiera Eudoxia Rudecinda Carmen de los Dolores de la Carrera y Verdugo (Santiago, 1 de marzo de 1781 - † ibídem, 20 de agosto de 1862), más conocida como Javiera Carrera, fue una patriota chilena que destacó por el apoyo a la lucha por la Independencia de Chile y por bordar la primera bandera patria del país, llamada actualmente bandera de la "Patria Vieja". Los Carrera eran descendientes de vascos. ir a Bio...

Catalina de los Ríos y Lisperguer: (*Santiago de Chile, 1604 - † 1665), más conocida como La Quintrala, fue una terrateniente chilena de la época colonial, famosa por su belleza y la crueldad con la que trataba a sus inquilinos. Se convirtió en un ícono del abuso y la opresión colonial. Su figura, fuertemente mitificada, pervive en la cultura popular de Chile como el epítome de la mujer perversa y abusadora. Para tildar a una mujer de abusadora en Chile se le dice "Quintrala". ir a Bio...

Candelaria Pérez: (* Santiago de Chile, 1810 - † 28 de marzo de 1870), también conocida como Sargento Candelaria, fue una militar chilena que participó en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. ir a Bio...

Irene Morales Infante (La Chimba, Santiago, 1 de abril de 1865 — † Santiago, 25 de agosto de 1890) Militar chilena, Sargento segundo y Cantinera del Ejército de Chile durante la Guerra del Pacífico. ir a Bio...

Janequeo o Yanequén: Fue una mujer lonco, de origen mapuche-pehuenche. Esposa del Lonco Hueputan, quien murió bajo tormentos por mandato del gobernador Alonso de Sotomayor. Su preparación militar y cualidades de líder, hicieron que se ganara el apoyo de los estrategas militares de su pueblo. ir a Bio...

María Isabel Riquelme y Meza: (* Chillán Viejo, Región del Biobío, Chile 1758 - † Lima, Perú 21 de abril de 1839), fue la madre del Libertador General de Chile, Bernardo O'Higgins. ir a Bio...

Rosa O'Higgins: (* Chillán Viejo, Región del Biobío, Chile 1781 - † Lima, Perú 1850), chilena hija de Isabel Riquelme y Félix Rodríguez Rojas. En los años de la lucha de la independencia chilena adoptó el apellido de su medio hermano Bernardo O'Higgins con quien viviese sus primeros años de su niñez. ir a Bio...

Eloísa Díaz Insunza: (* Santiago de Chile, Chile, 25 de junio de 1866, † Id. 1 de noviembre de 1950), primera mujer estudiante de medicina de la Universidad de Chile y primera médica de Chile y América del Sur. ír a Bio...

Guacolda: La existencia de Guacolda, mujer de Lautaro, así como la de Fresia, mujer de Caupolicán, es materia de discusión puesto que mientras para unos es sólo una leyenda, para otros se trata de una persona real. ir a Bio...

Fresia: La existencia de Fresia, mujer de Caupolicán, así como la de Guacolda, mujer de Lautaro, es materia de discusión, puesto que sólo aparece en el poema épico "La Araucana", escrito por Alonso de Ercilla y Zúñiga (1533-1594) durante su estadía en Chile y publicado en Madrid en tres partes (1569, 1578 y 1589). ir a Bio...

Inés de Suárez o Inés Suárez: (Plasencia, Extremadura, España, 1507 - Chile, 1580) fue una mujer española reconocida en el período de la conquista de Chile y compañera del conquistador Pedro de Valdivia. ir a Bio...

Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga: Conocida por su seudónimo Gabriela Mistral (Vicuña, 7 de abril de 1889 – Nueva York, 10 de enero de 1957), fue una destacada poetisa, diplomática y pedagoga chilena. ir a Bio...

HITOS:

1865 Mujeres de Clases alta y católicas se expresan en el Periódico “El Eco de las Señoras de Santiago”

1875 Clotilde Garretón se inscribe en los registros electorales, porque cumple con las exigencias de la ley.

1877 Promulgación del Decreto Amunategui, da derecho a las mujeres para que ingresan a la Universidad.

1884 Martina Barros intelectual que comienza a dar discursos sobre el voto femenino.

armón de un cañon de 1810

armón de un cañon de 1810










Eric Hobsbawm: "El SigloXX"

El Choque de las Civilizaciones. Samuel Huntington

El Fin de la Historia. Francis Fukuyama